Gran Reserva y Rabo de Toro
He dejado los vinos con más personalidad para esta segunda parte del post, que si no, se hace demasiado denso para leer. Os había dejado con un reserva 2011, y el primer vino de este post es un gran reserva 2006. Impresiona un vino de más edad que mi hija Alba. Es un vino con un color muy vivo aún, donde la bodega realiza una extraordinaria selección de uva, de viñas que datan de 1940-1950 aproximadamente, en parcelas muy seleccionadas, de suelo franco arcilloso, y subsuelo calizo. Es una producción muy limitada, pero muy regular. Transmite un toque de mineralidad a los vinos, y unos taninos que ayudan a la larga crianza. En concreto, 2 años en barrica de roble. Un vino del que sólo embotellan las mejores añadas, sedoso, y muy bien integrado. Un gran vino, que fue el compañero perfecto para un rabo de toro al vino, con reducción del cocido. Un vino para disfrutar con tiempo, para tomarlo con calma, para convertirlo en el compañero perfecto de una tarde de domingo.
Selección 01 y tortilla de chocolate
El siguiente vino, servido ya con el postre, fue un 2001 Gran Selección, un vino que no se encuentra en el mercado. Es un vino excelente, de una añada donde heladas tardías redujeron la producción. Una uva más concentrada, que es el primer paso hacia las añadas especiales. Se vinifica en pequeños depósitos, seleccionando la uva de pequeñas parcelas, de cepas muy viejas. Es un vino con toques de cuero, tabaco, un vino de larga crianza clásico, que fue un buen compañero para una tortilla de chocolate, frita en mantequilla.
Por último, tuvimos ocasión de probar el vino top de la bodega, Finca El Grajo Viejo 2012, donde se hace la mayor selección de uva por parte de Protos. Producciones muy reducidas, de 1500-2000 kg/hectárea. Realiza la fermentación alcohólica en depósitos de madera de 500 litros, y la malo láctica en depósitos, también de madera, de 225 litros. Posteriormente, cría durante 16 meses en barrica, y reposa 1 año en botella, antes de ponerse a la venta. El resultado…un gran vino tinto, potente, con fruta negra madura, confitura, y los toques tostados, chocolate y vainilla de la larga crianza en madera. En boca potente, intenso, fruta de bayas, buena estructura y un final muy largo.
Como os decía ayer, beber Protos me hace cerrar un círculo en mi relación con el vino. Me alegra saber que un viejo conocido sigue siendo de fiar, a la vez que inicia un nuevo camino prometedor. Desde aquí lo mejor a Carlos y su equipo, con los que, una vez finalizada la presentación, seguimos disfrutando del vino y la charla durante un buen rato. Porque, ¿qué mejor que compartir un buen vino y una buena charla?
Agradecer a Alvaro, de Yalocatoyo, la organización del evento, y que contara con nosotros. Como aspectos de mejora, quizá un poco más de iluminación, y buena cobertura, ayudarían a una difusión en directo mayor de eventos como este. Por lo demás, todo perfecto.