Vuelve a la carga la lideresa. Ella no puede dejar de ser quien es, y lo demuestra constantemente. Ayer justificaba los abucheos a Zapatero en el desfile –abucheos que no nos engañemos fueron provocados, además de por grupúsculos de extrema derecha, por el PP y las NNGG de Madrid—, invocando la libertad de expresión.
Y yo me pregunto, ¿cómo puede tener tanta cara dura, la condesa? Ayer mismo, la “adalid de la libertad de expresión” vetó cinco preguntas a Izquierda Unida. Hoy en el pleno que se celebrará en la Asamblea de Madrid no habrá preguntas de IU.
Esta buena señora no se corta un pelo, y naturalmente hace lo contrario de lo que dice. Por un lado, cuando la crítica va hacia enemigos políticos, la defiende en aras de la libertad de expresión, sin embargo, cuando entiende que las preguntas que le pueden hacer son molestas, las aplasta con su mayoría absoluta. Ya saben aquello de: “consejos doy que para mí no tengo”.
Eso sí, de Gürtel nada que hablar, de los espías tampoco. La Sanidad madrileña es un ejemplo. La Educación cada día va mejor. Si el paro en la Comunidad es de los más altos de toda España, es por Zapatero. Sí gasta lo indecible en publicidad, es necesario. Si veta propuestas o preguntas de la oposición, son cuestiones técnicas.
Es mucho lo que nos jugamos en Madrid, hay que devolver a esta Comunidad la normalidad. Y eso pasa por desalojar a Dª Espe-rancia del gobierno. Los madrileños no pueden permaneces impávidos ante tanto agravio. Una legislatura más con esta presidenta y Madrid se convertirá en el ejemplo del Tea.party mundial. Si no lo es ya.
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