En Zaragoza presumen de ser los más ahorradores de España en cuanto a agua se refiere. En Barcelona presumen de lo mismo, pero es que las elecciones municipales y autonómicas en España están a la vuelta de la esquina y todos los políticos en el cargo se tiran el pisto, divulgan datos positivos y finalizan obras, como habréis comprobado en vuestras carnes esquivando zanjas y vallas estos días de pico y pala. Si sufriéramos elecciones cada seis meses, el país entero estaría en permanente construcción y el chapapote del ego nacional contaminaría las costas de Nueva Zelanda. Por otro lado, si sufriéramos elecciones cada seis meses, muchos políticos trabajarían ocho semanas al año y no sólo los dos meses previos al montaje de las urnas, pero entonces nadie en su sano juicio se querría dedicar a la política…
A nosotros nos da igual quién es el más ahorrador, el más guapo o quién le tiene más grande (el embalse), en realidad para ahorrar agua, como para presumir, se necesita muy poco. Sin cálculos geofísicos ni estudios avanzados de ingeniería, todos podemos lograrlo. El 40% del agua consumida en los hogares se marcha, sin decir adiós, por la taza del váter. Para evitarlo, no está de más recordarte:
- La taza del váter no es una papelera (para eso se inventaron las papeleras).
- La taza del váter no es el lugar indicado para marcar el territorio cada cinco minutos. Hemos evolucionado: ahora utilizamos los codos y las pistas de baile.
- Utiliza el botón de ahorro (el pequeño), para usar menos cantidad de agua.
- Si tu taza no tiene ese botón, introduce una botella de agua de dos litros en la cisterna y ahorrarás un 20 – 30% de agua.
- Tira de la cadena sólo lo absolutamente necesario. Un “pequeño pis”,salvo que te hayas hartado de espárragos, no se merece tal derroche de medios… Si tu madre/pareja se ofende, cambia de madre o explica aquello de que “el agua es un bien común”.
Esto si que es trabajo duro…