Revista Deportes

Al francés que le den

Por Malagatoro

aficionados franceses

Aficionados franceses en la plaza de Acho. Foto: tauromaquias.com


Uno no acaba de salir de su asombro con lo que está ocurriendo en la empresa de la Malagueta. Ayer, durante la comparecencia en el programa que dirige Daniel Herrera en Málaga TV, el representante de la UTE Toros de Málaga, don Francisco José Porras, me dejó atónito.

De entrada, comenzó a glosar, como no podía ser menos, las bondades de la Casa Chopera y lo contento que andaba con el trato que les estaba dispensando la Diputación. Todo eso muy bien, hay que ser agradecido. Recalcó cosas que todos sabemos, como que el pliego obligaba a hacer de la Malagueta una plaza de temporada. Pues claro que sí, señor Porras, por eso lo de sacar un abono de temporada, sin fases ni términos varios para intentar justificar que hasta la fecha no se haya hecho pública la cartelería  que exige el Reglamento Taurino de Andalucía.  Don Francisco insistió en que el elemento esencial para la nueva empresa era el toro, que había sido la asignatura pendiente de la UTE de Puche. Cierto todo ello. Pero cuando le preguntaron sobre asuntos como el abono de temporada y la legalidad del mismo, el señor Porras nos sale con lo de “Feria de primavera”, con que se paga parte del abono, con lo del abono por “fases”, con que no pueden poner la totalidad del abono en venta ya que es ilegal porque no están todos los carteles (parece que ya se ha dado cuenta de ello), con que las corridas de Semana Santa y de la Prensa si entran como parte del abono… El galimatías acostumbrado.

Y estando hablando, sin decir nada, el buen hombre comienza a quitarse del punto de mira, y para ello comienza a disparar a la UTE de Puche, criticándola, con razón, porque obligaba a los aficionados a comprar tres corridas en Semana Santa para ver a José Tomás. ¿Y qué van a hacer ustedes? Pues lo mismo o aún peor, si el abonado quiere conservar su localidad para el ciclo ferial. Porque, el señor Porras dejó bien claro que aquel abonado que no comprara las tres corridas de primavera, podía perder su localidad si quería abonarse únicamente para la feria de agosto. Es decir, no únicamente no se beneficiaba de la reducción del 30% por la compra del abono de temporada sin conocer el mismo, sino que si su localidad no estuviera ocupada se le respetaría, de lo contrario la perdería. Por tanto, el representante de la Casa Chopera, me confirmó de esta manera que las taquillas de la Malagueta se habían convertido en yugos caudinos por donde el abonado debe pasar, si o si, para no perder su localidad.

Pero la cosa no quedó en eso. El remate vino cuando se le preguntó por el problema a la hora de la pérdida de localidad de abonados que se encuentran fuera de Málaga y a los que puede resultarles  difícil o materialmente imposible pasarse por taquilla  estos días.  Como ejemplo se le puso el  de un abonado que fuera francés. Y el representante empresarial, se despacha muy a gusto, a tenor de su semblante risueño, afirmándolo rotundamente y refiriendo que es que el abono está pensado para los malagueños…¡Toma ya! Y al francés que le den. ¿Qué pensarán los magníficos aficionados del país vecino?  Y, por la misma, a los sevillanos, madrileños, cordobeses, y a todo aquel foráneo que, aunque fielmente abonado durante muchos años, no pueda o no quiera pasar por taquilla. Todo un despropósito y una actitud provinciana.

Los que asistimos a los festejos en la Malagueta, estamos rodeados de muchas personas que no viven en Málaga, que vienen a los toros aprovechando su periodo de vacaciones estival y que, por diversos motivos, no van a pasar por taquilla para presenciar  esta “fase primaveral”. Otra “fase más” de “fidelización” del aficionado. En estos tiempos de tiesura económica y con la que le está cayendo a la fiesta de los toros, los esfuerzos de la empresa debieran ir en el sentido opuesto: dar todas las facilidades para conseguir el mayor número de abonados, vengan de donde vengan. Muchos de estos abonados son fieles visitantes de la provincia de Málaga, son esos “veraneantes” a los que siempre hemos de estar agradecidos, pues en los tiempos difíciles, como el que ahora sufrimos, gracias a ellos se ha podido seguir manteniendo a flote el turismo en nuestra provincia. Sigan así que van camino al desastre económico en la feria de agosto y sin José Tomás. Y lo tendrán bien merecido.

Creo que la empresa podría haber salido con bien, sin llegar a este estropicio, de la siguiente manera. El abono de temporada comenzaría no con las corridas de primavera, sino con el ciclo ferial y festejos de septiembre, y terminaría con las corridas de Semana Santa y de la Prensa. Pienso que no habría gran impedimento para ello y se comprendería. De esta forma, la empresa dispone del tiempo suficiente para hacer público la totalidad del ciclo ferial y puede dejar el número de profesionales de lidia que permite el Reglamento sin publicitar en el resto de carteles que completan la temporada. Para este año, haber sacado los carteles de  primavera, bien como corridas sueltas o como un paquete con  un descuento del 30% en su coste, respetando la localidad del abonado. Posteriormente, el abonado tendría la posibilidad de sacar únicamente el abono para feria y festejos de septiembre, en este caso con solo el 10% de descuento en el mismo, u optar por feria, septiembre, Semana Santa y  junio, con el descuento del 30%. Es una opción, como bien pueden existir otras. Creo que con imaginación y buena voluntad  todo puede llegar a buen puerto. Pero lo que no se puede es echar al abonado de su localidad porque la empresa ha ofertado dos abonos diferentes, se quieran llamar como se quiera, de temporada y de feria y septiembre. Dos opciones con las que cuenta el abonado y el espectador, que debe tener el derecho de elegir libremente, siempre y cuando se le respete como se merece y, más aún, con los tiempos que están corriendo.


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