Revista Salud y Bienestar
¡Buenos días! Ya estamos a viernes y eso significa que llega una nueva receta a nuestro blog. Hoy os traemos un sencillo postre que contiene entre otros ingredientes al kiwi, del que hoy me gustaría hablar.
El kiwi es el fruto de una planta trepadora, la actinidia. Es un fruto exótico proveniente de de la China meridional, Japón o algún lugar de la India, probablemente de las laderas del Himalaya. De ahí pasó a Nueva Zelanda donde se mejoraron las técnicas de cultivo y se consiguió el fruto de hoy día, recibiendo el nombre del emblema nacional, que es el pájaro Kiwi. A mediados de los 40, se comenzó a ingresar en el mercado mundial como una especialidad, hasta que en los años 60 su popularidad aumentó exponencialmente que los agricultores de California empezaron a cultivarlos también.
Es una baya de forma elipsoidal, cubierta de una piel de color marrón repleta de vellosidades o pequeños filamentos a modo de pelos, cuyo interior tiene una pulpa de sabor agridulce y color verde esmeralda repleta de pequeñas pepitas negras que forman un circulo en el medio. También existen variedades en las que los frutos no tienen dichas vellosidades.
Gracias a la importación y exportación, el kiwi puede consumirse prácticamente todo el año. La variedad cultivada en España aparece en el mercado hacia finales de octubre y se mantiene hasta mayo, ya que es una fruta que madura en invierno. Sin embargo, también tenemos la variedad que proviene de Nueva Zelanda que puede consumirse desde finales de mayo hasta noviembre.
En cuanto a su composición nutricional, como muchos de vosotros sabréis, el kiwi es fuente de vitamina C; sin embargo, no es sólo esa su única característica.
Como fruta que es, su componente mayoritario es el agua. Además, 100 gramos de kiwi apenas aportan más que 50 kcal, y una cantidad moderada de hidratos de carbono sobre todo en forma de azúcares. También es rico en fibra, sobre todo insoluble aunque también soluble, con un potente efecto laxante, convirtiéndolo así en un alimento recomendable en caso de estreñimiento. Apenas aporta proteínas y grasas.
Pero la importancia del kiwi proviene sobre todo, de su composición vitamínica y mineral. Con el consumo de un kiwi se cubre el 85% de las ingestas diarias recomendadas en vitamina C, que es más del doble de lo que aporta una naranja, por ejemplo. Además, también aporta el doble de vitamina E que el aguacate, y una buena cantidad de vitamina A y moderada en vitaminas del grupo B. En cuanto a los minerales, contiene casi tanta cantidad de potasio como el plátano, y otros minerales como magnesio y fósforo, así como pequeñas cantidades (aunque importantes) de calcio y cobre. Sin olvidarme del ácido fólico.
Para terminar, en relación con la salud, el kiwi es un alimento antioxidante, gracias no sólo a la vitamina C sino a otras sustancias bioactivas, que evitan el daño en el ADN producido por radicales libres, y también son inmunoestimulantes. Asimismo, esas propiedades antioxidantes contribuyen a reducir el riesgo de múltiples enfermedades: cardiovasculares, degenerativas, contra el cáncer, etc.
La fibra, además de intervenir el sistema digestivo, contribuye a disminuir el colesterol en sangre, a controlar la glucemia en sangre y tiene un efecto saciantebeneficioso en dietas de adelgazamiento.
Por el contenido, y proporción, en sodio y potasio resulta un buen alimento para personas con hipertensión. Pero para personas que tienen que restringir estos dos minerales como personas con insuficiencia renal, deberían evitarlo.
Tras esta lección, pasemos ahora a la cocina a preparar una Gelatina de mandarina con kiwi
Ingredientes para 2 personas
§2 mandarinas.
§Agua.
§Azúcar.
§2 láminas de gelatina neutra.
§Vasitos que nos sirvan de molde.
Preparación
Lo primero quevamos a hacer es llenar con agua fría un plato hondo y sumergimos las dos láminas de gelatina para que se vayan hidrantando y reservamos.
El siguiente paso es sacar el zumo de 2 mandarinas; una vez obtenido, lo echamos en un cazo con agua y ponemos a calentar, además vamos añadiendo azúcar (al gusto de cada uno) para hacer un almíbar.
No debemos dejar que llegue a ebullición, sólo calentar; cuando esté listo el almíbar y el punto de azúcar sea de nuestro agrado, añadimos las láminas de gelatina y removemos hasta que se disuelvan. Una vez que se haya disuelto sacamos del fuego y vertemos el líquido en los recipientes donde vayamos hacer la gelatina. Se dejan enfriar un poco y veremos cómo va espesando, cuando este frío lo metemos en la nevera y reservamos hasta que espese completamente y podamos usarla.
Por último, cuando vayamos a consumirla, añadimos uno o varios kiwis, y yatenemos un postre sano, fácil de hacer y sobre todo cargado de vitamina C, que para tiempos fríos viene muy bien.
Con esto nos despedimos, esperando ver vuestras aportaciones. ¡¡Un saludo!! :)
Realizado por Jorge Ibarra y Cristina Vallespín Escalada
Fuentes
Eroski consumer.
Fundación Española de la Nutrición.
Nutritelia.