Revista Infancia

Afonia en bebés

Por Celia Garabaya @britishbubbles

un bebé afónico¿Quién no ha estado nunca afónico?. Lo mismo les ocurre a los más pequeños de la casa. Aunque es un poco diferente que cuando hablamos de los adultos. Lo que vamos a tratar de resolver hoy, son los motivos más comunes por los que un bebé puede sufrir de afonía, y como puede afectar en su desarrollos. A la vez que veremos que podemos hacer para que la supere lo antes posible y vuelva a tener su voz normal cuanto antes.

Ha perdido su voz.

Son muchos los motivos por los que un bebé puede perder la voz. Aunque hablando del bebé, no es lo mismo que un adulto. El bebé, aun no es capaz de hablar, con lo que el síntoma más claro que nos demuestra su afonía, es cuando el niño llora. Ya que el llanto, dejará de sonar como antes para perder una gran fuerza. Al niño le costará mucho más llamar nuestra atención a través del lloro. Aunque también cuando el bebé, ya ha comenzado a balbucear, o a decir sus primeras “palabras” tales como “pa”, “ma”…

La afonía en los bebés surge por los mismos motivos por los que pueden aparecer en

un bebé sorprendido
los adultos. Debemos destacar, que se debe a que las cuerdas vocales sufren alguna anomalía (temporal) por la que por algún motivo no pueden juntarse entre ellas o separarse. Produciendo, la dificultad y la bajada de intensidad en el habla. Este problema no ocurre cuando el bebé tose. Por ello los tosidos alivian en gran medida la afonía. Aunque una vez acabado el tosido, las cuerdas vuelven a la posición de la afonía, sin conseguir solucionar el problema.

En otro post anterior hablábamos de los diferentes tratamientos y que debemos hacer para tratar la afonía.

¿Qué ha pasado?

La gran pregunta suele ser, que ha pasado para que el bebé haya perdido su voz. Seguro que estás más que acostumbrada a escuchar a tu bebé llorar. Y dependiendo de como sea, conocerás que en un gran número de bebés, los llantos pueden ser de mucha intensidad, y sobre todo durante mucho tiempo.

el bebé enfermo
Curiosamente, los bebés, tardan mucho más que un adulto en sufrir de afonía por el exceso en el uso de las cuerdas vocales. De hecho, si un adulto llorara con la intensidad y la duración con la que lloran algunos bebés, sus cuerdas vocales, no serían capaces de aguantar tanto tiempo. Quedándose totalmente roncas, desde mucho antes.

De hecho, curiosamente, el llanto, es una de las causas menos comunes por las que el bebé se pone afónico.

Otro dato curioso en los bebés. Es que su capacidad de recuperación, ante esta situación, es mucho mayor que en los adultos. Siendo la primera causa de ésto los resfriados comunes. Una ligera inflamación en la laringe del niño, es causa suficiente para que el niño comience a sufrir de afonía. Por eso, es importante, que el niño tenga tapada la zona de la garganta en épocas de frío. No deberá salir de casa sin una bufanda. Y desde luego no le daremos bebidas frías que puedan provocar una bajada de la temperatura en la garganta. No es que las temperaturas bajas sean lo peor, sino, los cambios de temperatura bruscos son los mayores culpables de que esto ocurra.

Cuando el bebés la sufre. Lo mejor, es intentar evitar que fuerce la voz. Sabemos que es difícil. Pero, durante este tiempo, debemos mimarle e intentar que no llore. Y lo que es más difícil, que no se emocione y de gritos de alegría. Además de darle bebidas calientes. No nos olvidemos que el salir a la calle, no es malo, siempre y cuando tomemos las precauciones necesarias. Tales como que el niño esté bien abrigado.


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