Sobre Alexander Kluge
Nació en 1932 en Halberstadt (Alemania). A sus 78 años sigue al pie del cañón.
Presentarlo como escritor y director de cine sería simplificar demasiado. Kluge es, por encima de todo, un intelectual, un inconformista irreductible que busca expresarse a través de cualquier medio o método que pueda servirle de vehículo.
Doctor en Derecho desde 1956, también estudió historia y música.
Fue su amigo Theodor Adorno quien le instó a investigar sobre el cine y fue, también, quien le presentó a Fritz Lang. Colaboró como asistente en el rodaje de ‘El Tigre de Esnapur’, llegando a la conclusión de que el cine era una actividad muy aburrida. Aprovechaba los ratos que podía sacar durante el rodaje para escribir sus propias historias, algunas de las cuales desarrollaría posteriormente en sus películas.
Su primer trabajo como director es el cortometraje ‘Brutalität im Stein’ (‘Brutalidad en Piedra’), codirigido con Peter Schamoni en 1960. Un estupendo trabajo donde va asomando su estilo. Ya aparece uno de sus temas recurrentes: la visión del presente sin olvidar el pasado. Podéis verlo, con subtítulos en inglés, aquí.
En 1962 fue uno de los redactores fundamentales del Manifiesto de Oberhausen, definitivo punto de arranque del Nuevo Cine Alemán.
Kluge en sus obras mezcla imágenes grabadas con imágenes de archivo; ficción y realidad; pasado y presente; introduce citas filosóficas e históricas; fragmentos de cuentos y noticias reales; ilustraciones, cuadros, fotos, intertítulos, música que te descoloca... Y todo ello cargado de una ironía y un humor descarnados, de una brutal crítica política y social.
El cine de Kluge es un cine en el que hay que mojarse. No vale sentarse y esperar. El director ofrece una serie de estímulos de muy distinta naturaleza que el espectador tiene que conectar para sacar sus propias conclusiones. Busca un espectador activo. El significado final no viene marcado; cada cual tiene que construir el suyo.
Interrumpe el fluir convencional de la narración para hacer que en el espectador surja lo que él denomina Phantasie, es decir, un espacio abierto en la imaginación que tiene que utilizar para unir los elementos dados.
En definitiva, estamos ante un artista realmente interesante y que merece la pena conocer. Para quien esté interesado, Karma Films ha editado la mayor parte de su obra en DVD.
Para consultar su filmografía completa podéis mirar en imdb.
‘Die Artisten in der Zirkuskuppel: Ratlos’
Tras muchas dudas sobre en qué película profundizar un poco más, he elegido ‘Artistas en el Circo: Perplejos’ (o ‘Artistas bajo la lona del circo: Perplejos’) porque en ella Alexander Kluge expone sus ideas, dudas y principios sobre la actividad cinematográfica que quiere desarrollar.
Esta película, de 1968, es el segundo largometraje dirigido por Kluge. Ganó el León de Oro en el Festival de Venecia en 1968. También se llevó el premio a la mejor película en los Premios del Cine Alemán de 1969.
Según el director: “es una respuesta a la frustración que sentí en el Festival de Berlín de 1967, cuando los estudiantes nos tiraron huevos podridos a mí, a Reitz y a Enno Patalas”.
La historia base de la que partimos es la de Leni Peickert, una mujer que hereda un circo. Pero, en vez de continuar con el circo a la manera tradicional, intenta llevar a cabo una reforma en la concepción de este espectáculo. Decide crear un "circo social" en el que incluso los espectadores formen parte de la función. Pero esta reforma no es sencilla y todo se complica para la protagonista.
Trata del arte, de la cultura y del espectáculo para minorías pensantes frente al espectáculo de masas, el espectador pasivo, el arte “prefabricado”y la simple búsqueda del negocio.
Y como no podía ser menos tratándose de una película de Kluge, también encontramos unas cuantas reflexiones políticas, sociales y éticas con muy mala leche. Se nos plantean cuestiones como la posibilidad del arte tras la -catastrófica- historia reciente de Alemania; como la necesidad de seguir adelante pero sin olvidar lo sucedido.
La obra se nos presenta como un mosaico de imágenes muy diversas. Insertándose a lo largo de la ficción “tradicional”, tenemos referencias visuales históricas, tomas documentales de la actividad del circo, citas filosóficas (Hegel, Nietzsche...), imágenes experimentales, etc.
Podemos ver la película como si de un documental se tratase: la voz en off nos guía y de vez en cuando calla para que podamos apreciar la “acción” en todo su esplendor.
Como se dijo más arriba, las películas de Kluge necesitan una implicación por parte del espectador. Dicen las malas lenguas que cuando se estrenó 'Artistas en el Circo: Perplejos', algunos cines permitían a los espectadores asistir a otro pase con la misma entrada, ya que entendían que más de uno iba a necesitar verla varias veces por su complejidad. La verdad es que no creo que sea tan complicada como para llegar a esos extremos (yo he sufrido muchísimo más con alguna de Godard, por ejemplo), pero sí que es un cineasta al que hay que afrontar con la cabeza despejada.
¿Recomendable? Sí, sin duda. Si tenéis la oportunidad de ver esta película (o cualquier otro trabajo de Kluge) no la dejéis pasar, que el probable esfuerzo merece la pena.