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Alguien tiene que ceder!

Publicado el 17 julio 2014 por J.k. Pérez

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Una de las situaciones más difíciles de la relación de pareja se presenta cuando es el momento de ver quién cede más… porque, hay que decirlo, estamos acostumbrados a que alguien tiene que ceder, y no siempre estamos dispuestos a ser nosotros.

Sí, de alguna forma hay que negociar, más no tiene que implicar un sufrimiento. Si bien una relación se mantiene en un constante “estira y afloja”, debemos recordar que si empezamos a sufrir o ése “estira y afloja” comienza a ser (de alguna forma) destructivo, será momento de reconsiderar y revalorar la relación en la que nos encontramos, y la dirección en que nos dirigimos.

Hay una metáfora que ayuda a comprender de manera un poco más sencilla la relación con nuestra pareja en lo referente a estos matices. ¿Qué hacemos cuando nos vamos de viaje? ¿Empacamos toda nuestra casa en una maleta, o nos llevamos sólo aquello que necesitaremos? Exacto. No podemos empacar todo en una o dos maletas, y llevar más de lo que podamos cargar puede resultar contraproducente. Entonces, ¿qué es lo que hacemos? Pues empacamos sólo aquello que nos será imprescindible, dejando las cosas que no nos sirven de mucho en casa.

maletas

Lo mismo sucede de forma constante en una relación; ya sea cuando comience, ya sea cuando se formalice, ya sea cuando se convierta en unión libre o matrimonio. Ambos emprenderán un viaje juntos, y hay cosas que caben en las maletas y otras que estorban. Sí, habrá que dejar atrás muchas cosas, incluso pudiera ser que también sea necesario renunciar a otras.

Una cuestión muy importante es el sentido de la justicia. Aclarar que ambos, sólo podrán llevar una maleta cada uno. Es decir, seamos equitativos con el espacio. Pero, ¿por qué sólo una maleta cada uno? ¿No podrían ser dos? Claro, podrían ser dos, pero eso no les permitiría espacio para las cosas nuevas. Sobra “espacio”, aquel que corresponde a sus segundas maletas, pero ése espacio es el que ocuparán con las cosas que compartirán juntos. Cuando viajamos solemos comprar recuerditos, o sólo cosas que nos vamos encontrando y nos gustan, y deseamos comprar y tener. Si llenamos ambas maletas con cosas que ya tenemos, no tendríamos espacio para las cosas nuevas…

viaje

Sí, implica sacrificio. No, no tiene por qué significar sufrimiento. Es una decisión compartir nuestra vida con otra persona, y eso significa abrirle espacio en nuestra vida, así como nuestra pareja abrirá espacio en la suya para nosotros. Se trata de compartir y estar cómodos no sólo con lo que ambos pueden ofrecer y aportar, sino también con aquello que sabemos que no nos pueden dar.

No exijamos más de lo necesario, pero tampoco nos conformemos con menos de lo que merecemos. Se trata de ser conscientes de lo que queremos y de lo que no queremos. De si aquello que llevo en mi maleta, está bien por mi pareja; de si lo que él/ella empaca, está bien conmigo. No significa que todo le tiene que gustar, ni que todo tiene que gustarme a mí. Sé que parece un juego de palabras, pero es mucho más que eso: comprender esto significa que nos conocemos lo suficientemente bien a nosotros mismos; lo suficiente para reconocer si estoy en el lugar y con la persona adecuada o no.

Por último, es importante decir que no hay una lista de cosas idóneas para llevar en la maleta.  Eso depende de cada uno de nosotros, y de la relación tan única que tenemos con nuestra pareja.

Y bien, ¿ustedes qué llevan en su maleta?

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