Despierta el día y duerme mi fatiga a tu lado, acariciada por tu calor y arropada por tu respirar, no quiero despertar.
Las sábanas revueltas guardan nuestro tesoro, tu respirar calmado hace que abra lentamente los ojos que brillan al verte, así calmada sonrío, ¿cuánto hacia que no sonreía?, me sereno y sigo navegando por tu cuerpo, me detengo en tu mandíbula, acariciándola con un dedo mas suavemente que el aleteo de una mariposa, no te quiero despertar, bajo hasta el mentón el cual beso, subo a tus labios y aguantándome la respiración, los acaricio suavemente con los míos, te amo.
Mis manos recorren ahora tu pecho, ahí está guardada mi vida, en tu corazón, me retuerzo besándome casi las rodillas y me entierro en ti, resguardada, tú sumido en tu sueño, a pesar de tu inconsciencia me abrazas, siento tus brazos apretarme contra tu pecho, me siento presa, me siento guardada, me siento tuya y calmada.
Nos rozamos la piel mientras aguardo que despiertes, ¿qué soñarás? Por un segundo siento celos de no ser tu único sueño, giro el rostro para verte respirar y se detiene el tiempo, acerco mis labios a los tuyos pero no los beso, solo quiero inhalar todo el aire que respiras, no puedo meterme dentro, pero cuán profundo te quiero.
En un cálido y dulce suspiro te despiertas y sonrío, en tus ojos brillo, en tu mirada me pierdo y tras un suave y tierno beso solamente te digo, buenos días, te quiero.