Podríamos situar Akelarre como un retrato feminista que utiliza la caza de brujas para lanzar un mensaje a la actualidad, desde una perspectiva histórica. Claramente, la película lo es. Ese retrato femenino dónde el anclado y retrogrado pensamiento conduce a la quema de jóvenes sobre las cuales no había verdaderas pruebas, acaba construyendo el destino final de la historia.Aun con todo ello, también es interesante mirar la película (incluso diría que más) desde esa perspectiva folklórica y de fantasía que la propuesta sostiene en su fuero interno. El ritmo de ritual que acaba consiguiendo el cineasta Pablo Agüero, calibrando bien el montaje entre los interrogatorios reales y los relatos narrados por la protagonista, acaba confiriendo una fuerza a la película que va más allá de las múltiples interpretaciones que esta pueda ofrecer.Nos situamos en el País Vasco, en el año 1609. Los hombres de la región se han ido a trabajar al mar. Durante ese tiempo de ausencia, la inquisición aprovecha para arrestar a las mujeres supuestamente relacionadas con el Diablo. Ana, una joven del condado, participa en una fiesta en el bosque con otras chicas de la aldea. El juez Rostegui, encomendado por el Rey para purificar la región, las arresta y acusa de brujería. Decide hacer lo necesario para que confiesen lo que saben sobre el Akelarre, ceremonia mágica durante la cual supuestamente el Diablo inicia a sus servidoras y se aparea con ellas. Ana, decidida a salvarse, y a salvar a sus compañeras, le introducirá en un peligroso juego de testimonios entre la realidad y la fantasía.
Con una marcada y excelente fotografía, a medio camino entre la apuesta por los grandes angulares de Terrence Malick (en los exteriores) y la oscuridad pictórica de un cuadro de Caravaggio (en los interiores) la cinta va desde el impactante e íntimo retrato de personajes de su primera mitad, hasta un profundo, estilístico y delirante juego de sombras y obsesiones de esa "fantasía" revolucionaria y reivindicativa que desencadenan sus personajes femeninos.Del mismo modo que brilla esta parte final, asociada al ritual que da título a la película, toda la primera parte va construyendo a fuego lento el in crescendo necesario para llegar a él. Un inicio mucho más perfilado a presentar y desarrollar los personajes, aunque finalmente solo los de la protagonista Ana y el Juez Rostegui adquieran verdadera fuerza. El juego entre ellos es el principal interés y detonante de Akelarre, que acaba dejando un poco de lado al resto de personajes femeninos que se agrupan entre las acusadas.
Quizá, por ello, pueda parecer que el tono de la cinta no llega a encontrase del todo a sí mismo. Aunque todo esté construido de manera adecuada y consciente para la revelación final (real o no), es cierto que la conjugación puede despistar a más de uno que busque solo un retrato de fantasía o, por el contrario, solo un retrato íntimo de personajes.Finalmente, Akelarre es ambas cosas, y también un nuevo tanto para el cine vasco. Su preciosista retrato confiere a la obra un solemne ambiente de brujería y folklore, tan meditado como arrebato en su tercio final. Le falta, eso sí, garra y profundidad en el perfilado grupal. Y quizá algo de equilibrio en el tono general de la obra. Pero nada de ello invisibiliza los grandes aciertos de esta propuesta tan atmosférica como reivindicativa.
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- ##check## Lo bueno
- Su apuesta folklórica y todo el terreno de fantasía que adquiere la película en el tramo final.
Las interpretaciones de Amaia Aberasturi y Àlex Brendemühl. - ##times## Lo malo
- Que el tono pueda ser algo confuso en esa conjugación entre la primera parte, más apegada al realismo, y la segunda dónde la fantasía reivindicativa toma el protagonismo.
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- Ambientación 8.0
- Muy buena. La película consigue una atmósfera y una ambientación del S.XVII realmente bien trabajada. Nos trasporta a la época con sus oscuridades y sus bellezas terrenales (y no tan terrenales). Una mezcla de grandes paisajes y espacios cerrados que tiene detrás siempre un gran trabajo de dirección artística de época.
- Desarrollo de Personajes 7.5
- Muy interesante. De todo el grupo de chicas, el personaje principal de Ana tiene un desarrollo tan inspirado como poco esperado. Del mismo modo que la trasformación del Juez Rostegui resulta finalmente el gran interés de la película.
- Argumento / Guión 6.5
- En algunos tramos la película se pierde en su intento por conjugar lo real y lo ficticio. De todos modos, los procesos judiciales contra las jóvenes condenadas por brujas están desarrollados de manera inteligente y progresiva.
- Banda Sonora 8.0
- Realmente potente. Confiere a la obra un carácter autóctono y mágico que acompaña de manera perfecta la historia de revolución femenina y folklore.
- Entretenimiento 6.5
- Durante la primera mitad la película se cocina a fuego lento y puede que algunos espectadores se queden algo fuera, pero nunca pierde el interés ni el gancho. Está contada con pulso, y su media hora final es un estallido bastante inesperado.
- Montaje / Innovación técnica 7.0
- Tiene un montaje muy interesante mostrando alternativamente los sucesos reales con aquellas historias que recrea en sus interrogatorios la protagonista. Además, la película técnicamente cumple con creces, con una belleza visual y un estallido final de brujería realizado con gran personalidad y fuerza.
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- Puntuación Total 7 / 10