“Estando en África, el europeo (o americano, en este caso) no ve más que una parte de ella: por lo general, ve tan solo su capa exterior, que a menudo no es la más interesante, ni tampoco reviste mayor importancia. Su mirada se desliza por la superficie, sin penetrar en el interior…” (Ryszard Kapuscinski, Ébano)
Esta frase de kapuscinski aparece en el capítulo final de su libro “Ébano”. Cuando la leí pensé que no había sido casualidad la ubicación de esa reflexión al final de uno de sus mejores libros. Cuando la leí pensé que era el inicio ideal para el último post que quería escribir sobre nuestro viaje a África.
El viaje duró tres meses y solo visitamos Sudáfrica (un mes), Mozambique (un mes), Botswana y Swaziland (el otro mes). Cada uno de estos países me mostró distintas características y me hizo reflexionar sobre diferentes ideas. Cada uno de estos países me mostró una partecita de lo que su mundo significa. En cada uno de ellos descubrí una África, pero sé que dejé por descubrir muchas otras más. Es que caminando por sus calles, conversando con sus habitantes, mirando sus detalles, probando sus comidas, viajando, me di cuenta de que es uno de los lugares que menos conocí. O mejor dicho, que menos comprendí. Podemos escuchar historias, podemos leer libros, ver películas (que me ayudaron mucho a tratar de descifrar la realidad), pero creo que siempre nos quedamos en lo que plantea Kapuscinski: en lo superficial. No digo que no ocurra lo mismo cada vez que viajamos a un sitio. Al contrario, creo que en cada destino es muy difícil irse con una idea acabada de la realidad del lugar, salvo que nos quedemos a vivir varios años en cada uno, pero creo que en África la sensación de que “no conocí” es mayor. Y si lo dice él, que estuvo años como corresponsal en casi todos los países africanos, que vio con sus propios ojos matanzas, guerras, hambre y la lucha del que no tiene contra el que tiene menos, que sintió en carne y hueso lo que ocurre cuando una persona, de repente, se ve envuelto en poder, que habló con dictadores y sintió ser blanco en un continente negro… nosotros, que estuvimos solo tres meses, podemos decir y sentir lo mismo.
Sin embargo, no es lo mismo. La visión que tuvo este periodista de África no la puede tener en la actualidad ningún viajero. Simplemente, porque la época en la que él estuvo fue la de revoluciones e independencias. Y esa época pasó. Hoy en día es la época de internet, del desarrollo a la fuerza de ciertas regiones y de los problemas de siempre para la gran mayoría.
¿Cómo puedo resumir cada país, cada experiencia, aunque sea desde una mirada superficial?
Sudáfrica.
Sudáfrica fue para mi un país extraño, al que debería volver para conocerlo mejor. No sé si puedo explicar por qué sentí algo extraño con este país, pero voy a tratar de hacer el intento o, por lo menos, pensar en voz alta. Creo que influyó mucho el hecho de que fue el país que más parecido a Latinoamérica sentí, principalmente, en cuanto a desarrollo social. Es decir, observé la presencia de clases sociales muy marcadas y diferencias entre los que tienen mucho, poco y muy poco. Es el país más desarrollado de la región, con centros comerciales modernos, ciudades grandes y pujantes, autopistas de primera calidad, aerolíneas internas, vuelos lowcost y gran crecimiento del turismo, pero un país en el que sentí que la indiferencia y la separación entre su población es alta. Desde el hecho de que el Apartheid lejos de haber terminado parece estar presente en todas partes, a pesar de que se manifiesta de otra manera, hasta los resentimientos entre los mismos blancos, ya que no es lo mismo un descendiente de holandeses que de ingleses. Durante nuestra estadía no podía parar de preguntarme hasta cuándo la humanidad va seguir con ese odio que no lleva a ningún a lado y que lo único que logra es dividir. ¿Habrá solución? ¿Podremos algún día despertarnos y darnos cuenta de que estamos en un mundo mejor?
A pesar de todo esto, Sudáfrica es el país más preparado para el turismo en cuanto a infraestructura y tiene todo lo que un amante de los viajes en motorhome puede querer. En las grandes ciudades es posible alquilar motorhome o camionetas totalmente equipadas (pero cuando digo totalmente es totalmente, no les falta nada) para recorrer el país en todas direcciones. Además, existen campings muy bien equipados en todos los destinos turísticos. Creo que podría afirmar que casi todos los sudafricanos blancos tienen una intensa vida en la naturaleza. Los paisajes de los Montes Drakensberg son hermosos y en sus parques nacionales es posible observar a una gran cantidad de animales, incluídos los “big five”.
Pueden leer todos los post que escribimos sobre Sudáfrica en este link.
Botswana
Botswana es un país que, si bien comparte con los demás países las altas cifras de pobreza y de personas afectadas por el sida o la malaria, es uno de los que se observa un crecimiento de su clase media. Por lo menos en su capital, Gaborone, que es donde vive gran parte de la población. Además, es el país donde tuvimos una de nuestras mejores experiencias viajeras: un safari en el Parque Nacional Chobe. La intención de Botswana es convertirse en un destino turístico de lujo (o, por lo menos, eso es lo que parece a simple vista y lo que nos han comentado algunas personas relacionadas con el tema). Por eso, sus excursiones suelen ser caras y, en algunos lugares, solo es posible arribar en avionetas privadas, con el costo que eso significa. Los mayores atractivos turísticos son naturales y se encuentran en el norte del país. Los principales son el Parque Nacional Chobe y el Delta del Okavango.
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Swaziland
Swaziland es un país muy pequeño, con una gran parte de su población pobre y con las enfermedades de la zona muy cerca de su gente. Un país pequeño, con una monarquía que nos sorprendió (por algunas de las tradiciones que mantienen). Fue aquí donde descubrimos el espíritu Ubuntu, aunque ya lo veníamos “olfateando”. Swaziland tiene algunos paisajes muy bonitos, como el Valle de Ezulwini, y algunas reservas de animales en las que se pueden ver los distintos tipos de rinocerontes. Una de las cosas que nos llamó la atención es que todas las reservas son privadas. Un país pequeño, pero que vale la pena destinarle unos días y tratar de descubrirlo.
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Mozambique
Mozambique fue el país en el que más sentimos que estábamos en África (y eso que fueron colonia portuguesa y la lengua oficial es el portugués, cosa que podría acercarnos a Latinoamérica). Es difícil de explicar, pero fue así. A veces pienso que es porque es el país donde vimos de más cerca las condiciones precarias en las que vive gran parte de su población (no solo en cuanto a la alimentación o la vivienda, sino también en relación al gran déficit de infraestructura que tiene el país, lo que también influye en la calidad de vida de la población). Es un país extenso, con malas rutas (muchas veces es necesario tomar aviones, pero son caros) y con servicios, como la telefonía, que recién comienzan a expandirse. Es el momento de las grandes empresas multinacionales realizando sus negocios. Pero, es sin dudas, uno de los países con los lugares naturales más bellos. Para nosotros Mozambique fue el país que nos permitió reflexionar sobre un montón de situaciones de la vida cotidiana y el país en el que encontramos a una de las personas más buenas y serviciales que alguna vez conocimos: Filip.
Un país del que nos llevamos los mejores recuerdos de las presentaciones de magia, donde no fue necesario acercarnos a ninguna escuela para arrancar sonrisas: los chicos estaban en la calle. Jugando, conversando, riendo. Solo hizo falta decirles hola y ya estaban dispuestos a disfrutar del hermoso arte de la magia, su asombro, su risa y sus carcajadas.
Un país que vale la pena conocer, a pesar de que las condiciones de infraestructura para el turismo no sean las mejores.
Pueden leer todos los post que escribimos sobre Mozambique en este link.
En los cuatro países hicimos dedo. En los cuatro países disfrutamos mucho de hacer magia y arrancar sonrisas. En los cuatro países fuimos muy bien recibidos por todos aquellos que nos alojaron. Sin dudas, fue un viaje hermoso, intenso, contradictorio y mágico. Nos queda mucho, mucho por conocer y aprender. No faltarán oportunidades. Gracias, África!
Y gracias a todos por acompañarnos en este viaje! Pronto, las guías de los países.
Áí