"Una bella editora neoyorquina se retira a una solitaria cabaña, en la colina de la tranquila ciudad costera Dead River, en temporada baja, donde espera la llegada de su hermana y amigos. Cerca, una familia de caníbales salvajes está al acecho en el sombrío bosque que la rodea, observando y esperando que salga la luna y caiga la noche.
Y en pocas horas, cinco personas civilizadas y sofisticadas, así como un viejo y cansado sheriff aprenderán cuán primitivo somos debajo de la superficie, y que no existen límites ante el deseo de sobrevivir."
Finalmente entendí porqué Stephen King alababa tanto a Jack Ketchum, y eso me causa escalofríos.
Si pensaban que con King habían llegado a una cuota de horror insuperable, estaban equivocados... yo también estaba equivocado. Uno de mis blogo-amigos, al preguntarle una vez si conocía a Ketchum y tras su afirmación, me dijo que nunca leería al autor porque 'es muy realista'. Tras leerlo, siento que es verdad, y la historia me caló tan hondo que a la noche cualquier movimiento me pone en alerta permanente.
Al acecho se divide en cinco partes, podría decirse: las tres primeras son la novela propiamente dicha, mientras que luego se encuentra un epílogo exclusivo de la versión sin cortes en la cual el autor relata el infierno que fue ver publicado su libro por primera vez allá en 1980, y luego una historia que quedó fuera de otra de sus novelas como relato intermedio, y que ofrece un vistazo - y una puerta abierta - a la historia de canibalismo que Ketchum continuó en la secuela Offspring, diez años después de la original.
Durante las tres partes que componen la novela, las primeras dos se encargan en el primer momento, de presentan a esta enorma familia de cavernícolas modernos, compuesta nada más y nada menos que por diecisiete personas (entre hombres, mujeres y niños), que acechan a cualquiera que se les cruce en el camino y conforme un plato apetitoso para él/ella y su familia. El grupo de protagonistas principales no tarda mucho en hacer acto de aparición, y en pincelazos grandes o pequeños se retratan las relaciones que tienen entre ellos. Si tardé más tiempo en leer el libro, era porque estas dos primeras partes se retrasan bastante en presentar la acción, pero una vez que comienza el tercer tramo, es una carrera mortal contra el tiempo, y uan demostración de que la porno-tortura no existe sólo en las películas. En 127 páginas, Jack Ketchum libera todo su poderío imaginario perverso a favor de un nivel de violencia ininterrupida, en el cual no hay cuartel para este grupo de amigos fashionistas que nunca se imaginaron vivir una situación como la que se les presenta ante sus ojos.
Mientras leía, las situaciones me hacían acordar terriblemente el mal trago que viví viendo Holocausto Caníbal, presenciando cómo sus protagonistas caían de la peor manera; pero, a diferencia de aquellos energúmenos, los protagonistas de Al Acecho no hicieron nada para merecer el destino que les toca a manos de esta familia caníbal. Cada personaje se perfila de una manera diferente, y cuando la acción llega, el/la/las/los sobreviviente/s no son los que uno imaginaba, ya que el espíritu de supervivencia le pega diferente a cada uno (y eso si tienen oportunidad de luchar por sus vidas...) A medida que va avanzando la trama y los sucesos hacia el final, la espiral de violencia sigue elevándose y elevándose, hasta terminar en una escena completamente explosiva. Esta parte la terminé a la madrugada, con el sol despuntando en mi ventana, habiendo pasado casi toda la noche en vela leyendo, totalmente absorbido.
Y no es porque sea morboso, es que uno conecta tanto con la situación y el horror que están viviendo los personajes que quiere que éstos tomen venganza por todo lo que les ha pasado, y, oh, el terror es tan palpable que te deja sin aliento. La prosa de Jack es tan viciosa que es imposible dejar de leerla.
Ahora veo porqué tardó tanto en llegar una versión completa de la novela, ya que para la época era demasiado violento y vil; ahora no nos importa tanto, con los tiempos que corren, pero Ketchum relata con pelos y señas el combate con la editorial para rebajar la violencia, incluso cambiarle el final por uno más esperanzador, al contrario que el sombrío original.
Y no termina ahí: hay una historia más al final (La Hija del Invierno) que, según Ketchum es una historia que conecta Al Acecho con su secuela, Offspring. Curiosamente, existe una película de Offspring de 2009 dirigida por Andrew van den Houten, que eligió adaptar la segunda parte y no la primera, curiosamente. (Vean el trailer acá)
Si están listos para el próximo nivel en horror, consigan Al Acecho. No en vano está la frase de Stephen King en la solapa, ni por asomo como truco publicitario. Las noches sin dormir han comenzado...
Calificación: Excelente