Revista Deportes

¡Al matadero!

Por Malagatoro

juanpedros

La Fiesta de los toros hoy día fundamentalmente es la faena de muleta. Anteriormente fue fundamental el caballo, pero el caballo tal como es hoy es algo que simplemente es complementario.Juan Pedro Domecq Solís.

La casta para mi es la fiereza, es la transmisión, es que el toro emocione, pero que emocione siendo toreable” Juan Pedro Domecq y Díez.


Dicho esto, Juan Pedro hijo, si quiere lograr que sus toros tengan casta, fiereza y emocionen, debe empezar a mandar al matadero a toda la inmundicia toruna heredada que pudre su ganadería y ha infectado de descaste a la cabaña brava, y comenzar a seleccionar bravura y dejarse de “toreabilidad”, “toros artistas” y demás mandangas. Caballo y matadero, no hay otra.

Lo de ayer en Las Ventas, solo puede catalogarse de fraude, de tomadura de pelo y de bolsillo, de un atentado a la Fiesta, y de un ultraje consentido y mantenido por los que viven de esto al toro bravo. Por los chiqueros de la Monumental salieron una colección de novillotes regordíos, acochinados,  más propios para ponerlos encima del televisor o en un llavero, ahogados, sin fuerzas, asfixiados, verdaderos semovientes, mansos, sin casta, sin clase, bobalicones, incapaces de recibir un puyazo en condiciones. Una pantomima, una farsa, un soporífero y denigrante espectáculo que revuelve las tripas del aficionado y carga de razones a los antitaurinos.  Y con ésta, ya van tres “juampedradas” en lo que llevamos de temporada en plazas de primera: en Málaga, en Sevilla y en Madrid.

Me niego a comentar nada sobre la actuación del artista de la Puebla, de Talavante G-10 y del mexicano que venía de relleno, ¡Ya está bien! Hoy más que nunca sin TORO nada tiene importancia. Son las figuras, con la complicidad de ganaderos, autoridad y empresarios los responsables de esta degeneración del toro de lidia. Luego que no se quejen. En su pecado llevan la penitencia.

Debería estar prohibido por Real Decreto que estas porquerías con cuernos puedan ser lidiadas en una plaza de toros. Pero seguiremos en los ruedos viendo pastar a esto animalejos, e incluso nos seguirán hablando de la toreabilidad y demás sandeces, y las figuras seguirán ante ellos cumpliendo, como bien dice José Ramón Márquez, con su máximo precepto:  “No te cruzarás, torearás a la media altura, torearás por fuera, honrarás a los pases por alto enhebrados, no echarás la muleta adelante, retrasarás la pierna de salida, repondrás, y santificarás el temple”. Que se resume en uno: tomarás el pelo y la cartera a quien paga por verte y te lo llevarás calentito, y si eres incapaz de hacerlo, le echarás la culpa al toro que “no ha zervió” y al aficionado, que es un ignorante y un intransigente. Amén.


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