Revista Diario

Ahora SÍ que estamos preparados

Por Supermama
Estoy muerta de cansancio. Ha sido un día duro de pruebas y médicos, pero no puedo dejar de contar lo que nos ha pasado en estos días en plena recta final del embarazo. Hasta ahora llevaba mi embarazo en la Clínica Quirón, con el doctor Calleja, para ser más exactos. No conocía a ningún profesional de este hospital, fue el primero con el que me dieron cita, porque llamé en cuanto me enteré de que estaba embarazada y me dieron aproximadamente la primera cita para la semana 20 de embarazo, ahí es nada. Elegí este hospital porque según tenía entendido tenía un porcentaje muy bajo de cesáreas, tal y como dice su protocolo de parto sólo inducen los partos si existe un beneficio para la madre o el feto, no rasuran, no episotomia, fomentan el piel con piel, la lactancia...etc... He leído opiniones de todo tipo en internet, pero no quería pensar que fueran verdad, sobre todo leía eso de que durante unos años sí que era cierto que seguían el protocolo, pero ahora no tanto... Llegó el día de conocer al dr. Calleja, y después de cruzar dos o tres palabras, me preguntó que porqué no había pedido cita con otra doctora, con una que me había visto en varias ocasiones en el anterior embarazo (fui a dos o tres citas con ella hasta que finalmente decidí dar a luz en la Seguridad Social). No entendí a que venía esa pregunta, y no le quise dar mas importancia...¿que tenía que ver eso? ¿era importante saber porqué? el caso es que desde esa primera cita las cosas se torcieron, no había feeling, las consultas eran rapidisimas, mas que en la Seguridad Social (que en mi caso nunca fueron rápidas pero bueno) y no daba nunca muchas explicaciones, ni siquiera giraba un poco la pantalla para que yo pudiera ver al bebe, sólo lo veían el doctor y mi marido. Eran pequeñas cosas la verdad, y como en el hospital quirón el parto no te lo atiende tu ginecologo, sino el que esté de guardía, pensaba que las probabilidades de que me asistiera el parto eran pequeñas. Hacía la semana 30 del embarazo el niño ha empezado a ser tan grande como su hermano mayor, unas dos semanas más de lo que debería. Fue ahí cuando se empezaron a oir palabras como inducción, riesgos... Después de dos ecos, donde me controlaron tanto el líquido amniotico (al parecer tenía mucho), y el peso del bebe, llegamos a consulta en la semana 34. El bebe pesa 2,760 y el ginecólogo quiere inducir el parto si en la semana 38 pesa 3,800, lo cual es bastante probable si va cogiendo unos 200 gramos por semana. Las inducciones suelen tener un alto porcentaje de cesáreas, pueden llegar hasta un 70% según las estadisticas, y ante mis miedos de cesárea, este médico me contesta con el ejemplo de un coche, del que ahora mismo ni me acuerdo. Le tenía que haber contestado que yo no soy un coche, soy una persona...y que las inducciones tienen riesgos, pero mayores son los riesgos de tener un bebe grande...pero yo ya he tenido un niño grande! que pesó 4,200 al nacer. ¿He dejado de ser capaz de parir niños grandes en 3 años? ¿ si este médico no confía en mi, como voy a condiar yo en él? ¿de qué tiene miedo este señor? un niño de 4 kilos no es un peso excesivo, claro que 3,500 kg es mejor, pero vamos, conozco a muchos niños que han nacido con esos pesos y ha ido todo bien, ¿por qué conmigo no iba a ser así? Se ha roto la confianza, no voy a inducir y mucho menos con este médico, me puedo negar, pero bajo mi responsabilidad. Mi instinto me dice que si lo dejo pasar, y coincido con este médico, a la menor complicación me van a hacer una cesárea innecesaria.
No puedo acudir a la Seguridad Social como en mi anterior parto, en la cual confío plenamente, pero por circunstancias es imposible. Me encuentro perdida, no sé donde acudir, tengo que buscar otro ginecólogo, pero no sé donde...conocidos, internet, mundo 2.0, grupos de lactancia...pedimos consejo en todos los sitios donde podemos....En El parto es nuestro me dan la razón, es una inducción sin razón de ser, no hay riesgos en un niño de 4 kilos o pueden ser los mismos que en los de 3 kilos, y ya tengo experiencia...no tiene sentido...
Tengo que dar las gracias a treintañera con hijo, que dedicó un poco de su tiempo a escribirme un mail contándome datos de donde ella dio a luz y a Suu de Construyendo una familia, que me aconsejó y me dió ánimos.
A través de conocidos hablamos con una matrona que da charlas de lactancia en una asociación, la cual nos dio el mismo consejo: cambia de ginecólogo.
En internet hablaban bien de una ginecóloga que atiende en el Hospital Nisa Aravaca, la dra. Gomez Trimiño. Muy amable y humana decían. Nada más entrar en su consulta, me dijo
"¿De cuanto estas?"
"De 34 semanas"
"Pues que sepas que no cojo a embarazadas en estado tan avanzado de gestación para atenderles el parto"
Todo esto sin saber que me pasaba ni para que había ido a su consulta. Está bien para no llevarse mal entendidos, pero las cosas se pueden decir con más tacto, ¿verdad?
Con las mismas tenía que haberme ido, pero fui tan tonta que le hice la consulta y encima pasé la tarjeta...grrrr.
Y casualidades de la vida. En este segundo embarazo no tenía porqué haber hecho un curso de preparación al parto. Pero hay cosas que olvidas, y además, me gustan mucho estos temas, es verdad. Y quizás esta sea una buena ocasión para remediar los errores que puedas haber cometido en el pasado y lo mejor para hacerlo es estar bien informado. Como es por privado, quería encontrar un curso que lo dieran matronas, no enfermeras. Y encontré Matronasur. Antonio y sus colaboradores son encantadores, y desde el primer día conectaron con nuestra forma de pensar, ver y vivir el parto. Nos brindaron su ayuda y colaboración para cualquier duda que nos surgiera, y rápidamente pensamos en ellos. Y nos han dado la solución.
Hemos podido ir a un ginecólogo, el cual nos ha atendido fuera de su horario, sin prisas, dando todas las explicaciones necesarias. Dentro de su criterio no está inducir un parto por macrosomía (peso grande) y menos habiendo dado a luz antes a un niño de similar peso, ni habiendo diabetes gestacional. No ve problema en atenderme el parto, aún cuando no he llevado el embarazo con él. Puede que en la semana 41 hablemos de inducir el parto, pero como se haría con cualquier otra embarazada con independencia del peso del bebe.
La solución era sencilla, lo sé, pero a veces puedes encontrarte con un mar de información, de dudas, de puertas cerradas, y no sabes donde acudir. Las hormonas te atormentan y lo ves todo muy negro. Menos mal que aún existe gente profesional, humana, cercana, que está dispuesto a no ganar tanto dinero porque quizás persiga otra meta, que no conozco, pero que a mi me permite estar tranquila, confiada y así poder decirle a mi futuro hijo pequeño que ahora SÍ estoy preparada para recibirle cuando él quiera, pero que por favor no tarde mucho, que estamos deseando conocerle.
 

Volver a la Portada de Logo Paperblog