`Al final de la escalera´-El terror que nunca pasa de moda-

Hace unos meses escribí un post donde ponía en el tapete mis 20 películas de terror favoritas, y después de haberlo escrito y publicado me invadió la extraña sensación de haberme dejado en el tintero algo importante. La verdad es que cuando realizas este tipo de listados o rankings (de los cuales no soy muy partidario)te expones a algo tan duro como es sentirte defraudado contigo mismo, ya que te ves forzado a elegir unas pocas obras entre muchísimas grandes películas, cosa que a mi parecer es un suplicio innecesario y de lo más tonto. Son tantas las obras que adoras y que te vienen a la mente que resultaría completamente imposible no tener esa sensación de desazón tan desagradable de la que os he hablado. Normalmente un servidor hubiese pasado página y a otra cosa mariposa pero caí en la cuenta de que el film del que quería hablar y no lo hice no era otro que “Al final de la escalera” ; una maravillosa película de terror por la que tengo un cariño muy pero que muy especial, así que he decidido dedicar un artículo enterito a hablar de esta gozada de film, no hay mal que por bien no venga, mi error sin duda ha sido para bien, pues esta gran obra se merece un post para ella sola.

“Al final de la escalera” es un film realizado en el año 1979 y dirigido por Peter Medak, que nos cuenta la historia de John Russell ( George. C. Scott) un afamado músico que tras perder a su mujer y a su hija en un accidente de tráfico se traslada a Seattle para cambiar de aires y trabajar de profesor de música. Russell alquila una antigua mansión victoriana en las afueras de la ciudad para trabajar con mas tranquilidad. El compositor descubrirá que no está solo en la casa ya que una extraña presencia, al parecer el ente de un niño, se manifestará para esclarecer una turbia historia de asesinatos y engaños.

Con este planteamiento argumental(basado en unos hechos reales acontecidos en Denver)que a priori, no parece nada del otro mundo el irregular director Peter Medak nos regaló una verdadera Obra maestra del género de terror y una de las películas de temática casas encantadas más aplaudidas e influyentes de la historia del cine. No es en vano que directores de la talla de Amenabar, Del Toro, Scorsese, Shyamalan, Coppola o Spielberg hayan mostrado su admiración en alguna ocasión por este film. El caso más evidente es el del director español Alejandro Amenabar quien se ha declarado un ferviente admirador de esta obra y ha admitido que su mejor película hasta el momento; “Los otros” es un sentido homenaje a “Al final de la escalera”, de hecho los guiños que encontramos en el film del director manchego a la obra de Medak son constantes y muy evidentes. Por ejemplo el jardinero a las ordenes del señor Russell se llama “Tuttle” el mismo nombre que tenía el jardinero de la casa de Nicole Kidman en “Los otros”. Incluso encontraremos escenas casi idénticas: las tomas “aéreas” de las escaleras o la sesión de espiritismo son dos claros ejemplos. También se menciona el nombre de la película en el film de Amenabar,esto sucede cuando el personaje interpretado por Nicole Kidman les dice a los criados que sus aposentos se encuentran “Al final de la escalera”, de esta curiosa forma quiso el director Manchego que su película fetiche hiciera acto de presencia en “Los otros” para , de alguna forma, agradecer al film de Medak la influencia que había tenido sobre él.

Hay algo que es innegable a cerca de este grandioso film,“Al final de la escalera” es una de las películas más bellas y a la vez terroríficas que un servidor ha tenido el placer de ver. Es bella porque rebosa elegancia por los cuatro costados, es bella por su honestidad y su pureza, es bella porque consigue infundir miedo sin necesidad apoyarse en vacíos efectismos o en esos sustos tontos actualmente tan utilizados . Os seré sincero, nunca he podido ver esta obra de noche antes de acostarme, pues me aterroriza. Y lo más plausible es que realmente no es un film de sobresaltos forzados que se apoyan en subidas de volumen o en imágenes impactantes para asustar al incauto espectador.”Al final de la escalera” no es una película de terror convencional, no hay adolescentes perseguidos por un asesino,no hay monstruos de aspecto feroz y voraz apetito, no hay vísceras, apenas hay sangre. Ahí reside uno de sus muchos encantos.”Al final de la escalera” es literalmente escalofriante, juega maravillosamente con cosas sencillas y cotidianas con una inteligencia y una sutileza fuera de lo común . Puertas que se abren lentamente a nuestras espaldas, una nota del piano que rompe el silencio sepulcral, unos extraños y acompasados golpes que se producen misteriosamente todos los días a las 6 de la mañana, todo ello acompañado por una banda sonora escrita por Ken Wannberg y Rick Winkils que consigue realmente erizarte el bello, a mi personalmente siempre me han gustado mucho las canciones corales con voces femeninas o de niños, creo que funcionan de maravilla en films de casas encantadas o de fantasmas.

Seguramente gran parte de la culpa de que cosas tan simples produzcan tanto miedo es la brillantísima fotografía de John Coquillon que de una forma exquisita consigue crear una atmósfera verdaderamente inquietante. Una fotografía que juega muy bien con los exteriores y los paisajes. Con planos largos que con la melódica suavidad de una acompasada caricia van lentamente acercándose hacia el objetivo, captando con escrupulosa minuciosidad los detalles más nimios consiguiendo con ello dotar de vida al momento.

Primeros planos de los rostros captando cada expresión y logrando plasmar y contagiar el terror al espectador. Y para muestra un botón: alguna de las imágenes más aterradoras del cine se encuentran en esta película, me refiero sin duda alguna al primer plano del rostro de Trish Van Devere cuando ve horrorizada la pequeña silla de ruedas al final de la escalera. El plano se queda fijo,casi moribundo en el rostro de la mujer y con esa lentitud tan característica en este film vamos observando como la actitud de la cara de la actriz va cambiando, sin que de momento entendamos a que se debe esa expresión de pavor, hasta que en la siguiente captura vemos la fantasmagórica y polvorienta silla meciéndose sola al final de la escalera, espeluznante. O como Medak consigue horrorizarnos de una forma asombrosa mostrándonos algo tan simple como ver rodar escaleras abajo, con una calma diabólica(como si tuviese vida propia) la pelota que pertenecía a la hija fallecida de Russell. Tan sutil como terrorífico.

La suavidad con la que se mueve la cámara es casi poética, llevando en volandas la narración de una forma magistral y haciendo que la lentitud se convierta en una virtud y no en un lastre como estamos acostumbrados a ver en tantas producciones, en este caso dicha lentitud dota al film de una extraña y desasosegante aura de falsa calma, que trabaja perfectamente al servicio del terror psicológico que emana esta obra maestra intemporal. En ocasiones el manejo subjetivo de la cámara nos recuerda (y mucho) al maestro Carpenter, concretamente me refiero a la magnífica obra “La noche de Halloween” donde John Carpenter nos regaló esos inolvidables planos grabados de forma que emulaban la situación vista desde los ojos del asesino, como si el espectador fuera el que llevara la mascara de Michael Myers. En este caso Peter Medak emplea la cámara subjetiva de forma que sintamos que lo que estamos viendo es desde los ojos del espíritu atormentado, y la verdad es que utilizando esta técnica acompañada de unos suaves suspiros y lamentos el resultado es escalofriante.

Puedo afirmar sin temor a equivocarme que nos encontramos ante el film de casas encantadas más redondo e influyente de la historia del cine, ya sé que está afirmación puede parecer un tanto exagerada pero os aseguro que no lo es. El film de Peter Medak ha sido “copiado” hasta la saciedad, y a los hechos me remito. En Obras como “The ring”o“El sexto sentido”(por poner dos ejemplos actuales) hallaremos detalles casi calcados de la obra de Medak. Paralelismos tan evidentes como el detalle del pozo en el film de Hideo Nakata o los eternos planos pausados de la magnífica obra maestra de Shyamalan son dos de los muchos homenajes que encontraremos en ambas cintas.

En definitiva, nos encontramos ante una de las mejores películas de terror de todos los tiempos y ante un verdadero ejercicio de maestría por parte de Peter Medak, que consiguió unos resultados espectaculares y muy efectivos jugando con elementos tan simples como una silla, una puerta, una pelota, un piano y unos efectos de sonido minuciosamente dosificados. Es curioso que un director capaz de realizar una obra maestra de estas dimensiones sea el mismo realizador de sub-productos serie Z como “Species II”, “Doble juego” o de algunos capítulos de series como “Castle” o “Masters of Horror”. Seguramente “Al final de la escalera” fue un golpe de suerte, porque este director no ha vuelto a hacer nada decente desde este film.

La verdad es que buscando información sobre esta película me he encontrado con alguna noticia que pone los pelos de punta. Una de estas noticias es que Guillermo del Toro estaría interesado en hacerse con los derechos del film para realizar un remake, esta parte es la menos alarmante (dentro de lo que cabe), lo verdaderamente inquietante y extraño es que el actor Ben Stiller sería uno de los más firmes candidatos a hacerse con el papel protagonista, esperemos que sólo sea un rumor de esos que circulan día sí día también por la red. También he encontrado algunas noticias que apuntan que el mismo director Peter Medak estaría interesado en dirigir el remake del film, cosa que me lleva a plantearme lo siguiente: Señor Medak, está claro que lo de “Al final de la escalera” fue un golpe de suerte, ¿Por qué no dejar las cosas como están y así ser recordado como el director de una obra maestra? Mejor eso que ser recordado como el hombre capaz de crear una obra maestra y 30 años después conseguir hundir en la mierda (con perdón) el mismo proyecto con más medios pero seguramente con menos fortuna, ya que la suerte no llama a la puerta todos los días.