La calificación energética de la vivienda evalúa fundamentalmente dos aspectos: la eficiencia energética de la edificación y la contaminación ambiental que produce. Es decir, cuando los técnicos acuden a la vivienda para hacer la revisión, lo que tienen en cuenta es, por un lado, si la vivienda utiliza de forma eficaz la energía que necesita o si la derrocha y, por otro, el grado de contaminación y residuos que emite al medio ambiente. Se trata de dos aspectos que son distintos pero que suelen ir unidos, ya que cuando una edificación es muy eficiente energéticamente suele emitir muy pocos residuos. Por ejemplo, los nuevos sistemas de calefacción no solo producen el mismo calor con mucho menos consumo, sino que además funcionan con fuentes de energía menos contaminantes. En cambio, un sistema de calefacción viejo necesitará mucha energía para funcionar y, cuando lo haga, emitirá muchos residuos.
Mejorar el aislamiento de la vivienda
Para evaluar estos dos ámbitos, los técnicos revisan distintos aspectos de la casa, desde la orientación del edificio a los sistemas de calefacción o los electrodomésticos. Algunos de estos aspectos no se pueden modificar porque no dependen del propietario –como el ejemplo que hemos citado de la orientación de la vivienda u otros como los materiales con que han sido construidos los muros exteriores – pero otros sí están en nuestras manos. Entre estos últimos, uno de los más importantes y de los que más tienen en cuenta los técnicos que realizan las revisiones es el aislamiento de la vivienda. Una vivienda que esté bien aislada es mucho más eficiente energéticamente que otra que no lo esté, ya que se necesitará mucha menos energía para mantenerla caliente. El aislamiento evita que salga el calor del interior de la vivienda e impide que entre el frío del exterior, por lo que el calor se mantiene durante mucho más tiempo. Si la casa tiene corrientes de aire, por ejemplo, el calor se perderá enseguida y será necesario que el sistema de calefacción consuma mucho más.
Un buen aislamiento depende de varios factores diferentes. Una de las zonas por donde más calor se pierde son las ventanas. Cuando no cierran bien o los marcos son viejos, es mucho más probable que entre el frío del exterior, por lo que es importante cambiarlas o colocar sistemas de aislamiento como burletes y tiras de silicona. Si estamos pensando en sustituirlas, lo mejor es elegir un sistema de doble cristal o doble ventana, ya que reduce a la mitad la pérdida de calor con respecto al acristalamiento sencillo. Otro lugar por donde también se suele perder mucho calor es a través de las puertas. Muchas veces los marcos no cierran bien y quedan rendijas por las que se cuela el frío. Sustituirlas por unas más nuevas o colocar burletes puede ayudar a reducir considerablemente la pérdida de calor.
Además de las ventanas y las puertas, también es importante el aislamiento de techos y paredes. Si cuando se construyó el edificio no se usaron materiales muy buenos, siempre podemos mejorar el aislamiento con una pequeña obra en el interior de la vivienda. La instalación de una capa de tres centímetros de corcho, poliuretano o fibra de vidrio tiene la misma capacidad aislante que un muro de piedra de un metro de espesor, y su coste es muy reducido. Algo similar sucede con los techos, que son la superficie por donde más calor se pierde. Aislarlos con láminas de fibra mineral –como lana de piedra o fibra de vidrio- puede llegar a reducir hasta un 35% el gasto en calefacción, así que es algo a tener en cuenta. También pueden cubrirse con pinturas especiales que desvían el calor hacia otro punto y evitan que se filtre por las paredes.
Con unas pequeñas modificaciones que apenas requieren obra y son baratas, podemos hacer que nuestra vivienda mejore mucho su aislamiento. De esta forma, su calificación energética será más elevada y podremos venderla o alquilarla mucho más fácilmente. Teniendo en cuenta lo competitivo que es el mercado inmobiliario hoy en día, cualquier aspecto que podamos mejorar para hacer que nuestra vivienda se alquile o venda con más facilidad es bienvenido, sobre todo si además no requiere apenas inversión.