Revista Ciencia
Almas menguantes, somos almas cada vez más pequeñas, ¿no le parece a usted?
La generación de mis padres se soñó viviendo en la pantalla grande de una estupenda sala cinematográfica.
En mi generación ya nos conformamos con soñarnos en la pantalla de un televisor, ¿curioso, verdad?
Pero es que nuestro reemplazo ya se sueña en la pantalla de un teléfono, algo que pueda llevar en la mano. ¿Se da usted cuenta cuánto menguó el alma humana?
Están falleciendo muchos abuelos, así, de golpe, ellos se soñaron grandes, y se van, se quieren ir, ¿qué hacen en un mundo de almas ínfimas, celulares?
Ahí os queda el reloj y las piezas, almas de cántaro, me parece oírles decir a los que parten; os dejamos sitio, mucho sitio, ocupamos mucho espacio con nuestras viejas almas.
Por ello cuando piense de aquí en adelante en si hay algo que merece la pena salvar, medítelo bien. Nada y nadie se lo impedirá, los de ahora ocupan muy poco espacio y cada año que pase serán más ínfimos.
Nuestros mayores pensaron a lo grande, y hacia lo grande se van, ¿nosotros?..., poca cosa en realidad, y los que vienen detrás..., en fin, algo celular.
Que pasen un buen fin de semana.Daniel Paniagua Díez