Según avanza, el Mundial se vuelve más divertido. No sólo en los terrenos de juego. Sobre todo, fuera de ellos.
Alemanes y argentinos nos han ofrecido un curso intensivo de cómo se debe calentar un partido de fútbol. La cosa sorprende en los teutones, aunque, como avisó Philip Lahm, esta Alemania es la menos alemana que se recuerda. Quizá por eso ha entendido que debe jugarle a Argentina con algunas de sus propias armas.
Con todo, no deja de llamar la atención el hecho de que Alemania fuera la primera en utilizar a los medios. Schweinsteiger acusó a los jugadores de la albiceleste de “provocadores” y de “faltar el respeto a sus rivales”. Maradona, que no hace ascos a anzuelos infinitamente más pequeños, acusó al del Bayern de tener miedo de sus chicos, y Lahm remató la faena diciendo que los argentinos “no saben perder”.
Es probable que contaminación verbal no remita hasta las 16.00 horas del sábado, cuando el balón centre los focos y las vuvuzelas vuelvan a atormentar nuestros pabellones auditivos.
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