31/07/2011. Airbender, el último guerrero, M. Night Shyamalan, 2010, USA
Intento de saga/franquicia muerta antes de empezar lo cual provoca una falta de autonomía injustificable más allá de la visión comercial más necia. Poseedora de los diálogos más tontos oídos en tiempos, lo cual no es poco mérito, y de una voz over vergonzante, el resultado final parece un caótico condensado de un metraje mucho mayor sin ningún ritmo ni sentido de la progresión, salvado, es un decir, por la elegancia típica de su director en la puesta en escena y la afortunada decisión de prescindir de la picadora de carne a la hora de montar las numerosas escenas de acción marcial. Fuera de esto un merenguenado grumoso (y gélido) de atorrante solemnidad y pareja simpleza.
01/08/2011. La brigada suicida (T-Men), Anthony Mann, 1947, USA
Por encima de lo molesto (o pintoresco, según se mire) que hoy puede resultar su aire de panegírico a los abnegados cuerpos de seguridad norteamericanos una serie b que supera ampliamente esa condición propagandística típica del policiaco semi-documental de la época en base a una agobiante trabajo de puesta en escena, centuplicado por la fotografía en grandes manchas de negro del genial John Alton, a un clima de constante violencia y a su total ausencia de romanticismo (en ningún aspecto). Áspera y atmosférica, muy bien protagonizada por el estólido Dennis O’Keefe y electrificada peligrosamente cada vez que el gran Charles McGraw absorbe el encuadre como sádico matón.
03/08/2011. Wild boys of the road, William A. Wellman, 1933,USA
Un film sobre la vida en el camino de un trío de muchachos, dos chicos y una chica (Dorothy Coonan, pronto esposa del director), caídos en desgracia durantela Gran Depresión.Sintético al máximo se organiza en una serie de viñetas durante el trascurso de un viaje costa a costa plagado de penalidades, violencia (atención a un joven Ward Bond como repugnante vigilante de un tren), compañerismo, humor y finalmente esperanza, que era lo que tocaba. Wellman despliega su asombroso manejo de la elipsis narrativa y su energía en la puesta en escena en un film que, si bien es mucho menos crudo de lo que podía haber sido debido a la necesidad de respetar las convenciones edulcoradas, logra contrabandear una serie de imágenes de inapelable autenticidad (las llegadas de los trenes, los improvisados pueblos chabolistas que son una sociedad dentro de la sociedad, una vergüenza permanente y un recordatorio del fracaso) y superar por mucho el mero vehículo de lanzamiento para el olvidado Frankie Darro, alineándose decididamente en las filas del cine social “pre-code”.
04/08/2011. Matango, Ishiro Honda, 1963, Japón
Insólito film de ciencia-ficción pesimista y horror mutante que supone uno de los grandes trabajos de su director y una de las más poderosas muestras de la somatización (física y cinematográfica) del trauma atómico expresada a través de una riqueza tonal que admite referencias a Lovecraft o William Hope Hodgson (se adapta libremente su Los náufragos de las tinieblas), desesperación nihilista/romántica, atmósfera alucinada (el genial el decorado del barco fantasmal, el empleo del color y la luz,…) y una ambigüedad final que deja lo suficientemente abierta la puerta para que penetre la posibilidad del delirio y la paranoia. La historia en si es genuina “nueva carne” por adelantado: unos cuantos nuevos ricos naufragan con su barco en una isla inhóspita tomada por unos extraños hongos que al ser comidos provocan un efecto adictivo inmediato y la conversión progresiva del consumidor en uno de ellos.
05/08/2011. The Baron of Arizona, Samuel Fuller, 1950, USA
Un argumento genial, nada menos que la biografía de James Addison Reavis, el hombre que intentó robar Arizona mediante una elaboradísima estafa concerniente en la invención de una baronía española sobre el territorio, malbaratado tanto por la escasez de presupuesto como por la falta de pericia de Fuller en esta su segunda película. Pese a puntuales momentos de inspiración (la megalómana decoración del despacho de Reavis presidido por un descomunal plano de Arizona) y a una gran competencia técnica el conjunto carece de ritmo, la progresión resulta una veces atropellada y otras morosa, además de pesarle en exceso la indefinición de tono y objetivos. Soberano Vincent Price y mediocre el resto de los interpretes.
06/08/2011. Semi-Pro (Semi-profesional. Un equipo de pelotas), Kent Alterman, 2008, USA
El habitual ejercicio de Ferrell (no tanto una película “para” como una película “de”) donde el cómico sitúa a su personaje casi único, un patético ejemplar de masculinidad infantiloide, en cualquiera sea el contexto de turno para sacar partido de su humor escatológico-chocante-naif con mayor o menor fortuna. En esta ocasión un equipo de baloncesto a mediados de los 70 destinado a fracasar gloriosamente en su intento de incorporarse a la ampliación de la NBA.Pese a no carecer de aciertos satíricos en su mirada a la cultura popular americana y a que la recreación (semi)paródica de los 70 es brillante, la pobreza del argumento (¿?) pesa demasiado, quedando todo en un encadenado de gags por lo general mucho más alargados de lo recomendable.
07/08/2011. Escape in the fog, Budd Boetticher, 1945,USAUna joven sueña con el intento de asesinato de un hombre, poco después el sueño resultar ser premonitorio al conocer al joven, que resulta ser un agente del gobierno y sus asaltantes unos pérfidos espías nazis. Un punto de partida de no poca riqueza paranoica sirviendo para dar algo de gustillo distintivo a un (otro) anodino film de propaganda bélica (sección espionaje) tan plano y vulgar como cualquier otro pero con el plus de suponer uno de los trabajos estrictamente b del gran Budd Boetticher (cuando firmaba todavía como Oscar Boetticher, con Jr. o sin el). Muy aseado narrativa y formalmente poco ofrece más allá del completismo y de la presencia, siempre especial, de Nina Foch.
07/08/2011. Tierra de lobos, Stuart Orme, 1989, Gran Bretaña
Curioso cuento siniestro de espíritu dickensiano que adapta una novela de Joan Aiken y que bien merece recuperarse a cuenta de sus múltiples aciertos, centrados especialmente en una estupenda primera mitad, en cuanto a tono, atmósfera y escenografía (tanto la reproducción de época nada decorativa como el pictoricismo de la luz o el diseño de los interiores) entorno a la peripecia de dos niñas más bien resueltas y su pérfida institutriz, dispuesta como sea a hacerse con la fortuna familiar. Conectada igualmente al universo de la gran Angela Carter (ya se sabe que los lobos verdaderamente peligrosos son los peludos por dentro) aunque apartando el elemento fantástico, que no el terrorífico, adolece de una deriva infantilizada en su tercio final que empaña el conjunto, aunque desde luego no lo invalida. Contiene, además una banda sonora espléndida a cargo de Colin Towns.
08/08/2011. El desquite, Juan Carlos Desanzo, 1983, Argentina
Aclimatación a la realidad Argentina de los primeros 80 de las coordenadas clásicas de noir -un tipo corriente y aburrido metido dentro de un universo fascinante y destructivo- un poco en al senda de los títulos anteriores de Adolfo Aristarain aunque de manera menos elaborada que estos. Pese a que tarda en arrancar y a que al acabado se le nota la pobreza de medios y una falta de fluidez producto de la impericia de Desanzo en su primera película como director lo compensa con una convicción plena en lo narrado y con un una segunda mitad pura lija. El resultado en un thriller bronco, amargo, de extraordinaria violencia y auténtica negrura, sin poses. Muy bien interpretado además, con papeles para un joven Ricardo Darín y para el gran Julio De Grazia. A recuperar o a conocer.
09/08/2011. La escolta, Ricky Tognazzi, 1993, Italia
Pese a que su acabado resulta más plano que sobrio y más esquemático que sintético una buena película que trata, por medio de trasuntos y libertades cinematográficas, los hechos que condujeron al asesinato del juez Falcone a principios de los 90. Con inteligencia Tognazzi mantiene su muerte fuera de la película terminándola con su previo asesinato burocrático, aun más siniestro. De igual modo mantiene en fuera de campo la presencia de la mafia, que no se ve pero se siente en cada esquina y cada acto, dando perfecta idea de eses sistema dentro del sistema (el plano secuencia, falseado pero igualmente expresivo, serpenteando por las dependencias del juzgado y punteado por la lectura en off de la orden de traslado del juez vale por todo el film). Muy bien interpretada, rebosa autenticidad, honestidad y momentos de genuina emoción, además de remitirse con limpieza a los viejos buenos tiempos del eurocrimen y el spaghetti-denuncia.
11/08/2011. Tierra de pasiones (Red Dust), Victor Fleming, 1932, USA
Melodrama “eroexótico” de ejemplar brío, tono constantemente calenturiento y humor salaz a raudales, mucho más divertida que al futura Mogambo, desde luego. Enfrenta la sexualidad frontal, vivaz, de la genial Jean Harlow a la distinción, falsamente mojigata, de Mary Astor, ambas recortadas contra la hipermasculinidad de fondo del gran Clark Gable. Fleming hace virguerías con el magro presupuesto y las todavía más magras localizaciones logrando una atmósfera tan sofocante que se te pega. Cine puesto a hervir.
13/08/2011. La patrulla de la montaña (Kekexili), Lu Chuan, 2004, China
Mixtura de documento concienciado y film de aventuras metafísico-telúrico de loable (aunque maniquea y elemental) intención y discutible resolución sobre las penurias de un grupo de civiles alistados en un cuerpo irregular dispuesto a detener a una serie de cazadores furtivos en el Tíbet. Usando como tópico guía la archisobada figura del periodista (empotrado por usar terminología moderna) que viene desde fuera (como el espectador) y se quedará estremecido con las vivencia que compartirá (todo sin discutir mucho más allá del apunte las posibles aristas del asunto) la película se construye sin mayor incidencia de este punto de vista/personaje, tan anónimo como el resto de acuerdo a una lógica que no discrimina lo antropológico de lo meramente pintoresco dentro de una formulación estética incoherente (sobremontada, repleta de absurdos reencuadre y desenfocados que conspiran contra los momentos más potencialmente intensos) y por completo al gusto occidental, no por nada mercado probable de una producción co-financiada por National Geographic. Más anodina que lacónica, más despistada que abstracta, guarda sus momentos de mayor interés cuando se acerca a la ética del western o la fisicidad primaria del relato aventurero.