Estos insectos provocan entre diez y veinte muertes cada año en España debido a la reacción alérgica al veneno inoculado
Quien más quien menos ha padecido alguna vez la picadura de una avispa o de una abeja, una situación bastante común sobre todo durante los meses estivales. Lo que no es tan habitual es que esta cause tal reacción alérgica que, en casos extremos, provoque la muerte. Este tipo de alergia, casi desconocida entre la población, e incluso, como aseguran los expertos, por algunos facultativos, se cobra en España cada año la vida de entre diez y veinte personas de las cerca de 800.000 alérgicas al veneno de los himenópteros, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. Aunque el único modo de prevención es evitar la picadura, para minimizar la reacción que provoca a las personas alérgicas se utiliza un tratamiento inmunológico controlado por alergólogos. Un agradable día de piscina o una jornada campestre pueden irse al traste por culpa de la picadura de un himenóptero, es decir, de una abeja o una avispa. La situación se registra más en verano, cuando los insectos multiplican su actividad y acuden atraídos por el olor y los colores fuertes, así como la presencia de agua. Si bien en la mayor parte de las personas desarrollan una reacción local que se considera normal (enrojecimiento, dolor, picor e inflamación), hay quienes requieren atención urgente por mareo, urticaria, hipotensión, broncoespasmo, debilidad y pérdida de consciencia. Estos síntomas indican que se ha desarrollado alergia a los componentes del veneno de los insectos, de mayor o menor grado, y puede llevar a la muerte. Según el estudio realizado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), cada año mueren en España entre 10 y 20 personas debido a esta alergia y la mitad de las reacciones requiere atención en urgencias. Además, es un problema en aumento, ya que como explica Sergia Cruz, alergóloga y miembro de esta sociedad, cada año se generan 2.000 nuevas consultas.Casos de alergia en aumento
¿Quiénes son estos temibles insectos? Son dos especies bien conocidas: las avispas y las abejas, según indica Concepción López Serrano, jefe de servicio de Alergología del hospital Universitario La Paz, de Madrid. Los himenópteros son un grupo dentro de los artrópodos insectos, caracterizados por tener alas membranosas (del griego "Hymen", membrana; y "Ptera", ala).
Las avispas tienen el aguijón liso, por lo que pueden picar más de una vez. La mayoría de sus picaduras se registran en verano y hasta finales de otoño. Los géneros más importantes, según explica la alergóloga, son la vespula, que predomina en el campo, y la polistes, la especie más abundante, con hábitat rural o urbano. Las abejas son más evolucionadas y su aguijón tiene unos dientes que impiden su salida una vez clavado. La mayor incidencia se da desde primavera hasta finales de otoño. Los ataques de himenópteros se registran cuando las personas realizan actividades al aire libre, deporte y jardinería, acuden a piscinas o trabajan en el campo, pero solo pican como defensa. Esto podría explicar, señala Cruz, que los alérgicos a las abejas suelan ser trabajadores relacionados con el mundo de la apicultura, ya que el veneno es un potente sensibilizante.Síntomas molestos
Dolor, prurito e hinchazón de pocos milímetros son las manifestaciones habituales a la picadura de abejas y avispas, resultado de un fenómeno tóxico no inmunológico que provoca una reacción local que cede a las pocas horas. Los síntomas se pueden apreciar más y son más extensos si se registran en zonas de tejido subcutáneo laxo, como párpados o el escroto. Estas reacciones locales no suelen generar reacciones generalizadas, pero no están exentas de peligro si la picada es en la boca, la nariz o la garganta. En estos casos es necesario actuar con rapidez, ya que la hinchazón provocada por el veneno puede cerrar las vías respiratorias.Los expertos aseguran que es imposible saber si se padece o no alergia hasta que se sufre anafilaxiaDe muy distinto calibre es la reacción de las personas alérgicas al veneno de estos insectos. Y será aún peor en el caso de que además hayan recibido picaduras previas, ya que las agresiones anteriores sirven para sensibilizar al sujeto a las proteínas del veneno. Entonces, ¿qué ocurre en estos casos? Cuando una persona es alérgica, se produce una reacción sistémica o generalizada, que a menudo cursa con un enrojecimiento brusco e intenso en gran parte de la piel, dificultad respiratoria por la obstrucción bronquial e inflamación de la laringe, bajada de la tensión arterial, náuseas y puede llegar al shock. Estos síntomas indican una reacción alérgica más seria y pueden poner en peligro la vida del afectado, por lo que es necesario tratarla con urgencia. ¿Hay algún modo de conocer si se es sensible al veneno de los himenópteros? Por desgracia, los expertos aseguran que es imposible saber si se padece o no alergia hasta que se sufre anafilaxia (reacción alérgica grave). Sin embargo, puede afirmarse que el riesgo de tener una reacción sistémica tras una nueva picadura depende de la gravedad de la reacción previa, de la edad (la muerte provocada por el veneno de avispas y abejas afecta más a adultos que a niños), de la hipersensibilidad al veneno, así como del intervalo de tiempo que haya transcurrido entre las dos lesiones.