Revista Sociedad

Al cenobio por narices

Publicado el 20 mayo 2011 por Francissco

Acampadas ciudadanas prohibidas (ay, ay).Al cenobio por narices.

Pues eso, nada de reflexionar juntitos, que queda vulgar.

Esta prohibición es algo insólito y alienante a pesar de que se preveía,  porque la calle es nuestra, de todos. No es ni del Estado ni de ninguna junta formada por burócratas que supuestamente “protegen” el derecho electoral.

Para nada se ha dicho en las redes sociales que apoyan las acampadas que se vaya a atacar a los colegios electorales; o que vayan a escupirle vilmente al careto a quienes vayan a depositar su papeleta. De hecho, es perfectamente posible hacer las dos cosas si eso es lo que deseas (reunirte y  votar. Escupir no, claro)

Lo paradójico es que, al ampararse en la prohibición de actividades políticas el día de reflexión, se le reconoce al movimiento social #democraciarealya carta de actor político. Un actor que – por cierto y sin movilizar autocares-  ya consigue reunir más gente que los mitines de los partidos de siempre, para sonrojo de estos.

Los mandarines que nos gobiernan  están acostumbrados al protagonismo y a llenarlo todo con sus egos desmesurados. Y tiene que ser difícil tragarse unos informativos como los de hoy, donde las acampadas salían primero que nada y ellos salían en tercer y cuarto lugar. Terceros y cuartos, ja.  Y eso en el último día de campaña activa, que tiene bemoles.

Eran los de hoy -no obstante-  unos informativos anecdóticos y aburguesados en extremo, recogiendo tan solo lo chocante y lo llamativo. Cuando la protesta de fondo y los motivos de base para el hartazgo social son inmensos los informativos de Telecinco, pej, se limitaban a mirarse el ombligo.

Te sacaban a dos tipos bañándose en bolas, las cocinas improvisadas de la acampada, una viejecita que protestaba de forma graciosa…Y  de seguido a Rubalcaba con cara de doberman consciente de serlo. Pasaban las imágenes desde ese hippismo forzado y rebuscado adrede de la acampada a la seriedad de la portavocía del gobierno. Del caos a la seriedad, qué curioso.

La “seriedad” consiste en que votas, callas y punto. Y luego, en las campañas electorales, consientes en  que ellos,  los votados y pagados por tí, se gasten en promocionar sus egos lo que no está escrito. Ese dinero que a tí te niegan en el banco cuando lo pides y te reclaman como posesos a la más mínima demora en devolverlo.

Dicho esto, es muy aventurado poner la manos en el fuego por la continuidad y la llegada a buen puerto de este nuevo movimiento social. A buen seguro que algún que otro participante será algo mas que un “ciudadano espontáneo”.
Y está claro que ese maravilloso ambiente tan aglutinador torna caóticos los intentos de concretar y enfocar todas esas enormes energías.

Pero se ya ha cruzado un Rubicón y no hay vuelta atrás. Se acabó lo de retirarte a tu casa, al cenobio, a tu soledad de ciudadano aislado justo cuando menos conviene estarlo. Ya está bien de que te impongan el autismo. Somos animales sociales y los asuntos colectivos requieren hablar. Y en la calle se habla de maravilla, nada como las plazas públicas para hablar de la res pública, de la que nos pertenece.
Y todo  ello sin denostar los parlamentos, que tampoco es eso. Así que mañana, servidor reflexionará en la calle y en buena compañía. En casa que se quede su tía.

Saludines acampados. ¡¡A la calle!!

 


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