Domingo 5 de Abril de 2015
Un nuevo estudio ha demostrado que las galaxias con los más poderosos agujeros negros vivos supermasivos en sus núcleos producen menos estrellas que galaxias con agujeros negros menos activos. Los investigadores compararon las lecturas infrarrojas desde el Observatorio Espacial Herschel con rayos X desde los agujeros negros centrales activos en 65 galaxias, medido por el Observatorio de Rayos X Chandra de la NASA.
Sin embargo, la formación de estrellas en la galaxias con los agujeros negros centrales más energéticos escasea. Los astrónomos creen que los agujeros negros disminuyen los flujos de combustible del gas de las nuevas estrellas. La alimentacón de un agujero negro masivo, comienza arrojando radiación en la galaxia que evita que el material en bruto coalescente forme nuevas estrellas.
Se cree que agujeros negros supermasivos residen en los corazones de todas las grandes galaxias. Cuando el gas cae sobre estos monstruos, los materiales se aceleran y se calientan alrededor del agujero negro, y la consiguiente liberación de grandes torrentes de energía. En el proceso, los agujeros negros activos a menudo generan chorros colosales formando corrientes gemelas de la materia caliente.
Las entradas de aire en una galaxia también alimentan la formación de nuevas estrellas. En un nuevo estudio de galaxias distantes, Herschel ayudó a demostrar que la formación de estrellas y el agujero negro incrementan su actividad juntos, pero sólo hasta cierto punto. Los astrónomos piensan que si un agujero negro activa chorros demasiado grandes, comienza arrojando radiación que evita que la materia prima de coalescencia forme nuevas estrellas. Esta imagen artística modificada de la galaxia local de Arp 220, captada por el Telescopio Espacial Hubble, ayuda a ilustrar los resultados de Herschel.
Fotografía original
Crédito: Ilustración: NASA / ESA / JPL-Caltech / STScI / R. Hurt (SSC)
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