Revista Ciencia

Algo más sobre "Predicciones, horóscopos y charlatanes"

Por Daniel_galarza
La noche del domingo participé en el programa-podcast Sensacional de Historia Mexicana, con el historiador y "fantasmólogo" Jesús R. Campos, conversando sobre "Predicciones, horóscopos y charlatanes". En realidad, Campos me había invitado desde la semana pasada a la primera parte de este tema, pero por razones personales no pude asistir. Como lo comenté en el programa, para mí fue un auténtico honor, pues llevo un tiempo siguiendo sus transmisiones, todos los domingos a las 10 pm (hora de México). Campos ha sido también coordinador del Congreso Internacional de lo Sobrenatural, del ENAH, y del Congreso Internacional de Magia, Brujería y Superstición, y es una enciclopedia andante sobre relatos paranormales de Ciudad de México.

Su programa suele tener un enfoque más etnológico y anecdótico, aunque ya antes ha presentado a otros escépticos, como mis ciberfriends Martín Fragoso y Andrés Moreno Nieto. Me gusta el trabajo que realiza Campos y compañía, y considero que el enfoque de su programa podría ser de interés para otros escépticos con mayor propósito que solo creerse superiores intelectualmente al no creer en fantasmas. Como ya he expuesto algunas críticas al enfoque escéptico, creo que sería justo hablar brevemente sobre los puntos que me parecen cuestionables en el enfoque de Campos y otros invitados que llega a tener (generalmente historiadores y antropólogos). En primer lugar, aunque es de admirarse la actitud neutra en la que escucha con atención las anécdotas de las personas con el objetivo de "ponerse en sus zapatos" y comprender el significado personal, sociocultural y simbólico de los sucesos paranormales, no creo que esto sea opuesto a descubrir cuál es la verdad detrás de estos supuestos fenómenos y el por qué la gente cree tan firmemente haberlos experimentado, objetivos notables de muchos trabajos del escepticismo científico. En segundo lugar, me parece que un enfoque sociocultural puede encontrarse con mucha facilidad en una línea delgada entre el relativismo cultural y el realismo científico que debe adoptarse en ciencias sociales (si también las consideramos como campos científicos interesados en producir conocimientos sobre sus líneas de investigación). No creo que Campos sea una relativista cultural, pero puede malinterpretarse en más de una ocasión así, por lo que recomendaría ser precavido. Por último, aunque se entiende que Campos y varios de sus colaboradores han encontrado muy útil, para su enfoque, ciertas tesis del psicoanalista Carl Jung, no debemos olvidar que la mayoría de éstas no se diferencian de la mitología que intentaba interpretar e investigar, y de hecho, bien podemos decir que Jung es un creador de lo paranormal, más que un investigador serio de lo mismo. 

Tal vez algún día haya oportunidad de un amistoso debate en el programa de Campos sobre estos puntos, así como sobre aquellos que usados por algunos escépticos y que son igualmente cuestionables, pero por el momento me gustaría añadir solo algunos comentarios a mi participación de anoche.

La diferencia de perspectiva puede notarse entre el primer programa, donde la socióloga Rosario Rodríguez hizo algunas lecturas rápidas de tarot a modo de muestra, de la tradición adivinatoria en Veracruz; y la mía, donde me limité a hablar un poco sobre la relación del escepticismo científico con el público que sigue lo paranormal, y por qué la astrología es vista como pseudociencia. Rosario incluso menciona que, para hablar con propiedad de este tipo de prácticas, es necesario saber hacerlas, mientras yo me limito a analizar argumentos y la historia de la investigación científica de las afirmaciones astrológicas. Para no platicarles los programas completos, se los dejo aquí:



Me gustaría solo dejar en claro unos pocos puntos.

La obra principal de 
Feyerabend es conocida por
ser dinamita intelectual pura,
pero no por ser una que 
ofrezca muchas verdades sobre
la ciencia.

- Jesús Campos parece emocionarse bastante cuando mencioné a Paul Feyerabend, comentando la controversia sobre el manifiesto "Objeciones a la astrología". Feyerabend, como he constatado varias veces, es un autor bastante famoso tanto entre las carreras de humanidades como entre las comunidades escépticas, aunque su fama no es por los mismos motivos entre uno y otro grupo. Muchos en humanidades (con una actitud antipositivista y anticientificista) tienden a considerar a Feyerabend como un apoyo en sus ideas sobre que no existe una "hegemonía" del conocimiento, ya que éste lanzó ataques bastante citados contra el método científico; por el lado contrario, Feyerabend es repudiado por los promotores de la ciencia al haber utilizado pseudociencias, como la astrología o el creacionismo, a modo de ejemplos de conocimientos alternativos que no debían ser menospreciados solo por ser "no-ciencia". Me gusta considerarme como parte de ambos grupos, por lo que puedo entender la "emoción" de los primeros y el repudio de los segundos. He comentado en varias ocasiones que yo no consideraría a Feyerabend un filósofo de la ciencia, sino un showman que aprovechó el espacio que la filosofía de la ciencia le ofreció.
Sin embargo, probablemente para disgusto de mis amigos escépticos y cientificistas, entre más pasa el tiempo, más útil me parece Feyerabend para la enseñanza del pensamiento crítico y la cultura científica. Como puede notarse en mi artículo sobre "Objeciones a la astrología", no es que Feyerabend no tuviera razón en algunas cosas que decía (en esa ocasión, para sorpresa de muchos, sus opiniones coincidieron con las mismas que expresó Carl Sagan), sino que usaba recursos retóricos bastante heterodoxos para defenderlas, como el recurrir a pseudociencias y supersticiones, denigrar como ilusas las especulaciones de los epistemólogos, o acusar a la divulgación del método científico como un acto autoritario. Tampoco debe olvidarse que él mismo aseguraba que sus tesis no debían ser creídas ni tomadas en serio, sino que eran un desafío a la ortodoxia en filosofía de la ciencia tan segura, en esos entonces, de la existencia de un método universal en la ciencia. 
- Tal como me dijo una persona que me contactó un par de días después del programa, parece que cometí el error de asegurar que las creencias de las personas deben ser respetadas. Como le dije, ni siquiera recordaba en qué momento había afirmado yo esto, pero al hacerlo transmití un mensaje que puede ser malinterpretado. Soy de los que creen que las ideas (las creencias incluidas) deben diferenciarse de forma precisa de las personas que las poseen. Las ideas, en tanto creaciones humanas (ficciones, por llamarlas de algún modo, que en ocasiones se adecuan a la realidad), son objeto de estudio, de análisis, de debate, de crítica y, en algunas ocasiones, también merecedoras de mofa y ridiculización; las personas, por otro lado, son las entidades que merecen respeto por el hecho de ser personas, siempre y cuando se hayan ganado nuestro respeto. Hay personas en el mundo de lo paranormal y el misteriodismo que perdieron todo respeto de mi parte, y de parte de cualquier investigador serio de las creencias paranormales.
- Una de las partes más interesantes, para mí, del programa, fue ese diálogo que sostuve con Jesús sobre el astrólogo Walter Mercado. Como comenté, y seguramente fue de gran desagrado para aquellos que miran el programa muy interesados en lo paranormal de forma anecdótica, cada que me viene a la mente el nombre de este difunto adivinador me recuerdan en automático un artículo de Mauricio-José Schwarz en su viejo blog: "El charlatán-esperpento". Desde que leí ese artículo hace como una década, me pareció un término tan interesante e ilustrativo, que ha sido un tema que sueño con investigar en profundidad algún día. De hecho, hasta escribí una entrada en mi enciclopedia escéptica hace poco menos de dos años sobre lo mismo. 
Como en aquella entrada, me gustaría destacar esta parte del artículo de Schwarz, que creo sería de interés tanto para los escépticos como para los de humanidades que vieron el programa:
Lo esperpéntico de estos personajes parece ejercer un influjo hipnótico en sus "clientes". Es decir, tiene su algo de mercadotecnia (o marketing), su algo de show-business, su algo de reclamo publicitario, su algo de circo que invita a participar. 
En la intimidad de sus "consultorios", como lo han revelado algunos programas de cámara oculta, no se diferencian en nada de todos los demás charlatanes: dicen vaguedades disfrazadas de profecías, ofrecen curaciones milagrosas que atentan contra la inteligencia, hacen trabajos contra el mal de ojo y realizan rituales inútiles por los que cobran sin excepción. 
Pero, en la vida pública, el charlatán-esperpento destaca porque ha superado completamente el miedo al ridículo que una persona normal siente si se ocupa de decir estupideces sin cesar en público, de divulgar mentiras evidentes y de sacarle dinero a personas de buena voluntad con engañifas y amenazas místicas.

Estas características no son exclusivas de los charlatanes como Mercado y sus sucesores (como Mhoni Vidente). Si viajamos (virtualmente) al otro lado del mundo, podemos encontrarnos con estafadores similares en la India. Los faquires y semidioses que recorren los pueblos más pobres de aquel país se disfrazan con túnicas coloridas, maquillaje propio de santidades hindúes, frondosas barbas y caros talismanes. Y al igual que de este lado del charco, se aprovechan de la credulidad de la gente, a veces hasta quitándoles tierras o las pocas posesiones materiales que con duro trabajo han obtenido. Un caso memorable es el del astrólogo y vidente Acharya Satyananda, quien fuera arrestado luego de ser exhibido como charlatán ante las cámaras de National Geographic, y con la ayuda del presidente de la Asociación Científica y Racionalista de la India, Prabir Gosh. Satyananda, además de estafador, era un peligroso líder sectario que pidió en televisión a sus seguidores que asesinaran a Gosh. Como Mercado, Satyananda puede ser calificado perfectamente como un charlatán-esperpento que engatusaba a millones por televisión y cobraba una fortuna. Tal vez pueden diferenciarse en las claras referencias de género que Walter Mercado exponía (al punto de saber si se supone que era o se identificaba como hombre, mujer o algo más), un punto que Campos hizo notar varias veces en el programa al hacer referencia al "arquetipo del andrógino". 

Satyananda fue un charlatán-esperpento de la India, que aseguraba ser un profeta y psíquico, concentrando los poderes del universo a través de prácticas adivinatorias, como la astrología


Durante el programa también hice mención de Alexander y Helena Blavatsky como antecedentes a este tipo de charlatanes, aunque no he buscado lo suficiente como para conectar estos estafadores de inicios del siglo pasado con los actuales. Este par de personajes se mostraban como una clase de esatrafalarios iluminados del misticismo oriental; Alexander usaba la típica túnica y un turbante con plumas, con una esfera de cristal y movimientos exóticos. Aunque quizás deberíamos prestar más atención a la forma en que se visten los líderes religiosos de las múltiples religiones y en distintos períodos de la historia. Los atuendos de los sacerdotes, chamanes y médicos-brujos siempre buscaban reflejar su contacto con el mundo sobrenatural, su sabiduría, su elitismo esotérico, y en general, se diferenciaban de los demás poderosos de la tribu, la civilización o el gobierno.  

Como comentamos en el programa, el tema de lo "llamativo" de este tipo de gurús y líderes espirituales podría dar para tesis completas de investigación.

Walter Mercado solo siendo
Walter Mercado.

- Aunque intenté aclararlo más de una vez durante la transmisión, creo que aún me faltó ser más enfático en este punto: el enfoque que Jesús Campos y otros historiadores y antropólogos toman para acercarse al tema paranormal, no es opuesto al enfoque cientificista y de pensamiento crítico que adoptan los escépticos. De hecho, pueden ser perfectamente complementarios, ya que ambos tienen objetivos distintos, pero relacionados: los historiadores y antropólogos se acercan a lo sobrenatural desde un enfoque social, en el que se mira cómo las creencias paranormales influyen en la conducta y el devenir histórico de una población, así como buscan observar el efecto de la carga social en el desarrollo de lo paranormal, las leyendas urbanas y la superstición. Los escépticos, por otra parte, se enfocan en aclarar la diferencia entre la creencia paranormal y el conocimiento científico; defienden que, como sociedad altamente dependiente de la ciencia y la tecnología, el conocimiento de estos campos es más importante (y más fascinante) que los mitos y ficciones del misteriodismo y la leyenda urbana. También se interesan en las creencias paranormales, pero para averiguar por qué la gente cree en ellas, para así combatirlas como falsedades que, de uno o de otro modo, dañan a la sociedad.

Los científicos sociales realmente enfatizan con las personas con prácticas paranormales, tal como muestra el caso de Rosario Rodríguez, quien no solo hizo investigación sociológica sobre la adivinación, sino que aprendió de los métodos y tradiciones para ella misma practicarla. Por otro lado, si hay algo que se reprocha mucho a los escépticos, es que crean repulsión ante quienes se interesan en lo paranormal de forma anecdótica, por centrarse demasiado en si tal o cual truco de adivinación es real o pura prestidigitación. Los escépticos podríamos aprender mucho de estos investigadores sociales para acercarnos más a la gente que cree en lo paranormal, en lugar de alejarlos; y los investigadores sociales harían bien en mantener el pensamiento crítico para evitar convertirse en verdaderos creyentes, como terminaron siéndolo algunos de sus autores de referencia, como Jung o Feyerabend.

Aclarados estos puntos, solo me resta decir que me divertí bastante con este programa, y los estaré esperando el día de mañana en uno más, esta vez hablando del lado pernicioso de las creencias en poderes psíquicos. También espero poder retomar algunas intervenciones que tuve durante el 2020, como conferencias virtuales o participaciones en programas como el del buen César Buenrostro. El año comienza, así que hay todo un abanico de posibilidades. El tiempo lo dirá.

SI TE INTERESA ESTE TEMA

* El portal Astrology and Science, reúne la mayor cantidad de estudios sobre los reclamos de la astrología, así como la historia de las investigaciones críticas de esta práctica.


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