Revista Diario

Adiós, verano, te odio.

Por Arianne7

Siempre supe que en mis otras vidas había crecido entre el círculo polar ártico y el trópico de cáncer. Quizás algún día fuí una picta de más allá del muro ( del muro de Adriano, no del de juego de tronos, que no existe) o una ostrogoda liberal. Nunca se sabe conmigo. A veces fantaseo de que este carácter que me salió años después de los veinte me viene de mi pasado malandro como vándala llegando de centro Europa, o que incluso vengo de los vikingos, porque es que no es normal el repelús y el asco que siento cuando llega el verano… y es que en los meses de estío me convierto en  la reina de los hielos, de los aires acondicionados, de las bebidas congeladas y de los aftersunes efecto ice, porque simplemente no lo soporto, es superior a mi. 
Una vez una desgraciada me dijo que igual no me gustaba el verano porque era rellenita, pero cuando le contesté que rellenita era su puta madre, le dije también que a mi nunca me había gustado el verano,  porque en verano, si caminas rápido, sudas. Y yo no he nacido para sudar. Al menos no por el verano.   Además, los cocidos no son para el verano aunque sean tu comida preferida y los riegues con un martín codax fresquito. Los cocidos, como las buenas cosas, son para el otoño, cuando ya hay castañas y vino nuevo y una sale a pasear el perro que no tiene pero que siempre quiso tener , con ese fresquecillo le airea la cara y ese crepitar de las hojas cuando vas caminando…oh, amigos míos, el otoño siempre ha molado, a pesar de que siempre lo despreciaran en el interné. 
Yo descubrí el otoño a principios de los 90, y cuando se lo comuniqué a mi abuela, diciéndole.. : “mamá, yo no me quiero ir “, ella también me dijo que era su estación preferida y que tampoco se quería ir. Por eso me imagino que alargaba mi periodo vacacional hasta octubre, cuando ya las hojas empezaban a hacer crash crash, y si dejábamos de existir al menos podíamos decir que habíamos vivido el último otoño. ( esto no lo se, pero me lo imagino) . Porque justo por aquellas , yo ya había reconocido en mi lo dark que podría llegar a ser y lo mucho que me gustaba el otoño, donde no hacía frío, pero refrescaba lo suficiente como para saber que eras la reina del ártico. Empezó a gustarme la melancolía suicida, Kardec, drácula, haloween, las pinturas de Constable, los ocasos de Turner, Atkinson, Wieczorek, las noches largas con novelas negras, Edgar Allan Poe y cada vez que en la programación de radio caracas televisión había una película americana en las que se veían suéters XXXL , sombreros y bufandas ahí estaba yo delante de la tele, sudando en mi infancia tropical, pidiéndola al cielo unos padres que tuviesen una casa con chimenea en el hemisferio norte, o que al menos mis abuelos terminasen de jubilarse para yo poder asistir a los cambios de estaciones el mi amado ourense de mi corazón. 

Adiós, verano, te odio.

SJa

No, yo no he nacido para vivir en La Guaira, ni en el sur de Tenerife, ni en Miami,ningún lugar del planeta que tenga esta humedad de mierda. Yo nací para vivir en un sitio con otoños, primaveras, y veranos continentales. Yo nací para fundirme las visas en Septiembre, entre autoregalos de cumpleaños y renovación de armario por amor al otoño, siendo plenamente consciente de que Septiembre, Octubre, Noviembre y Diciembreson el new black…nací para ponerme sombreros y bufandas tamaño XXXXXL , guantes, cárdigans, y todas esas cosas que parecen que tapan pero en realidad no tapan un carallo porque la verdad verdadera es que el otoño es tan bondadoso que no hace ni frío. Yo nací para comer castañas eternamente, cocidos, lacón con pre-grelos, y para seguir morena cuando ya todas están más blancas que la leche. Yo nací para escribir mientras las hojas van muriendo, beber cafés en bares cuquis mientras orballa muy lentamente, y ser feliz en los magostos manchándole la cara a todo el que se me acerque y no para vivir desesperadamente aturdida por pasar calor hasta durmiendo. Es horrible. Y siendo niña, una niña inocente que pasaba la mitad de su vida en un país tropical, yo ya sabía, perras del pinterest, que el focking autumn ya era el new black y que las depresiones postvacacionales de ese verano que tanto os gusta os las estabais inventando para no trabajar, porque sois unas vagas. Ahora como a los Hipsters  nos gusta el otoño y todo lo que él conlleva, dais consejos de how to put your flat like house in the middle of forest, o de how to do a fake fireplace…pero..¿ por qué no decís como hablábais del verano ya en enero? ¿eh? No tenéis perdón de dios. 

Adiós, verano, te odio.

Maravilla otoñal


Me tocan los ovarios. Las zorras del pinterest me tocan los ovarios. Resulta que llevan desde el verano pasado hablando de cómo prepararse para el siguiente, que si las depresiones post vacacionales, que si la vuelta a la rutina, ¿ vuelta a la rutina? ¿es que te gustaría vivir en un hotel lleno de guiris del color del señor cangrejo, bebiendo cerveza tropical que sabe a rayos y escuchando porroporrompon de rijana una y otra vez y perdiendo las pestañas postizas esas todo el rato, para toda la vida? Mi no entiende, bitch. Vienes de Perth, donde hasta los adornos de temporada caducifolia de las pastelerías son inmensamente bellos, con sus guirnaldas a juego y tal, a decirme oh, you live in the paradise. ¿In the paradise?, ¿en serio? , ¿no me ves las gotacas de sudor, perra? Mi no entender tu idioma de cunt. Resulta que te has pasado todo el año en el at the gym, trabajando el thigh gap este, resulta que lo has bombardeado todo el verano, que ya sabemos que tienes los arcosdel acueducto de segovia entre las piernas, y ¿ahora vienes con que amas el otoño? No, perdona, tu amas el verano, que para eso te lo trabajas todo el año, cosa que veo muy lícita y valiente, pero no me vengas a decir que el otoño es tu estación preferida, porque todos tus boards del interné están lleno de cremas de verano y de cómo decorar tu apartamento para el verano y de como mantener las extensiones a salvo en verano y de cómo ponerte morena en 10 minutos. NO, NO, NO, GUARRA. Eras tu la misma que hablaba de lo mal que lo pasabas en otoño con la vuelta del frío y las depresiones que te daban cuando recordabas tus vacaciones en las Bahamas y ahora estás pringando delante de tu fireplace bebiendo un cocoa caliente. NO ME JODAS!
El otoño ha sido maltratado durante decenas de miles de años, por gente como tu, o como ellas y durante toda mi existencia he tenido que escuchar eso de ¿ que el otoño que? estas loca. que oscura eres. Ahhh, yo soy la oscura, ¿no?, yo soy la que se pasea buscando la foto perfecta por los cementerios de Edimburgo pero tu eres guay, porque ahora el autumn mola, porque existe zara, y la ropa está más barata. Ahora que existe Asos y Top Shop yo soy la oscura, que parece que te desestabilizas cuando llega el repartidor de correos con la  repita nueva, cerda, y encima te pones todo ese ropero todo junto en los otoños donde aún no hacen falta orejeras. Inaceptable, esto es enteramente inaceptable. Llevo toda la vida luchando y defendiendo las nieblas, incluso la vuelta al cole, que cuando a todas lo que le gustaba era andar de vagas en el verano a mi lo que me flipaba era forrar los libros y los bolis de colores para el cole, aunque empezase 3 días después de mi cumpleaños y nadie en clase se acordara de que yo cumplo años el 7 de septiembre, como la canción de mecano. Sencillamente inaceptable. 
Por eso Otoño,  amor mío, y por otras muchas cosas más que no recuerdo, reivindicaré mi derecho a decir que soy tu mejor fan, más allá de si los castiñeiros traen o no castañas. 

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