Al igual que muchas enfermedades que pueden llegar a afectar inmensamente a nuestro organismo, la hepatitis vírica puede ser potencialmente contagiosa si no prevemos su presencia. El problema se da en cuanto al tipo de hepatitis que pudiésemos estar padeciendo, ya que esta enfermedad se presenta en tres variantes diferentes, todas y cada una de ellas igual de contagiosa y peligrosa para nuestra salud.
La hepatitis vírica se presenta por la afección de un virus que ataca al hígado, inflamándolo y provocando determinadas sintomatologías fáciles de detectar. En este sentido, el virus que provoca a la hepatitis son de tres clases diferentes, siendo estos:
- El virus A.
- El virus B.
- El virus no A, no B.
A pesar de que son enfermedades influenciadas por virus diferentes, todas y cada una de ellas son peligrosas y potencialmente contagiosas.
Síntomas generales de una hepatitis vírica
Algunos de los síntomas que pueden llegar a presentarse en una hepatitis vírica pueden asemejarse a los de otras enfermedades, aunque su presencia tiene que analizar a todos estos aspectos para poder definir la eficazmente. Así por ejemplo, estos síntomas mencionan a:
- Una erupción cutánea.
- Dolor abdominal.
- Náuseas.
- Falta de apetito.
- Cansancio y fiebre juntos.
A estos síntomas, en algunas ocasiones pudiese también presentarse dolores articulares y de dolor de cabeza. La tonalidad de la piel suele cambiar a un color amarillo (ictericia), habiendo una presencia de orina oscura y de heces fecales casi sin color.
El médico tratante es el gastroenterólogo, quien en primera instancia deberá identificar cuál es el virus que ha afectado nuestra salud. Una vez que se haya detectado a la hepatitis vírica en un individuo, al mismo se le tiene que aislar y empezar a realizar un chequeo a quienes han estado a su alrededor para saber si se encuentran contagiados con esta hepatitis vírica. En cuanto a vacunas, existe una que es capaz de contrarrestar los efectos del virus B, no siendo el mismo caso para el virus A, aunque sí existe una vacuna para este último que únicamente evita el contagio y propagación del mismo a otras personas.