Airea, mucho más que unos campamentos de verano

Colonias Airea

Hace unas semanas que se abrió la inscripción para las Colonias Airea de la Fundació Roger Torné de este año 2013. Esta supone la cuarta edición de Airea, un programa diseñado para proteger la salud infantil mediante el contacto con la naturaleza y el fortalecimiento del aparato respiratorio.
Cuando la Fundación puso en marcha este proyecto hace cinco años, se guió por la confirmación a través de la experiencia de que los ejercicios respiratorios ayudaban a los niños y niñas a prevenir crisis de asma y otras enfermedades de tipo respiratorio. Pero además, siguiendo la intuición de que el contacto con la naturaleza favorecía la salud infantil. En aquel momento, no se encontraron artículos ni estudios que confirmaran este efecto positivo: todavía no estaba siendo evaluado a nivel científico, aunque la investigadora Gina Palosi nos hizo llegar el abstract sobre la investigación realizada en Nueva York que ponía en evidencia que el contacto con zonas arboladas de la ciudad podía desempeñar un papel en la prevención del asma en la primera infancia. En cambio, sí aparecieron informaciones en el sentido contrario que confirmaban el perjuicio que suponía la contaminación para la salud.
Estos días en los que en la Fundación estamos inmersos en la preparación de Airea 2013, hemos tenido contacto con Silvia Collado, Doctora en Educación Ambiental del Departamento de Psicología Social y Metodología de la Universidad Autónoma de Madrid, quien amablemente nos ha enviado un estudio, escrito en colaboración José Antonio Corraliza, Catedrático en Psicología Ambiental, basado en el libro “Naturaleza y bienestar infantil”.

Libro "Naturaleza y bienestar infantil"

Es una información de mucha trascendencia para la Fundación y el trabajo que se realiza en Airea, porque esta investigación se centra en el estudio de la relación entre la cantidad de naturaleza de los entornos cotidianos de los niños y el modo en que éstos afrontan eventos estresantes. Los resultados previos permiten pensar que cuanto mayor sea la cantidad de naturaleza en el entorno cotidiano de los niños, menor será el nivel de estrés infantil.
Por ejemplo, en situaciones de estrés como la inducida por la existencia de frecuentes discusiones de los padres delante del niño o la inducida por no tener nada que hacer, se comprueba que los efectos negativos de las mismas en el niño son amortiguados de manera significativa por la naturaleza cercana.
En el caso de Airea, los niños no sólo entran en contacto con la naturaleza, sino también con su ciclo vital, ya que el ritmo de vida durante esos días se acopla al ritmo natural. Se levantan temprano, la clase de yoga y el desayuno se adecúan al ritmo necesario para ir despertando cuerpo y mente, las actividades de la mañana fortalecen sus músculos y el sistema respiratorio en una progresión que llega hasta la hora de comer, tras la cual, a medida que baja la luz y la energía, transcurren las actividades más relajadas de la tarde. Talleres que estimulan la concentración y adquisición de habilidades y conocimientos nuevos y estimulan su curiosidad. La hora de irse a dormir coincide con el final natural del día y todo ello les permite obtener el descanso y la energía necesarios para afrontar el día siguiente.
En Airea se aprende a vivir de una manera más simple, alejada de la artificialidad de nuestro día a día, una artificialidad que, como en alguna ocasión ha afirmado el Dr. Ramon Folch, miembro del Consejo Asesor de la Fundació Roger Torné, es necesaria en nuestras vidas y en ocasiones nos ha ayudado a sobrevivir, pero de la que también es importante aprender a desconectarse, sobre todo si añadimos a esa intuición inicial la confirmación científica de que el desarrollo emocional de nuestros niños y niñas se verá reforzado por todos los momentos de relación con la naturaleza que les proporcionemos.
Pueden encontrar la información práctica sobre la convocatoria 2013 de Airea en la web de la Fundació Roger Torné.
Por Gloria Valdivia Publicado en Fundrogertorne.org