África, sueño contigo. En pocas ocasiones tengo uno de esos días grises que no merecen la pena ser vividos en los que la melancolía se apodera de mi... aunque tengo un antídoto que nunca me falla, pensar en mi último viaje a África o en el próximo que realizaré.
Hace ya bastantes años, sentado en una silla de madera al borde del delta del Okavango, frente a un espejo de agua viendo cruzar los hipopótamos en la lejanía, mientras nos envolvía el atardecer con sus naranjas en el horizonte, notaba los cálidos rayos del sol sobre mi cara y escuchaba el latido de un tambor africano. Ahí sentí mi amor por África y supe que era sólo el comienzo de una historia que duraría el resto de mi vida.
Mi amigo Mario Moreno - www.southcapeimages.com
Hay algo, para mi, tan indescriptiblemente bello y salvaje en África que por más que quiera explicarlo con palabras e imágenes, no soy capaz.Cuatro son las cosas maravillosas que te enganchan a este continente:
- Su gente.
Los africanos en general suelen ser de las personas más agradables, generosas y hospitalarias que he conocido. Están interesadas de verdad en enseñarte su cultura, su filosofía de vida... Su amor colectivo por África y su patrimonio natural, es envidiable.
- Su fauna.
Es hogar de muchísima especies increíbles que encuentras en su habitat natural y las puedes observar tranquilamente como se comportan o interactúan con otros animales. Soy un enamorado de los animales salvajes y uno no puede evocar una imagen de África sin pensar en las magníficas especies que deambulan por allí. Para mi, sólo eso sería razón suficiente para solidificar mi amor por África, pero hay mucho más.
- Sus paisajes.
Creo que la palabra que mejor describe los paisajes africanos es: inmensidad. Tienen volcanes, ríos, lagos, desiertos, cataratas, sábanas, cañones, montañas, etc. y todo ello es inmenso.
Es difícil sumergirte en medio de tanta belleza natural y no contener la respiración continuamente. Para colmo, no hay nada más perfecto y colorido que una puesta de sol africana. Hasta el día de hoy, que por suerte he visitado medio mundo, no puedo dar testimonio de otro, ni siquiera parecido.
- Su esencia.
Aquí viene mi problema, de verdad: Cómo te explico lo que se siente al dormir separado de unos leones por una tela; lo que fue vivir una estampida de elefantes desde dentro; el silencio, la soledad y la inmensidad que vives en el corazón del Serengueti; la serenidad absoluta que notas al montar en un mokoro a través de las aguas poco profundas del delta del Okavango; lo que disfrutas al ver desaparecer unos tremendos elefantes en el Chobe para verlos resurgir en la otra orilla; ver brillar de noche los ojos de un león alumbrados por un foco mientras lo fotografías en Sabi Sands; aprender como hacen fuego de manera ancestral los Masai... O lo tremendamente impresionante que es ver cazar a tu lado un guepardo (mi animal favorito).