Una de las molestias que sufren muchas mujeres durante el embarazo y especialmente durante el último trimestre de la gestación, son los calambres musculares. Son espasmos involuntarios de un músculo que causan dolor y que en ocasiones pueden ser severos. Los calambres pueden darse por distintos motivos, un esfuerzo prolongado, un movimiento brusco, la pérdida de líquidos y sales minerales o la falta de oxigenación que sufre el músculo, por ejemplo.
Generalmente los calambres musculares en el embarazo se hacen evidentes por la noche, cuando la futura mamá descansa, la tensión muscular y el dolor que producen despiertan a la madre. Pero, ¿por qué suelen darse por la noche? Hemos citado algunas causas, pero hemos reservado la relacionada con el embarazo, son las hormonas las culpables de que los calambres hagan acto de presencia, provocan el reblandecimiento de las paredes de los vasos sanguíneos afectando al sistema circulatorio y al sistema linfático que forma parte del primer sistema. La consecuencia es que el retorno venoso y linfático se ralentiza, provocando un estancamiento de fluidos en las piernas que favorecen la aparición de los calambres.
Otra causa que también provoca calambres musculares es el aumento de la presión del útero sobre el entorno venoso, provocando complicaciones en la circulación sanguínea, dicha presión también afecta al sistema nervioso de la parte inferior del tronco. La realidad es que durante el día, las piernas de la futura mamá están sometidas a un alto grado de tensión muscular, sólo cuando llega el reposo es cuando afloran las consecuencias. Por fortuna, no afectan al bebé pero son molestos, ya que impiden el descanso necesario para la futura mamá.
Para aliviar los calambres musculares durante el embarazo se puede realizar ejercicio físico regularmente sin sobreesfuerzos y siempre que no exista ninguna contraindicación médica. La actividad física es muy saludable, no sólo para paliar los calambres, al respecto os recomendamos retomar la lectura del post Beneficios del ejercicio físico en el embarazo. Evitar la sobrecarga de las piernas ayuda a reducir el riesgo de calambres, hay que evitar estar de pie durante mucho tiempo y no sentarse con las piernas cruzadas, es decir, evitar la sobrecarga muscular en las extremidades inferiores.
Hablando del ejercicios físico, es recomendable incluir aquellos ejercicios que ayudan a mejorar la circulación sanguínea, también son recomendables los estiramientos que ayudan a mejorar la elasticidad muscular. Al principio hablábamos de la falta de agua y sales minerales, de ahí que otra recomendación sea mantener una correcta hidratación. A la hora de dormir hay que procurar acostarse del lado izquierdo, la razón es sencilla, con ello podremos mejorar la circulación sanguínea a través de la vena cava, recordemos que durante el embarazo se incrementa hasta en un 20% el volumen de sangre, lo que deriva en posibles problemas circulatorios.
Algo muy recomendable son los masajes en las piernas, se deben realizar antes de acostarse y siempre de forma ascendente, de abajo hacia arriba. Pero incluso tomando las precauciones oportunas y realizando ejercicio físico, los calambres pueden aparecer (en menor frecuencia), en ese caso, las futuras mamás pueden aliviarlos estirando los dedos de los pies hacia las espinillas. Un remedio que parece infalible es levantarse y caminar un poco presionando sobre la pierna que ha sufrido el calambre, al principio parece doler mucho, pero en cuestión de segundos desaparece el dolor. Merece la pena esperar unos minutos y seguir caminado o moviendo las piernas, ya que si al desaparecer el dolor la futura mamá se acuesta, es posible que vuelva a sufrir otro calambre.
En pocos casos el dolor se torna persistente, pero si es así y además aparecen otros signos externos, como el enrojecimiento o la hinchazón, lo mejor será acudir al especialista.
Foto | Mbaylor
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Aliviar los calambres musculares en el embarazo