¡Atención!, aviso a toda la población: según comunica el Instituto Geológico Nacional se ha producido un terremoto de 10 grados en la escala de Richter. Se esperan numerosas réplicas.
Un terremoto épico, nunca registrado. En la historia de la humanidad (y desde que se tienen registros históricos de los sismos) nunca ha sucedido un terremoto de esta magnitud.
Vaya, parece que podré poner en mi CV: “Pedro was here” o “ I did survive”.
Los daños son ¿devastadores?, quizá sea el primer terremoto con inmensos daños “esperanzadores”.
Veamos la gráfica del “Sismógrafo”:
Podemos comprobar que en nuestro particular y plácido territorio, en Septiembre de 2011 había 310.000 millones de euros en manos de inversores extranjeros (permítame el lector la frivolidad de redondear al alza 108 millones de euros) frente a 52.000 millones en manos de inversores nacionales. En ese momento el ratio era de 6 euros en manos extranjeras por cada solitario euro en manos nacionales.
En un cataclismo financiero sin precedentes, la distribución de deuda en Agosto de 2012 (solamente 11 meses después) era de 195.000 millones de euros en manos de inversores nacionales frente a 192.000 millones de euros en manos de inversores extranjeros. El ratio se ha dado la vuelta hasta un sorprendente 1/1, con ligera mayoría de deuda en manos nacionales.
Recordando el inicio de la crisis de deuda, nos viene a la mente la frase: “Italia está en mejores condiciones que España para afrontar la crisis porque su deuda está mayoritariamente en manos nacionales”. Ahora podemos decir, España también.
El cataclismo de deuda ha sido épico, nunca visto en la historia de la humanidad desde que se tiene registro histórico. El sistema financiero español ha hecho un esfuerzo inversor sin precedentes (incrementando su tenencia de deuda desde 52.000 M€ a 195.000 M€, lo que da 143.000 M€ adicionales) que ha paralizado el crédito para cualquier otra actividad privada, pero ha dado un inmenso puñetazo en el tablero de juego internacional transmitiendo: sí, yo estoy dispuesto a invertir en mi propio país evitando al mismo tiempo la quiebra de España.
El terremoto está en su fase final, no queda ya mucha deuda que redistribuir. Las últimas réplicas deberían liberar la energía del crédito.
Yes, we were here.
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