Revista Tecnología
Anteriormente se construían automóviles potentes y estilizados de altas prestaciones como este Mercedes-Benz 300SL de 1957. También llamado el Ala de gaviota porque sus puertas se abrían hacia arriba dándole forma de gaviota con las alas extendidas, el 300SL alcanzaba los 230 km/h, y sus prestaciones en carretera eran comparables a las que demostraba en competición.