Seis son los años que han transcurrido para que Disney y Tim Burton se hayan decidido a retomar la misma fórmula de Alicia en el País de las Maravillas, aunque esta vez con Burton en tareas de producción y supervisión de que su particular universo siga siendo suyo. El elegido para rodar esta secuela es el director conocido por salir del mundo de los teleñecos James Bobin (me resisto al chiste fácil con su apellido), y la tónica es la de rodear de magia al respetable desde el estético comienzo para hacerle partícipe de la ensoñación con toque demencial (algo menor que la primera) marca de la casa. Lo malo es que con tanta ensoñación y tanto dormitar, lo que ocurre es que el personal acaba roncando más que disfrutando del espectáculo que parece olvidarse de todos los sentidos excepto el de la vista. Asemejamos entonces el proyecto, ahora que comenzamos fechas de festividad en numerosas poblaciones del país, a unos buenos fuegos artificiales, que viene a ser lo más parecido para definir un petardo de colores.
Nada que objetar sin embargo a un poderoso casting (que no al insulso resultado del trabajo de sus componentes) con todos los rostros archifamosos (Johnny Depp es el Sombrerero Loco, Mia Wasikowska, Alicia, Helena Bonham Carter repite como la Reina Roja, y Anne Hathaway en el residual papel de Reina Blanca) más el añadido de Sacha Baron Cohen encarnando nada menos que al Tiempo, la gran novedad de esta entrega.
El argumento para la vuelta de Alicia al mundo creado por Lewis Carroll se basa esta vez en que su querido Sombrerero Loco se encuentra mustio y sombrío por el hallazgo de algo importante de su pasado, y solo la protagonista que da nombre a la cinta puede solventar una situación llena de demenciales retos y peligros sin pies ni cabeza (lo de sin cabeza da más que una pista de los enemigos a los que deberá enfrentarse). Además, conforme las situaciones van desvelándose, a su vez se irán descubriendo los orígenes de algunas de las situaciones de partida de la primera y más famosa parte de la historia.
Todo ello, claro está, anda sobrado de efectos visuales que nos introducen con músculo presupuestario en este mundo de fantasía y delirio tan personal con momentos para el recuerdo como el de la persecución naval del comienzo o la aparición de las fichas de ajedrez, aunque no compensen nuestra paciencia y puede que expectativas durante casi dos horas. ¡Que le corten la cabeza!
No sé si será que me estoy haciendo mayor para cuentos o que el cine y la falta de talento creativo que firma gran parte de los macroproyectos están consiguiendo empequeñecer los que recrean. Supongo que será una mezcla de ambas causas, aunque espero que haya un poco más de la segunda…
Dirección: James Bobin. Título original: Alice in Wonderland: Through the looking glass. País: USA. Duración: 113 min. Género: Aventuras, fantástico. Intérpretes: Johnny Depp (Sombrerero Loco), Mia Wasikowska (Alicia), Helena Bonham Carter (Reina Roja), Anne Hathaway (Reina Blanca), Sacha Baron Cohen (Tiempo), Rhys Ifans (Zanik Altascopas), Ed Speleers, Barbara Windsor, John Sessions, Paul Whitehouse, Karol Steele. Guión: Linda Woolverton, basado en los personajes creados por Lewis Carroll. Producción: Tim Burton, Joe Roth, Jennifer Todd y Suzanne Todd. Música: Danny Elfman. Fotografía: Stuart Dryburgh. Estreno en España: 27 Mayo 2016.