Revista Cine
Tras el éxito cosechado por Ridley Scott se dio paso al regreso de la máquina perfecta, pero lamentablemente esto no ocurre. Alien, el octavo pasajero (1979, Ridley Scott) forma parte de la historia como una de las mejores películas de ciencia ficción, en todos sus aspectos cinematográficos. A raíz de ella permanecen en la memoria personajes memorables como el alienígena y la Teniente Ripley. El primero sigue siendo explotado hasta la saciedad y sin sentido, y la segunda siguió apareciendo en las sucesivas secuelas, salvándose solo la realizada por James Cameron. Tenia un gran recuerdo de Aliens, el regreso (1986), sobre todo por tanta aparición de ese ser diseñado para matar, salvo a Sigourney Weaver y a Michael Biehn; porque claro, una vez que vimos que Biehn lidió contra Terminator, pues no iba a ser menos contra Alien, y encima estaba acompañado de maquinaria pesada. Pero tras otro visionado quedé chafado.
La obsesión de la humanidad por conocer nuestros orígenes y la búsqueda de vida inteligente mas allá de nuestro sistema solar no tiene límites, hasta tal punto de engañar a toda una tripulación y anteponer vidas por unos indicios de vida extraterrestre. Siempre se nos ha considerado meros espectadores en el universo infinito, como a una raza inferior, esperando a que nuestra lenta evolución nos lleve a viajar por el espacio en búsqueda de aquello que anhelamos, y en esta ocasión no iba a ser menos pues se nos muestra como a unos huéspedes para el desarrollo alienígena y posterior colonización, algo aterrador, que desconocemos.
Alien, El octavo pasajero dio otra vuelta de tuerca al género, tras la obra de Stanley Kubrick. Las escenas en las que vemos a la tripulación descendiendo de la Nostromo para explorar las señales alienígenas a través de las cámaras de los protagonistas son portentosas, sobre todo al ver la nave Alien con forma de anillo mediante interferencias. Sin palabras. Cameron aportó armamento y más aliens, y un final flojísimo carente de credibilidad.
Sin mostrar a la criatura en gran parte del metraje, Ridley Scott logró crear una tensión constante manteniéndonos pegados a la butaca y sin aliento, creando un ambiente de incertidumbre, agonía y terror ante lo desconocido, acompañado por una gran banda sonora que aterroriza. Memorable es la parte de la película en la que algunos miembros de la tripulación descubren el espectacular interior de la nave y la impresionante plantación de huevos Alien, como las vainas de La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956), mucho más que la ya famosísima escena del Alien saliendo del pecho. También ésta es impresionante. Como lo es también el Alien babeando, en la quadrilogia, icono de la ciencia-ficción.
El universo de Ridley Scott nos deja atónitos desde los míticos títulos de crédito hasta la aparición de la criatura pasando por el androide, el cultivo de huevos, la lucha por la supervivencia y el miedo a lo desconocido ante un universo oscuro, sobre todo la soledad que representa su inmensidad, y desestabilizador por el poco conocimiento que se tiene de el que pondrá a prueba la capacidad de lucha de Ripley y compañía. Sigue sin atraerme el final de Alien, el octavo pasajero, esa forma tan fácil de poner fin al Alien, sobre todo por la fuerza de atracción que produce la compuerta abierta y que sobre la teniente apenas ejerce; pero aún así esta a años luz de Aliens, el regreso y sucesivas.
Una vez derrotado el Alien y de regreso a casa nos encontramos con que el planeta extraterrestre, cómo no, ha sido colonizado por el hombre. En esta ocasión James Cameron con una visión de la secuela militarizada hasta la médula aprovecha el tirón para demostrar una vez más que segundas partes nunca fueron buenas. Y esta no iba a ser menos. Todo se repite, es el mismo cuento pero diferente director. Nos encontramos con una serie de confrontaciones entre altos cargos y subordinados, no tanto ya entre los "rangers del espacio", que son una unidad de arrogantes que perecerá ante lo inevitable. Mucho Alien por aquí y por allá, para que al final volvamos a ver otra vez a Ripley, esta vez a bordo de un montón de chatarra que es capaz con músculo y medio de vencer al todo poderoso Alien, y encima idéntico final al del octavo pasajero. Sólo destaco de esta continuación el descubrimiento de la Reina Alien, que es impresionantemente impresionante, incubando y desprendiéndose del cordón umbilical para pasar a la acción, pero que se desvanece con una rapidez que no hace honor a su capacidad destructora.
MIGUEL ÁNGEL ACOSTA RODRÍGUEZ
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publicado el 31 marzo a las 06:14
hmm seeh esta bien pero para mi alien son 1 obvio, 2 :D y 3 si tambien, ...4 nunca existio para mi