La malnutrición es uno de los principales problemas que afecta a los ancianos y que se ve acrecentada en época de coronavirus. Como pauta general, deben seguir una dieta variada y equilibrada que incluya todos los grupos de alimentos para garantizar el aporte de todos los nutrientes. Los menús deben incluir frutas, verduras y hortalizas y evitar los alimentos procesados. No obstante y considerando que es un grupo de población con un gran abanico de patologías que se pueden ver incrementadas con las medidas de confinamiento actuales, la individualización de los menús ha de ser una constante y más todavía si existe algún tipo de sintomatología asociada como diarrea, dificultad respiratoria o fatiga.
Uno de los principales problemas es la falta de apetito por lo que es aconsejable incrementar las raciones para aumentar la densidad calórica de los mismos. Durante el confinamiento los mayores se ven privados del sol y por ello de la vitamina D. La falta de esta vitamina puede generar anemia, se recomienda incluir en la dieta productos lácteos, huevos, legumbres, verduras verdes y pescados grasos, alimentos con vitamina D. El déficit de vitamina B12 está relacionado con el deterioro cognitivo. Debemos garantizar el aporte de carnes magras, pescados, mariscos y cereales enriquecidos. La hidratación es un problema inherente a este grupo de edad que suele perder la sensación de sed. Hay que incluir alimentos con mucha cantidad de agua como las frutas, verduras y hortalizas y preparaciones como sopas o purés y por supuesto beber agua. El calcio y el fósforo son necesarios para el mantenimiento de los huesos. Los podemos encontrar en los productos lácteos, frutos secos y pescados enlatados que se comen con la espina. El envejecimiento trae consigo una pérdida de masa muscular de ahí la necesidad de un aporte proteico adecuado con proteínas de origen animal: carnes magras, pescados y huevos fundamentalmente combinadas con legumbres, verduras y cereales. Se deben limitar los azúcares simples como los dulces y optar por el consumo de hidratos de carbono complejos como el arroz, pasta, patatas, cereales y pan. Todos ellos preferiblemente integrales para prevenir el estreñimiento que es otra de las patologías frecuentes en mayores.
Por último, garantizar la higiene tanto de las personas como de su entorno sobre todo en la cocina donde se debe extremar la higiene desinfectando las superficies y los utensilios de cocina. Aunque los alimentos no constituyen una vía de transmisión del coronavirus, debemos evitar la contaminación cruzada entre los alimentos crudos y cocinarlos a 63ºC durante un mínimo de 4 minutos
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