Entrevista y fotografía de Martín Volman desde New York
Alfredo Jaar es uno de los artistas latinoamericanos más reconocidos. Se formó en su Chile natal como arquitecto y cineasta. Su obra está vinculada con la identidad, la memoria y el olvido. Actualmente vive y trabaja en New York.
.“Mi estudio es un lugar de pensar dónde tengo el cielo; pienso y leo” afirma Jaar y agrega: “Mi obra responde al contexto. Para mi el contexto es todo. Es muy importante responder al lugar, contexto y lugar preciso, a la situación precisa, a la audiencia”.
- No sé si estás al tanto de la situación del Parque de la Memoria.
- Si, recientemente recibí un mail, espero que se solucione pronto. Vamos a crear una obra específica en el parque y una muestra en el espacio central que va a recoger mis obras hechas en Chile en los años ’70 de la dictadura. Voy a hacer una obra nueva sobre la dictadura
- He leído en una entrevista que te definías como un “artista de proyectos” y no como un “artista de taller”
- Claro, es que la mayoría de los artistas crea obra en sus talleres y las envían por el mundo y no se hacer eso. Soy incapaz de crear algo de la nada.
- ¿Y así fue toda tu carrera?
- Claro. Yo creo que tiene que ver con la arquitectura. Un arquitecto debe crear a partir de un proyecto, de un programa, de un objetivo. Para un arquitecto cuando ves un espacio físico no importan solo las dimensiones físicas. Es un espacio social, político, cultural.
- Y ahora estas trabajando para la muestra en Buenos Aires en noviembre y que más?
- Tengo una gran retrospectiva en abril, en Helsinki, en el museo de arte contemporáneo. Esta será mi muestra más grande
- Generalmente se te suele asociar como un artista político, relacionado con la identidad y memoria. ¿Qué pensás sobre eso?
- Bueno, siempre rechazo la etiqueta de artista político. Para mí todo arte es político. Creo que cualquier cosa que hagamos contiene necesariamente una concepción del mundo, por lo que esa concepción del mundo que contiene la obra ya toma una posición política, por lo que todo arte es político. Y si no lo contiene sigue siendo arte pero se acerca a la decoración
- ¿Cómo llegaste al arte?
- Yo quería ser artista del comienzo pero para mi padre era una mala idea. Te imaginaras que ser artista en Chile en los años ‘70 era como cometer suicidio profesionalmente. Entonces mi padre me convenció de estudiar arquitectura, que podía así ganarme la vida, que estaba cerca del arte y que a la vez podía dedicarme al arte.
- ¿Y cómo siguió?
- Cuando descubrí el mundo de la arquitectura sentí que descubrí su magia. Paralelamente hacia arte pero al quinto año, ya en plena dictadura, se empezaron a construir unas edificaciones horribles en Santiago. Sentí un rechazo muy grande a lo que se estaba haciendo y a la concepción estética. Abandoné entonces la arquitectura y me puse a estudiar cine unos años.
-Mucha de tu obra está basada en caja de luz, ¿por qué?
Le da una luz desde el interior que hace a la imagen más atractiva, pero a la vez, como se usan en supermercados, aeropuertos, tiendas, siempre son objetos seductores que te asaltan visualmente y tratan de vender. Yo justamente trabajo con gente que jamás esta en cajas de luz, que los productos que se muestran no tienen nada que ver con lo que ellos fueron pagados.
El tiempo vuela y me despido de Jaar. En la dictadura no había imágenes o más bien no se tenía acceso a ellas. Por eso Jaar nos conmueve y sorprende. Su trabajo artístico vinculando a las dictaduras más despiadadas del sur -la chilena y la argentina- probablemente sea el que haya marcado el camino de su arte: político y comprometido con la memoria y la identidad, aunque no le guste decirlo, una marca a fuego que recorre su obra sin disimulo.