Una alimentación sana y equilibrada es necesaria en todas las etapas de la vida, pero más aún si hablamos de los niños. Están en permanente desarrollo por lo que necesitan alimentos que les permitan crecer y dotarles de la energía que requiere su gran actividad.
De todas las comidas que se realizan al día muchas veces las cenas son las grandes olvidadas.
Los adultos recurrimos al 'ya cenaré cualquier cosa' en más ocasiones de las que deberíamos, el cansancio y la falta de ganas de ponerse a cocinar hacen que la cena no sea todo lo equilibrada que debería.
Con los niños no vale lo de 'cenar cualquier cosa'
En el caso de los niños esto no debe pasar, bien es cierto que el desayuno, almuerzo y comida son los momentos en que se aprovecha para dotar al menor del mayor número de nutrientes, suelen ser los platos más elaboradas y al llegar la noche hay niños que se van a la cama con un sándwich, un trozo de pizza o un vaso de leche con galletas.
Esto no es perjudicial de vez en cuando y sobretodo si a lo largo del día se ha seguido una diete equilibrada con presencia de cereales, frutas, verduras, pastas, carnes o pescados. También es verdad que se deben evitar las cenas abundantes y muy condimentadas para evitar pesadas digestiones que impidan conciliar el sueño, pero se puede realizar una cena ligera y a la vez rica en los nutrientes que no se hayan consumido a lo largo del día. Para ello resulta muy útil conocer el menú escolar en caso de que el niño coma en el colegio.
El pescado en la cena es ideal
La noche es el momento ideal para introducir el pescado, es más ligero a la hora de digerir y se puede preparar de muy diversas maneras, una o dos veces por semana debemos tenerlo en cuenta en el menú bien sea a la plancha, rebozado, con salsas, en empanada... Las verduras no deben faltar bien sea crudas en forma de ensalada o cocinadas, se pueden hacer salteadas, en puré, con forma de brocheta... Como no suelen ser plato de gusto para muchos niños hay que se ingenioso en cuanto a su preparación para que el resulten atractivas. Las tortillas variadas, las croquetas o las salchichas y hamburguesas frescas son también una buena opción, sobretodo si el niño ha comido pescado a mediodía. También si la comida a medio día ha sido más ligera se puede preparar para la noche un plato de pasta de colores o de arroz. Para el postre lo mejor es la fruta o los yogures.
De lo que se trata es de equilibrar la dieta, intentar que todos los grupos de alimentos estén representados a lo largo del día y teniendo en cuenta que el niño va a dormir por lo que no debe atiborrarse ni comer alimentos muy grasos. Es bueno también distanciar un tanto la cena del momento de acostarse, para evitar malas digestiones. Por último, hay que pensar y organizar la cena como ese momento ideal, en que tras un ajetreado día la familia se puede reunir en torno a la mesa y disfrutar de la comida en un ambiente relajado.