INGREDIENTES:
Almendras crudas con piel
Aceite de girasol
Sal
PREPARACIÓN:
1.- Prepara las almendras crudas con piel y pon un cazo o cazuela al fuego con agua.
2.- Cuando el agua hierva, retira el cazo del fuego y echa dentro las almendras para que la piel se ablande.
3.- Saca las almendras poco a poco ( no todas a la vez ), retira la piel aprentando con la yema de los dedos y deja las almendras ya limpias sobre papel de cocina. Cuando las tengas todas secalas bien.
4.- Pon otro recipiente al fuego con abundante aceite de girasol y cuando este caliente (cuando empiece a burbujear) baja el fuego a temperatura media y echa las almendras. Consiste en freírlas a fuego medio y removiendo de vez en cuando, para que se hagan bien por dentro y que se doren pero no se quemen.
5.- Cuando estén doraditas echalas en un plato sobre papel de cocina, para que absorba el excedente de aceite.
6.- Echale sal según tu gusto y dejalas enfriar por completo.
Una vez frías puedes degustarlas de inmediato o bien guardarlas en un tarro de cristal.
Se conservan durante varios días.