Revista Viajes

Alojamiento con familias locales en Ban Natane, Laos

Por Nosoloviajeros @nosoloviajeros

 

En el valle oculto por las montañas de Phou Him Boun NBCA -con un único acceso a través del río que recorre la cueva de Konglor- encontramos un pueblo aislado del mundo exterior, de las regiones vecinas de Laos y de la ruta turística: Ban Natane.

Situado en el centro de Laos, con un acceso tan complicado como el descrito previamente, las oportunidades de desarrollo son extremadamente limitadas y la vida bastante más dura que en otras zonas del país. La economía de absoluta subsistencia, la pobreza y la escasez de alimentos marcan las caras de la mayor parte de la población. 

¿Dónde dormir en Ban Natane?

Desde hace unos pocos años Ban Natane ofrece la posibilidad de realizar homestays, permitiéndonos alojarnos en casa de una familia local. A cambio de 50.000 lao kips (en torno a los 5 euros) nos ofrecerán cama, agua y dos o tres comidas diarias.

El poblado no ofrece demasiados atractivos para el turista: sencillas casas de madera, una tienda con un poco de todo tirado por los suelos, alguna señora vendiendo sopa de noodles y snacks, un templo, el colegio y una guesthouse. Pero se trata de un lugar realmente auténtico.

Los alrededores del poblado son más llamativos, si bien anochece bastante temprano debido a la cordillera montañosa que rodea el poblado. Esto hace que las noches sean más frías que en el resto de Laos, por lo que es recomendable ir a Ban Natane con algo de ropa de abrigo y calcetines, si bien nuestros anfitriones nos ofrecerán sábanas y mantas.

La comida dependerá en gran medida de la familia que nos acoja, pudiendo variar desde platos más elaborados y cuidados, hasta una alimentación más corriente para ellos como puede ser arroz glutinoso, huevos con hierbas y sopa de caracoles.

Cuando yo estuve allí la casa en la que me encontraba era bastante pobre, y no solían acoger a extranjeros, por lo que tuve que adaptarme a comer según sus costumbres. Platos en general muy salados y extremadamente simples, con multitud de hierbas y, por supuesto, tanto arroz pegajoso como quisiera llevarme a la boca.

Es posible echar un partidillo de fútbol en el patio de la escuela, basta con dirigirse allí durante el día o la tarde y unirse a los chavales. Raro será que no te griten para que te apuntes a jugar cuando pases enfrente de ellos.

Antes de abandonar la aldea, es frecuente que un grupo de ancianos te visite para desearte buena suerte. Como agradecimiento por tu estancia te honrarán con una bendición para evitar que los espíritus que habitan la cueva de Konglor te impidan llegar a la salida.

Este ritual suele realizarse con un pollo hervido -piel, patas y cabeza incluida-, susurros y cánticos, juegos de manos y entrega de pulseras. Si mantenemos los brazaletes en nuestras muñecas durante 3 días seremos agraciados con buena suerte.

Aquellos que sean vegetarianos pueden tenerlo complicado en Ban Natane ya que culturalmente no tiene sentido para ellos; los rituales se realizan con animales, por lo que podría ser entendido como un gesto de desprecio si no aceptáramos lo que nos entregaran. ¡Y quién sabe si los espíritus no se vengarían de ti durante tu viaje por la cueva Konglor!


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