Alfons Borrrell, Rosa de rosa, 2-II-2000, 2000, Acrílico sobre tela, 200x385 cm, Foto: Camilayelarte
Vista parcial de la exposición, Foto: Camilayelarte
Visitar las salas del Espai VolArt2 es una lección de lo que significa el oficio de pintor y digo oficio porque las obras de Alfons Borrell son el resultado de toda una vida dedicada a una investigación exhaustiva de las posibilidades del lenguaje pictórico. Enfrentarse a una pintura de Borrell es enfrentarse a la respuesta sobre si la pintura tiene todavía algo que aportar al arte contemporáneo. Como espectador intuyes que esas construcciones a base de color y geometría provienen de una larga tradición histórica que ha tratado de ofrecer una visión del mundo y de la vida desde el lenguaje de la pintura.Alfons Borrell, 4-IV-2011, 2011, 160x195 cm, Foto: Camilayelarte
Vista parcial de la exposición. Foto: Camilayelarte
Para los de mi generación, que hemos crecido oyendo hablar de posmodernismo y estética relacional el efecto que produce ver una pintura de Alfons Borrell es como una suerte de revelación. Más allá de los ismos y de las teorías críticas que puedan apoyar un arte u otro, uno se da cuenta de que un artista es alguien quien con su trabajo, independientemente de si éste se desarrolla con papel y pigmentos o instalaciones multimedia, consigue aportar algo de luz a la relación del hombre con el mundo y nos hace sino más sabios, sí algo más conscientes.
Alfons Borrell en Espai VolArt2, Fundació Vila Casas del 22 de septiembre al 17 de diciembre de 2011