Esta semana quiero hablaros de un tipo de alimentación que, sin saber, ya conocía, pero sobre la cual no había leído ni me había documentado tan a fondo cómo hasta ahora. Este tipo de alimentación es la llamada Ayurveda.
Cómo ya os contaba en la Filosofia Inspirafood , las recetas que subo en esta sección no se basan en dietas o contar calorías. Estas recetas se basan en prueba y error, en probar alimentos que combino en recetas que finalmente me sientan bien, considero que son nutritivas, equilibradas y lo más naturales posibles (dentro de lo que mi bolsillo y tiempo me permiten, claro jejeje).
Cuál fue mi sorpresa al leer que precisamente la alimentación ayurvedase basa en la creencia de que nada es bueno para todo el mundo y que algo siempre es bueno para alguien, creencia que nace de la comprensión de que cada uno de nosotros es único y bioquímicamente diferente, teniendo diferentes niveles de hormonas, enzimas y neurotransmisores.
El objetivo principal de la alimentación ayurveda es el de ayudar a cada persona a alcanzar su potencial máximo: física, emocional y espiritualmente.
Los tipos de personas según Ayurveda están definidos por los doshas: Vata, Pitta o Kapha, que son las fuerzas invisibles que orquestan todas las funciones corporales, conformando así nuestro aspecto, el funcionamiento de los procesos metabólicos y el modo en que respondemos a los diferentes entornos, incluso también nuestra manera de pensar y de sentir.
Según el dosha dominante tendremos una determinada constitución o prakriti. El prakriti es la singular combinación de cualidades, que desde el mismo momento de la concepción, hace de cada persona un ser completamente único. Es como un patrón de bienestar personal que describe la apariencia general, la disposición emocional y las aptitudes mentales de la persona cuando se encuentra en equilibrio. Es la fórmula constitutiva ideal. Aunque en ocasiones existen factores externos, situaciones o experiencias que pueden modificar y alterar esta constitución, por lo general los tres tipos de doshas se pueden definir de la siguiente forma:
- Vata: van a ser personas por lo general ágiles, cambiantes, etéreas. Personas un tanto nerviosas, de constitución delgada. Se caracterizan por la intolerancia al frío. Piel seca y pálida. Personas entusiastas, creativas, charlatanas, desbordantes de energía, pero que en ocasiones se cansan y se agotan con facilidad. Tienen una mente activa, que capta rápidamente los conocimientos, pero pueden olvidarlos con la misma rapidez. Tendencia al insomnio.
- Pitta: personas ardientes, de gran temperamento. Muy decididas, con iniciativa. En cuanto a constitución, mediana, proporcionada. Su piel es sensible, rosácea, con tendencia a tener pecas y lunares. Tienen aversión al sol y al exceso de calor. Son personas muy apasionadas, líderes, con mucha voluntad, aunque en ocasiones su fuerte carácter les hace enfadar. Duermen pocas horas pero profundamente.
- Kapha: son personas tranquilas, bondadosas, pacientes y cariñosas. Imaginemos una gran madre con todos sus hijos correteando alrededor, mientras ella los observa con calidez. Constitución ancha, en algunos bien formada, proporcionada, en otros con tendencia a engordar. Ojos grandes pardos o de color azul oscuros, y piel grasa, y normalmente fría. Son personas con grandes cualidades, dignas de confianza, aunque también pueden ser a veces perezosas y en ocasiones posesivas. Su sueño suele ser pesado y prolongado.
La gran tarea del Ayurveda es conocer el dosha dominante y equilibrarlo para conseguir reestablecer la belleza y la salud, física, mental y emocional de cada uno de nosotros.
(Fuente: Shaktiayurveda )
La receta que os traigo esta semana es una Calabaza rellena y está inspirada en varias recetas del libro de “Alimentación Ayurveda” de Lic. Laura Podio y Dr. Alfredo Lauría que pude comprar de segunda mano el finde pasado en la maravillosa feria Biocultura, feria de alimentación y forma de vida ecológica. Esta feria se realiza en varias ciudades de España durante todo el año, y yo suelo aprovechar para hacer fondo de despensa, ya que los productos suelen estar más baratillos. También hacen show-cooking, cursos, talleres… la próxima edición prometo avisaros con tiempo ya que la última edición ya se ha celebrado en Madrid. Si os gusta este estilo de vida, sin duda os la recomiendo :).
Ingredientes (Tiempo preparación: 1h30min. Dificultad: media)
- Una calabaza
- 500 ml caldo de verduras
- Aceite de sésamo (en el Corte Inglés o herbolarios) y de oliva extra virgen
- Relleno: Dependerá del tamaño de la calabaza. Para una calabaza pequeña, de unos 500 gr -> 50 gr alubias azuki, 50 gr soja blanca, 50 gr mijo, 50 gr de arroz integral basmati (en Herbolarios o sección de dietética de algunos supermercados). Todo medido en crudo. Una cebolla y tres champiñones grandes normales o portobello.
- Especias; Cucharadita: Cúrcuma, jengibre, clavos de olor. Cuatro hojas de laurel. Al gusto: sal, pimienta recién molida.
Pasos
1. En primer lugar ponemos el horno a precalentar a máxima potencia durante 10 minutos, para hornear la calabaza a 200ºC previamente partida por la mitad y con un poco de aceite de oliva extra virgen y pimienta (yo utilizo este en spray, aromatizado con hierbas provenzales y que es genial para abarcar mucha cantidad de alimentos) hasta que su carne esté blanda y podamos extraerla con una cuchara (aprox. 25-30 minutos). Cortaremos también los champiñones y cebolla a rodajitas.
También os muestro en la foto la apariencia de la raíz de jengibre y cúrcuma. La cúrcuma es bastante difícil de encontrar a la venta; yo la encontré en Madrid en Ecocentro, donde se vende al peso. También podéis encontrar estas dos especias en polvo. El jengibre en cualquier establecimiento, tanto la raiz cómo en polvo, y la cúrcuma en sus dos modalidades en herbolarios. Ambas especias son la base de muchas recetas ayurvedas por sus grandísimas propiedades.
2. Mientras la calabaza se hornea ponemos en remojo las alubias y la soja (lo ideal sería ponerlas en remojo toda la noche) y lavamos el mijo y el arroz.
Pondremos las alubias y la soja en la olla pronto a fuego fuerte durante 15 minutos a partir de que empiece a pitar con 200 ml de agua y 200 ml de caldo de verduras. En olla tradicional tardarían alrededor de una hora.
3. Tostaremos los granos de mijo y arroz integral basmati en una sarten durante 8 minutos, a fuego medio y sin aceite, para que el mijo impregne al arroz con su aroma. Cuando quieran empezar a pegarse, vamos añadiendo 300 ml de caldo de verduras y lo que falte de agua, ambos líquidos calientes y hasta que al probarlos estén en su punto de cocción. A este líquido añadimos, desde el principio, dos hojas de laurel y un par de clavos de olor, que al final del todo retiramos. La cocción del mijo y el arroz basmati la haremos cómo si de un risotto se tratara, añadiendo líquido caliente poco a poco y a fuego medio-alto. Aproximadamente tardaremos 30 minutos en que estén hechos y quedarán un poco pastosillos :).
4. Por otro lado y con una cucharada de aceite de sésamo y otra de aceite de oliva extra virgen, pasamos por la sartén la cebollita y los champiñones a fuego medio, los cuales retiramos cuando a la cebolla aún le quede un poquito para ser transparente, ya que acabaremos esta parte del relleno cuando el de la calabaza esté listo. Reservamos.
5. Cuando la calabaza esté hecha, sacamos la carne con ayuda de una cuchara y tenedor y con cuidado de no quemarnos. Si se nos rompe un poquito la piel no pasa nada.
Añadiremos la carne de la calabaza a la sarten con los champiñones y cebolla y dejaremos que se terminen de hacer. Finalmente añadimos las alubias, soja, arroz y mijo, retiramos el laurel y clavos y removemos. Antes de rellenar la calabaza, salpimentamos.
6. Con ayuda de una cuchara rellenamos las mitades de la calabaza y decoramos con una hojita de menta o perejil. Si no vamos a comer en el acto podéis darle un toque de horno.
Yo sin embargo os recomiendo lo que yo hice y que me permitió estar en un estado de paz y tranquilidad conmigo misma durante toooodo el día.
Haced un poquito de yoga o pilates con alguno de los vídeos de Pau, pegaros una buena ducha y poneros a cocinar la receta. Sé que tardé 1:30h pero me puse mi musiquita y a mí me pasó cómo si fueran 5 minutos, porque aún me duraba la sensación de relajación cuerpo-mente, positivismo y felicidad del yoga y cocinar también te abstrae de todo.
Después de cocinar por supuesto me lo comí muuuy tranquilamente, fijándome en todos los sabores y dando gracias por poder tener un día libre para hacer esto y dedicarme sólo a mí. Al final me senté en el sillón con una infusión Positive Energy de Yogi Tea, marca de infusiones totalmente naturales, deliciosas y con mensajes positivos, que también se basan en la alimentación ayurveda.
Próximamente seguiremos contando más cositas de esta ciencia cuyos pilares más sólidos son el masaje, la dieta, el yoga y la meditación. ¡Muy pronto en Inspirafit!.
¡Espero que os guste la receta! ¡Ya me contáis!.
Un besazo,