Revista Salud y Bienestar

Algunos medios de comunicación inventan casos de negligencia médica por "sobredosis" de anestesia

Por Lemalpartida

Viene del post anterior
Vamos a reconstruir el caso de la cirugía de próstata de manera secuencial, intentando señalar los errores del reporte periodístico, según nuestro humilde punto de vista y con el respaldo de nuestra experiencia de casi veinte años en anestesiología.
1.- El plan quirúrgico consistía en una resección transuretral (RTU) de próstata (vía endoscópica) y no de una cirugía laparoscópica de próstata. Esta cirugía se efectúa a través de un aparato llamado resectoscopio introducido a través de la uretra y que, conectado a un monitor de vídeo, permite visualizar las estructuras a operar y seccionarlas gracias a una suerte de "bisturí eléctrico" incorporado en su punta.
La anestesia de elección o recomendable (pero no la única) es la epidural. En caso de abundante sangrado durante la cirugía que no pueda ser detenido con el abordaje RTU -u otra dificultad- se deberá cambiar el abordaje a la modalidad prostatectomía "abierta", con una incisión en la parte inferior del abdomen para extraer la próstata.
Si la operación se prolonga se podrá también prolongar la anestesia epidural mediante la administración de dosis adicionales del anestésico a través de un catéter epidural, o se podrá convertir la anestesia a general.

2.- Tal vez por un abundante sangrado difícil de controlar (aquí ya el estado del paciente se estaba deteriorando) o por dificultades técnicas es que el urólogo prolonga la operación hasta decidir convertirla a modo "abierto", por lo que es necesario prolongar la anestesia.
Para convertir una anestesia epidural a general no hay que esperar "un intervalo de tiempo necesario" como señala el autor del reportaje, sino hay que hacerlo en el momento preciso. El anestesiólogo tomará todas las precauciones para que el cambio de técnica anestésica no afecte de manera severa las funciones vitales del paciente.
3.- Todo apunta a que la causa del problema fue, en realidad, un abundante sangrado intraoperatorio y una fatal prolongación de la cirugía que obligó al anestesiólogo a administrar anestesia general -tras una epidural- en condiciones adversas (hipotensión arterial por la hemorragia, dolor por término del efecto de la epidural), lo cual predispone periodos importantes de deficiente perfusión sanguínea cerebral (causa del estado vegetativo).
Por lo tanto, el término "sobredosis de anestesia" no es exacto y se debería advertir a autoridades y periodistas de no mencionarlo mientras no estén seguros de qué se trata.

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