Las virtudes con las que cuenta Albacete parecen, efectivamente, el secreto mejor guardado. Y es que es sorprendente que la inmensa mayoría conozca La Gran Manzana Manchega sólo como ciudad de paso o porque tenemos la mejor Feria del mundo. Éste último motivo es de peso, lo reconozco, pero Albacete es mucho más que los 10 días feriales. Es una capital extraordinaria, con un potencial enorme y quienes la conocemos damos fe de ello.
En esta ocasión cuento con la inestimable colaboración de Carmen Cifuentes, albaceteña de pro, filóloga, sabia sin igual, amiga y fenomenal guía de la descrita por el gran literato Azorín como Nueva York de La Mancha. Carmela nos propondrá una verde y agradable ruta por la ciudad, pero antes dejo anotadas algunas propuestas hoteleras, gastronómicas y de compras. Algo así como mi ranking de imprescindibles para no perder ripio cuando uno visita Albacete.
Albacete es una urbe moderna, acogedora y divertida. Una ciudad llena de gente entusiasta, emprendedora y siempre dispuesta a la vida social, lúdica y cultural. De los albaceteños dicen que somos buenos anfitriones, y es que estamos sumergidos en una necesidad constante de predicar a los cuatro vientos las bondades de los rincones que nos rodean.
Soy especialmente fan del Parador de Turismo de Albacete, de su gastronomía -el menú degustación es espectacular-, y de sus profesionales -Susi Vico y todo su equipo-. El Parador se encuentra a las afueras de la ciudad, en plena llanura manchega. Cuenta con un fabuloso patio interior donde celebrar eventos y encuentros especiales.
Para quienes prefieran alojarse en el centro, hay varios hoteles tan conocidos como El Gran Hotel o el Hotel Los Llanos, de cuatro estrellas. Aunque las opciones de alojamiento son muy amplias. Conozco de primera mano el Hotel Príncipe, acogedor y escenario de rodajes. Su propietaria, Aurora Rosa, es encantadora.
En Albacete se puede comer de manera espectacular por 20 o 30 euros (insisto en lo de "de manera espectacular"). No cuento con fuentes científicas, pero a simple vista diría que somos de las ciudades con más bares y restaurantes por habitante, y con mejores relaciones calidad-precio del país.En las próximas entradas me recrearé más en este asunto, pero de momento apunto algunas perlas con las que quedo de maravilla cuando alguien viene de visita.
ASADOR CONCEPCIÓN
La carta, el trato, los profesionales que lo conforman, los propietarios y absolutamente todo en este restaurante es ideal. Están especializados en comida tradicional y creativa. Elaboran unas mini hamburguesas y una tarta de manzana excepcionales (como el resto de la carta, la verdad). Aprovechad la presencia de uno de los mejores sumilleres de España, Antonio Ródenas, que os orientará mejor que nadie sobre los grandes vinos de La Mancha.
LA TAPERÍA DEL LOMOTambién cuenta con un equipo de estrellas entre sus fogones. Estoy enamorada de sus "Delicias manchegas", elaboradas con el queso albaceteño Dehesa de los Llanos (al que se le otorgó el galardón de Mejor Queso del Mundo). Cada vez que voy a La Tapería pido el vino de la casa: Graciano de Guzque, de Ángel Ramírez, que es uno de mis vinos preferidos.
LA LECHE MILITINA
Tuve un flechazo con este lugar nada más verlo. Es especial en cuanto a decoración. Me recuerda mucho a los locales más modernos de Malasaña -Madrid-. Cuando vi que su carta contenía mi cerveza y tarta preferidas, Cerveza 69 y tarta de zanahoria, supe que frecuentaría mucho este encantador establecimiento situado en plena zona de marcha.
DE TAPAS Y "CAÑAS FUERTES" POR LA CALLE CONCEPCIÓNEsta calle cuenta con un ambiente fuera de lo común. Y es que en Albacete está muy consolidada la cultura de tapas. Un sábado cualquiera, a partir de las 13 horas, la afluencia de gente en esta calle la convierte en un plan magnífico para pasar una buena jornada de tapeo, música, copas y diversión. Me gustan especialmente el Búho, la Ronería, La Luna, el Torito y Veluria. En esta calle nació la expresión "Los albaceteños no tienen hartura" y la de "vámonos de cañas fuertes", que indica que la cosa promete alargarse.
CAFÉ
Si estás dando un paseo por el centro puedes hacer un alto en el camino para disfrutar de un sabroso café en Café 1930, localizado en un lugar estratégico de la ciudad: la calle Tesifonte Gallego.
Los "fresquitos" que prepara Yolanda Hurtado, la propietaria
son sensacionales, como los crepes y los batidos.
Esta es una de las magníficas fotografías de la exposición "Aroma Albacete", de Josema Moreno.
El regalo perfecto para estas navidades. Se venden en Café 1930 y aquí.
También son muy agradables Viktor Gastro Café, que organiza excelentes exposiciones; Cafe-Tienda Romero, de comercio justo, preciosa y con decoración muy americana -la favorita del gran músico Rafa Caballero-; y la cafetería Época, cuya decoración invita a disfrutar de una buena charla durante horas.
A la izquierda, Café-tienda Romero. A la derecha, Viktor Gastro Café.
Desde El Corte Inglés de la Avenida de España hasta la calle Tesifonte Gallego, pasando por la calle Mayor, la calle Gaona y Marqués de Villores. En Albacete hay una ruta de turismo de shopping muy interesante.
Integrada en una de estas calles merece la pena detenerse en Vinos & Co, Sensación Gourmet. Se trata de una tienda repleta de vinos extraordinarios y demás productos exquisitos para apasionados del arte culinario. Organizan cursos de cata y degustaciones con frecuencia. ¡Tienen tienda online!
Me encanta descubrir las maravillas que me recomiendan Isabel y Alberto, grandes asesores. Aunque reconozco que lo que más compro es vino manchego, como Cien y Pico, el ya mencionado Graciano de Guzque, cerveza albaceteña de la marca 69, y el afamado "Pan feo".
Quienes llegan a Albacete en tren se toparán con otra joya: Confitería Juli. Está ubicada en la estación de Vialia. Es la única que distribuye los auténticos Miguelitos de La Moderna. Beatriz Peñarrubia, su propietaria, es una chica adorable, emprendedora, muy implicada con la ciudad y todo lo que en ella acontece. Gracias, Bea, por hacernos triunfar con esas cestas de desayuno que tanto regalamos.
Y para finalizar con los asuntos de shopping, destaco un establecimiento muy especial: Perga Arte Interior. Aúna tienda de decoración de artículos de diseño, mobiliario y galería de Arte. Sus propietarias, las hermanas Adelaida y Bárbara Pérez, organizan cursos, cuentan con espacio de coworking, sala de formación y realizan eventos magníficos con artistas de gran prestigio, como Wouter Stips. Estas navidades es un MUST visitar su Pop Up Store, el mercadillo navideño de artistas y diseñadores más creativo de la ciudad: Albacetismore.
Albacetismore es un lugar idóneo para comprar regalos especiales. La visitamos este fin de semana y no había quien nos sacara de allí a MD Style Diary y a mí. Estará abierto en Factoría Perga desde el 21 de diciembre hasta el 7 de enero. En este espacio de diseño se dan cita artistas y diseñadores geniales como la espléndida Quelamore, Chichinabo, Querida Carmen o mi apreciado Gabriel Belmonte, cuya fotografía, que podéis ver debajo de estas líneas, ya forma parte de mi colección (#Felicidad). Gabi, también conocido como @GabrielArcangel en Instagram, cuenta con una exquisita visión y un gran talento para la captura de instantáneas mediante teléfono móvil. Por eso, y por su carisma, cuenta con miles de seguidores en la mencionada red social. ¡No os perdáis el resto de su galería! Este chico es una mina.
Llega el momento de pasear y disfrutar de la formidable ruta que Carmen Cifuentes ha preparado. ¡Hay que ver cuánto conocimiento! No podría contar con mejor firma invitada para hacer turismo por Albacete. ¡Gracias, Carmela!
“Una ciudad se revela también en la reverberación de sus nubes, en la calidad de su luz, en el demorarse de sus atardeceres o en la brusca precipitación de su oscuridad”.
Claudio Magris
Es en primavera, pero sobre todo a principios de otoño, mientras el aire se templa casi sin darnos cuenta, y las primeras hojas desvaídas empiezan a caer, cuando los paseos por Albacete se tornan más placenteros. El sofocante calor veraniego y la bullanga de la Feria septembrina han quedado atrás, y volvemos a retomar nuestras rutinas con cierta desidia.
Apetece pasear incluso cuando llega el invierno, lejos de ponernos a hibernar como osos. Os voy a enseñar mis pequeños rincones favoritos de Albacete, que no necesariamente son los más conocidos; porque ésa es otra historia…
Nuestro Parque de Abelardo Sánchez cobija numerosos rincones tranquilos donde uno se puede aislar casi completamente de ese “mundanal ruido” que a veces nos aturulla. Son frecuentes las veces en que cojo un libro y me encamino hacia la Fuente del Jarrón, un encantador y pequeño espacio circular rodeado de frondosa vegetación. Cuando una se adentra en ella, esperaría encontrarse a Lord Byron sentado lánguidamente en uno de los bancos en actitud pensativa, o a Bécquer contemplando con melancolía el hermoso jarrón de piedra de estilo neoclásico, con figuritas de querubines jugueteando con una guirnalda, que se erige en el centro de la glorieta. Sí, suena muy decadente; de eso se trata.
Cerramos nuestro libro y nos encaminamos en dirección opuesta, dejando atrás el silencio y adentrándonos en un ambiente menos umbroso y con algo más de algarabía;niños jugando con madres presurosas tras ellos, corredores soñando con maratones, perros tirando de sus amos. Justo al otro lado del parque, se mimetiza con el ambiente el Museo de Albacete.
Fue construido entre 1968 y 1978.Al contemplar el edificio, se nota que ha prevalecido ante todo la integración en su entorno; los techos se rompen en huecos para que se deslicen hacia el cielo los pinos ya existentes; las aristas de los muros se suavizan dejando trepar la hiedra.No hay simetrías, ni elementos clásicos, ni ultramodernos; simplemente, un afán de que museo y parque se fundan en un todo armonioso. En el interior, grandes salas diáfanas con grandes ventanales luminosos que continúan integrando el espacio exterior. Materiales cálidos como la madera y el mármol beige ayudan a conseguirlo.
Los tesoros del Museo
En lo que se refiere al contenido, sin ser un museo especialmente rico, contamos con pequeños tesoros nada desdeñables, integrados en las secciones de Arqueología, Bellas Artes y Etnología; entre ellos, la esfinge de Haches (Bogarra), la Cruz de Término (que indicaba al caminante el fin o el inicio del límite de la villa), restos de mosaicos romanos procedentes de Hellín, Balazote y Tarazona de la Mancha, cerámicas neolíticas, piezas de adorno del período visigodo…así como monedas y restos arquitectónicos de varias épocas. Y en cuanto a pinturas, hay una importante donación de obras de Benjamín Palencia; no fue el único en donar, pues así lo hicieron también Miguel Barnés y Rafael Requena, entre otros. Pero la joya y orgullo del museo es la colección de muñecas articuladas romanas halladas en Ontur; en España, solamente existe una colección similar en el museo Arqueológico de Tarragona.Cuatro de ellas están talladas en marfil y otra en ámbar. No dejéis de admirarlas.
Salimos del museo y dejando a la izquierda la encantadora Fuente de los Espejos nos dirigimos al paseo principal del parque, en dirección a la arteria principal de la ciudad, una calle que empieza con un nombre (Tesifonte Gallego) y acaba con otro (Marqués de Molins). Los albaceteños, haciendo gala de nuestra simplicidad, hemos atajado por el camino de en medio llamando a sus dos tramos “Calle Ancha”. Y ya está.
Es en el primer tramo donde se ubica una de mis casas favoritas, uno de los escasos ejemplos de arquitectura del siglo XX que han sido respetados en nuestra ciudad. Se trata de la casa de D. Agustín Flores, persona pudiente de la sociedad capitalina de la época. Reconvertida hoy en sede sucesiva de bares, salas de juego y otros comercios, en su día esta casa familiar pretendía hacer gala de lujo y ostentación. Su artífice, el arquitecto Miguel Ortiz e Iribas, conjugó varias influencias arquitectónicas imperantes en la época, dando lugar a un muy personal estilo ecléctico con toques barrocos. Una pétrea balaustrada que recorre todo el perímetro del primer piso, dando impresión de solidez, se aligera en el segundo, donde los balcones, ya independientes, parecen más livianos con sus sencillas barandillas de hierro. Los elementos decorativos de esta fachada, sin ser excesivos, alegran la vista con niños sujetando guirnaldas, flores, frutos y volutas.
En el interior, un majestuoso vestíbulo da cabida a una escalera que conduce al primer piso, encontrándonos en el descansillo unas preciosas vidrieras “art nouveau”. La sala principal de la casa (hoy dividida en varias estancias para comercios) dejaentrar la luz por los grandes ventanales que se asoman a dos importantes calles. En el suelo de esta sala, loseta hidráulica con un encantador dibujo floral, y altos techos bellamente adornados con discretas molduras. Y ya que estamos allí, ¿por qué no quedarnos a reponer fuerzas en la hamburguesería “Los Panchos”, ubicada en el bajo, ya que es la que tiene más solera en Albacete? Cuántos recuerdos de infancia descubriendo nuevos sabores y formatos alimenticios, encaramada a un taburete en la barra… Sus deliciosas hamburguesas saben distintas a cualquier otra. Será porque están sazonadas con el agridulce sabor de la nostalgia.
Con las fuerzas repuestas y el estómago agradecido, damos un paseo “largo” (para las modestas distancias de nuestra urbe) hasta el Parque de la Fiesta del Árbol. Este parque urbano, que nació en 1905, debe su curioso nombre a que las autoridades de aquella época decidieron celebrar el “Día de la Fiesta del Árbol”, para lo cual el consistorio cedió los terrenos donde su ubica, conocidos entonces como “El ojo del aspa”. Los escolares celebraron la fiesta y plantaron numerosos árboles, pasando el parque a adquirir ese nombre y olvidando el original, Parque López Mateo (su fundador).
Cuenta con una gran cantidad de pinos y alrededor de otras 27 especies de árboles diferentes, además de varias fuentes, estanque de patos y lugares de recreo para niños. El parque fue dotado con una hermosísima rosaleda, inaugurada por D. Enrique Tierno Galván, y a la cual le dio su nombre. En primavera, la floración de las rosas es todo un espectáculo de color y belleza.
Es en este bello jardín donde se ubica uno de los símbolos más emblemáticos de Albacete: el Depósito de Agua. Construido al finalizar la guerra civil para paliar el deficiente abastecimiento de agua de la ciudad, contaba con una altura de 67,3 metros y con capacidad para alojar 45 toneladas de agua. Lamentablemente, nunca llegó a entrar en funcionamiento: las pruebas de carga fueron un estrepitoso fracaso, llegando a romperse numerosas tuberías de la ciudad.
Pero a pesar de que esta peculiar construcción se convirtió, en principio, en algo “inútil” (aunque actualmente hay un proyecto en marcha para ubicar en él un observatorio), los albaceteños aprendimos a familiarizamos con su perfil, llegando a convertirse en nuestro “faro” particular, en lo primero que divisamos en el lejano horizonte cuando volvemos a nuestra ciudad.
Es parte de ella y queremos que permanezca con nosotros; hoy día nadie concibe el “skyline” de Albacete sin su orgullosa silueta.
La tarde va cayendo y me dirijo al final
de nuestro paseo. Desde la Fiesta del Árbol a los Jardinillos de la Feria apenas hay diez minutos andando. Un parquecillo más que forma parte de las instalaciones adyacentes al recinto de nuestra querida Feria anual.
Su origen se remonta a finales de 1800, y se erigió sobre unos terrenos donde antiguamente había una alberca llamada “La Mina”. En este parque, vestido con olmos, chopos, pinos, plátanos y rosales, podemos ver un antiguo y pequeño estanque de forma irregular, hecho con piedras irregulares, y en cuyo centro se erige una especie de gran copa irregular; lo que lo convierte en un entrañable adorno irregular. También está la bonita Fuente del Niño del Pez, y entre esta fuente y la Caseta (sala de fiestas y actuaciones al aire libre) se encuentra mi “rincón” especial: el Templete. Como casi todo lo decimonónico, también tiene cierto aire decadente. Construido en piedra y cemento, con una cúpula de azulejos marfileños y granate, basta subir las escalerillas que llevan al espacio de los músicos para sentir que has entrado en un lugar recogido, silencioso, apacible. Da igual que allá abajo haya niños jugando, parejas riendo, o la feria en todo su fragor; allí arriba parece como si una cúpula invisible te rodeara y protegiera. Varios árboles frondosos y un estanque con ranas de piedra que destilan agua rumorosa rodea el templete, realzando esa atmósfera quieta, serena… y romántica. En un extremo del estanque, una fuentecilla en forma de pequeño volcán, ya en desuso, guarda las risas y la sed de numerosos niños que hace años calmamos nuestras secas gargantas en ella.
El sol ya se desliza perezosamente hacia el horizonte manchego. Sombras adormecidas se adueñan del templete. Es hora de marchar y mañana será otro día… y otro paseo.
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¡Mil gracias, querida Carmela, por esta atractiva y completísima propuesta que hará las delicias de visitantes y albaceteños! Si todavía no conoces Albacete, ¡no sabes lo que te pierdes! Es una ciudad perfecta para pasar un día, un fin de semana o unas buena vacaciones. ¡La provincia está llena de tesoros! Estamos preparando un post con muchos de ellos.
¡No dejéis de compartir vuestros rincones preferidos de la ciudad!
CONTINUARÁ...