MURMURS
Es un intento de superar el sistema perspectivo de la fotografía. Trabajar con la cámara como colector de información, como si se tratara de una hoja superpuesta al muro encima de la cual frotamos con el lápiz para hacer aparecer la textura, la forma y los colores (en este caso) de lo hay debajo. Intentar ver de forma casi táctil, como dejando resbalar la vista sobre el muro. Unas imágenes, por tanto, que intentan no "re-presentar", sino "presentar", es decir, no mostrar la foto como una ventana a otra realidad, sino como un nuevo objeto independiente y autosuficiente, como un elemento nuevo que la mirada no lo atraviesa sino que se queda pegada a él.
Fotografiar no como un cazador (que apunta y dispara a algo que se mueve) ni como un pescador (como decía Cartier-Breson, que esperaba en un sitio pacientemente a que "picaran") sinó como un recolector, que va llenando su cámara de los objetos que encuentra por el camino, con la sensación tal vez, de que sino los recogiera se echarían a perder. Entender el muro como receptáculo de información: igual que un vinilo contiene en sus surcos la infomación para poder oir una música tocada en otro momento, los muros contienen también grabados en sus trazas la historia que les ha ido conformando. No tenemos el descodificador para poder reproducir lo que pasó, pero lo que sí que podemos ver es que aquella información está efectivamente contenida ahí. Fotografiar para acumular esta información, como para asegurarnos de no perderla. Fijarnos en cada una con sus particularidades, de sus detalles, de sus imperfecciones... Guardarlo para ver si con el tiempo nos murmura algo.
Texto: Adrià Goula
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Sección: 26 Domingos de Fotografía SCAN