José Mestanza Domínguez con apenas 17 años, vendió su moto Vespa por siete mil pesetas y se fue rumbo Asturias a comprar salmón y probar su ahumado especial.
Esa es la historia de los inicios de Ahumados Domínguez una empresa que lleva más de 50 años preparando unos de los salmones ahumados empacados más ricos del mercado. Y no me lo invento, lo caté y está de muerte. Además tuve la suerte de poder ver de primera mano como preparan su producto estrella; el salmón, desde que llega directamente desde las aguas frías de Noruega a su fábrica de Alcorcón (Madrid).
Salmón en lomos (Ahumado Domínguez)
Lo que más me impresionó fue ver que el salmón y todos los productos Domínguez; boquerones, sardinas, bacalao, por mencionar algunos, se preparan de forma artesanal. La utilización de las máquinas es casi mínima, el recurso humano es lo más importante. En un área espaciosa, luminosa y pulcra; hombres y mujeres, día a día, limpian, preparan, cortan y dan forma a ese producto final que llega a las mesas de nuestros hogares, listo para abrir, servir y saborear.
Bacalao ahumado (Ahumados Dominguez)
Alrededor de 200 personas componen la familia de Ahumado Domínguez y nunca dicho de mejor forma, ya que uno de los aspectos más importantes de esta empresa es que siga siendo una empresa familiar, en la que se mantengan los principios y los estándares de calidad de sus inicios. “Sólo está permitido mejorar el producto”, nos explica Pedro Mestanza, hijo del fundador, quien da continuidad al sueño de su padre. ¿Será por eso y por los secretos que esconde la receta de su ahumado, que sigue siendo la marca preferida por muchos consumidores?
El resultado, productos de alta calidad; hablamos de bacalao, sardinas, truchas, boquerones, salsas surtidas y hasta productos preparados como las empanadas y las croquetas de ahumados que están disponible en las tiendas gourmets del Corte Inglés.
Y por supuesto, el salmón; exquisito, con un toque de humo tenue que no elimina los sabores del pescado, jugoso, al punto de sal, que simplemente se deshace en boca. Toda una experiencia sensorial capaz de deleitar a los paladares más exigentes.
Lascas de salmón ahumado (Ahumados Domínguez)