¡Qué calor! El verano se acerca y con él se respiran aires de verano y, sobre todo, aires de bodas originales, frescas, junto a la playita y con la brisa del mar. Organizar una boda en la playa es mucho más sencillo de lo que pueda parecer en un primer momento: basta con pedir un permiso por ocupación de vía pública; y utilizar decoración de papel, dónde prevalezca el blanco o el blanco y el azul, los colores del sol, las nubes y el mar.
¡No os olvidéis que, como buena boda de playa, no pueden faltar los frutos del mar!
El principal requisito para que vuestra boda en la playa sea todo un éxito es, por supuesto, que la climatología os respete (¡un chaparrón no será bienvenido!) y, a su vez, tener el acierto de escoger una cala o una playa llena de encanto. Es también importante que sea una boda íntima, no multitudinaria, para respectar el aire íntimo y desenfadado del conjunto, y para que podáis disfrutar del placer de preparar personalmente los pequeños detalles: pensad en pompas de jabón para los invitados (así los pétalos no ensuciarán la arena); caramelos para bodas, sombrillas de lo más playeras y farolillos de todos los tamaños.
Si se os hace de noche, será estupendo contar con bolsas de luz y antorchas para crear una atmósfera mágica e inolvidable. El magnífico colofón para despedir una boda de ensueño, una boda original y con ideas originales en cada rincón. Así que animaros a organizar vuestra boda ibicenca con farolillos, luces y magia.