(GTRES)La personalidad de Einstein: el genio que cambió la Física
Albert Einstein ( Ulm, Imperio alemán, 14 de marzo de 1879-Princeton,Estados Unidos, 18 de abril de 1955), el “Hombre más importante” del siglo XX, como lo designaría décadas después la revista Time, fue un físico alemán de origen judío, nacionalizado después suizo y estadounidense. Su figura ha trascendido lo puramente científico y se ha situado como uno de los personajes más conocidos y más lúcidos en la cultura siendo, desde luego, un fenómeno mundial, reconocido como uno de los más influyentes del siglo pasado.Ello ha contribuido a que no solo su obra científica se haya dado a conocer ampliamente sino también muchos datos sobre su vida, algunos de los cuales, como pasa con las personas más populares, son falsos o incorrectos.
El siguiente video de YouTube narra con humor y sencillez algunos episodios de la vida de Albert Einstein:El 25 de noviembre de 2015 se cumplen 100 años de la presentación por parte de Albert Einstein ante la Academia Prusiana de Ciencias en Berlín de las ecuaciones de su Teoría General de la Relatividad, una extensión de su ya famosa por entonces Teoría Especial de la Relatividad; un logro que le coloca a la altura de los más grandes de la historia de la ciencia como Newton o Copérnico.
Desde los años en que se convirtió en un apátrida al renunciar a la nacionalidad alemana hasta esos últimos días de vida en un hospital papel y lápiz en mano trabajando, pese al aneurisma por el que moriría, la vida de Albert Einstein está llena de historias. Historias reales, hechos, anécdotas, con los que acercarse, aunque sea levemente, a la persona que fue el genio que cambió la Física para siempre con su Teoría de la Relatividad.
Alemán sólo de nacimiento pues cuando tenía 16 años renunció a la nacionalidad. Tras irse de Munich a Pavía en 1894 sin haber terminado el último curso, siguiendo así los pasos de sus padres que se habían mudado por lo mal que iba la fábrica de su progenitor, renunció a su nacionalidad alemana, lo que provocó que viviera durante cinco años como apátrida.La nacionalidad que deseaba era la suiza, ya que solamente allí había una Universidad, la de Zurich, en la que podría estudiar aunque no hubiera terminado el último curso.Einstein visitó España en 1923 para dar unas conferencias (estuvo en Madrid, Barcelona y Zaragoza), recibió el título de Académico de la Academia de las Ciencias, fue recibido por el rey Alfonso XIII, y también investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Central de Madrid. Diez años después, en 1933, el Consejo de Ministros del gobierno republicano aprobó la creación de una cátedra extraordinaria para Einstein en la Universidad Central de Madrid. Aceptó y aquello llamó la atención en el mundo entero, sin embargo, los años pasaban y la Guerra Civil dio al traste con la cátedra y el centro de investigación que iba a crearse y que habría sido una auténtica revolución científica.
Murió de un aneurisma el 18 de abril de 1955 pasada la una de la madrugada, pero antes, aunque ya ingresado en el hospital de Princeton (EE.UU.) desde el día 15, tuvo una mejoría que le llevó a querer trabajar. Así que en sus últimas días pidió gafas y folios para trabajar. Aquellos últimos escritos se conservan.
La historia de la construcción de la “relatividad general” es un acontecimiento digno de estudio dentro del campo de la historia de la ciencia. Llegar a la forma definitiva de su teoría requirió por parte de Einstein un profundo trabajo conceptual y matemático.
El artículo fundacional de la relatividad general se tituló: “Las ecuaciones de campo de la Gravitación”.
Se trata, obviamente, de un artículo difícil de leer, no solo para los legos en la materia sino incluso también para los profesionales; por ello a continuación citamos muy brevemente algunas ideas que contiene sin penetrar en vericuetos técnicos sino solamente en algunos conceptos muy resumidos de los que contiene:
De acuerdo con la forma definitiva de la “relatividad especial(1.905)”, en esta teoría se puede deducir que ningún efecto físico usual se puede propagar a mayor velocidad que la de la luz en el vacío.Esto supone un problema para la gravedad de Newton vista desde la óptica de la relatividad especial. Las leyes de la física han de ser las mismas para cualquier observador, independientemente de su estado de movimiento.La teoría de Einstein acomoda la gravedad y la relatividad especial, al establecer ésta que las leyes de la física han de ser iguales para todos los observadores que se mueven en línea recta y a velocidad constante. Es decir, ningún experimento físico nos puede ayudar a decidir si alguien se está moviendo en línea recta a velocidad constante o está en reposo; esos son conceptos relativos.Una de las características más fuertes que se exige a la relatividad general es que cuando consideremos campos gravitatorios débiles y partículas que se mueven a muy baja velocidad (comparada con la de la luz en el vacío) es que se recupere la ley de Newton.Es decir, la teoría de la relatividad general no dice que la teoría Newtoniana sea errónea. Lo que hace es generalizarla y contextualizarla, nos explica que dicha teoría Newtoniana funciona muy bien en determinados regímenes físicos.La pieza claveEn la teoría de Newton, la gravedad está generada y es sentida por la masa de los cuerpos. En la teoría de la relatividad especial de Einstein la masa no es más que una forma de energía. Por lo tanto, Einstein determinó que cualquier forma de energía generaría y sentiría la gravedad. Si en una región del espaciotiempo tengo una energía distribuida en ella y hay flujos de la misma eso influirá en la geometría del propio espaciotiempo. Actualmente llamamos a dicho objeto tensor de energía-momento. Einstein lo llamaba tensor de energía de la “materia”. En su contexto, “materia” indica todo aquello que no es gravedad. Todavía se usa esa nomenclatura en astrofísica y cosmología. Por materia hemos de entender cualquier forma de energía.El punto clave es que la energía ha de conservarse en relatividad general respecto a cualquier observador. Ese fue uno de los puntos más caliente en el trabajo de Einstein. Esta cuestión derivó en idas y venidas alrededor de la formulación correcta de la teoría. La que presentó un 25 de noviembre de 1915.F.J.de C.Madrid, 29 de Noviembre de 2.015