Revista Cultura y Ocio

Adivina quién soy, de Megan Maxwell

Publicado el 27 marzo 2014 por Covadonga Mendoza @Cova_Mendoza
Adivina quién soy, de Megan MaxwellAdivina quién soy
Megan Maxwell
Editorial Esencia (Planeta)
448 páginas
Sinopsis:
Yanira, una joven canaria con aficiones canoras, se embarca en un crucero como camarera, junto con su amiga. Durante el viaje conoce a un operario llamado Dylan con el que intima en el sentido más extenso de la palabra... Antes de que termine el periplo ya está enamorada de él.
Comentario (OJO SPOILERS):
La nueva novela erótica de Megan Maxwell es un poco "más de lo mismo" en su producción. Parece mezclar su línea tradicional de protagonistas barriobajeras y chabacanas con el tema sexual.
Como ya es típico en esta autora, la protagonista es una mujer que va de liberal, pero que luego tiene unas reacciones exageradas de sorpresa cuando descubre cierto tipo de prácticas. No se entiende muy bien el episodio inicial en el que se adentra en un local de intercambios de parejas y conoce a un tal Francesco que se convierte en su amigo, ya que luego este tema carece de relevancia en la trama. No se repiten los intercambios ni tampoco cambia la personalidad de la protagonista tras el lance: antes era liberal y luego también, exactamente igual. Por otro lado, Francesco casi no vuelve a aparecer y cuando lo hace es una escena prescindible. Podría decirse que esto solo sirve para que a su galán le entren luego unos pocos celos y demuestre su vena machista y posesiva.
La obra está narrada en primera persona, imitando un poco las formas y tipo de lenguaje de "50 sombras de Grey". Así pues, la protagonista está todo el rato lanzando exclamaciones de sorpresa, frases hechas, pensando en el Plan A, B y C, y demás coletillas repetitivas (cuando hacen el amor ella siempre dice: "¡Ay, qué placer!") que la convierten, a mi modo de ver, en una persona un poco irritante y que más que tener 25 años parece de 15, siendo generosa.
Para ser una novela erótica hay poco sexo, y bastante sosito. Algunas escenas  parecen no venir mucho a cuento. A veces parece que están para cubrir el trámite.
Sobre la mitad, el enamoramiento más clásico surge y la obra toma los derroteros de una novela romántica de toda la vida. Por cierto, la protagonista, al final y al cabo siempre hace lo que su novio le propone, es él quien lleva la voz cantante en todo, y quien en realidad satisface sus deseos y fantasías con ella, mientras que ella se limita a dejarse, de buena gana, claro, pero siempre a expensas de lo que a él se le ocurre. De igual modo, es Francesco, el tipo del local de intercambio quien le muestra prácticas nuevas (¿Veremos alguna vez una novela erótica donde la mujer "enseñe" al hombre o sepa más que él?).
La familia de la protagonista es, como de costumbre, un mundo idílico de amor, donde todo es perfecto; por si fuera poco, quiere la casualidad que el hombre del que se enamora, un operario del crucero donde se ido a trabajar, resulta ser en realidad un afamado médico de posibles, cuya familia está vinculada con la industria discográfica, cosa que viene muy bien, ya que ella es cantante... Como se puede observar, no apreciamos ningún conflicto relevante en la novela que genere un poco de inquietud por el desenlace o alguna duda sobre si podrán llevar adelante su amor (basado solo en el sexo, ya que otro tipo de interacción entre ellos no se ve). Los pocos impedimentos que surgen, enseguida se solventan, incluso el rechazo visceral del padre del novio hacia ella.
El protagonista masculino está muy idealizado; a mí personalmente me ha parecido demasiado empalagoso. Se supone que es puertorriqueño pero, quitando tres o cuatro palabras típicas de la tierra, habla como un español de Castilla, al igual que toda su familia (por ejemplo, dicen "vosotros", en lugar de "ustedes"). La imitación de los lenguajes característicos de Puerto Rico y de Canarias no está muy lograda.
Entre las cosas más descacharrantes las afirmaciones de que Dylan, el médico camuflado de operario, es ex de Jennifer Aniston y Sienna Miller entre otras famosas, y conoce a un montón de cantantes latinos, como Marc Anthony, que, por cierto, tiene una aparición estelar cantando al lado de la prota... Este tipo de cosas no ayudan a dar verosimilitud a la historia.
La aportación culebronesca en forma de niña bastarda del hermano de Dylan, sobra, y resulta casi rídicula, así como la rapidísima conversión del padre de él de odiarla a tratarla como si fuera ya de la familia en unos pocos días.
El argumento va dando tumbos, y hasta que se enamoran y descubrimos quién es Dylan en realidad no se sabe hacia donde va la obra  ni qué quiere contar la autora. Por descontado el tema intercambio de parejas que se cita en la sinopsis es un mero gancho que no se desarrolla.
Entre los puntos positivos, aunque la prosa es simple y la primera persona la perjudica grandemente, al menos las frases son correctas y se ve que ha pasado una buena edición por parte de la editorial. La lectura es muy ágil al ser casi todo diálogos (para mi gusto demasiados) y frases cortas y en puntos y aparte. Para los aficionados a este género puede resultar una lectura satisfactoria si no quieren leer algo diferente a lo tópico. Tiene casi todo lo característico de una comedia romántica como malentendidos, riñas, escenas de celos, escenas sentimentales, etc... aunque diría que sobran páginas, debido a lo mucho que se alargan situaciones no relevantes (escenas del principio con el novio de ella en el coche, escenas domésticas, etc).
No es una novela autoconclusiva, como es habitual en este género. Termina con una especie de cliffhanger de culebrón cuya intención es despertar el interés hacia el desenlace.
En resumen, una novela que no me parece erótica sino romántica clásica con alguna escena de sexo intercalada, pero que no son las que llevan el peso de la trama. No destaca por nada en concreto dentro del subgénero.
Off topic: no se han matado nada con la portada... ¿Por qué siempre hay flores en novelas de este género?
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