Revista Ciencia

Alone, peluquería ecológica en Barcelona

Por Yve Ramírez @ecocosmopolita

Soy poco de peluquerías pero hoy voy a presentarte a Alone, que fue la primera peluquería ecológica de Barcelona y que me está acompañando en mi transición hacia las canas.

Hace un par de meses decidí dejar de teñirme el cabello para celebrar mis canas y los 43 años que estaba cumpliendo. Tenía muchas ganas de acabar con la pesada rutina de intentar disimular lo indisimulable. Algo que me había impuesto, condicionada por mi entorno, yo, que soy de hacer siempre lo que me viene en gana. No era posible.

Para pasar del pelo-henna a mi verdadero cabello cano sin odiar la imagen que me devuelve el espejo durante la transición, decidí buscar una peluquería que trabajara con criterios ecológicos y me ayudara a hacerlo más fácil.

Fue cuando contacté a la peluquería ecológica Alone de Gràcia, de la que ya me habían hablado. Aclaro, la primera peluquería ecológica de Barcelona fue la Alone de la calle Ribes, y fue un proyecto de Alexandro Catalusci y Antonella Tirapany. Hoy, frente a la peluquería de Gràcia está Amelia, que hace unos meses tomó el relevo a Antonella, aunque está en la peluquería casi desde el comienzo.

La anécdota de cómo llegó Amelia a este equipo es para partirse de risa. Resulta que Amelia envió su currículum sin darse cuenta de que, por error, en la foto solo salía su brazo. Al verlo, Antonella no pudo con la curiosidad y quiso entrevistar a la mujer capaz de “poner” semejante foto. Al conocerse, a Amelia no le costó conseguir el puesto. Desde el comienzo se dieron cuenta de que compartían una misma filosofía de vida y de trabajo, con espacio para mucha personalidad y creatividad, y un gran respeto por el medio ambiente y el individuo, y todo fluyó de maravillas.

Las máximas de Alone son tratar siempre al cliente como una persona, jamás como un número y, por encima de la facturación, lograr que todo el que que entra a la peluquería  se sienta realmente a gusto. Además, se esfuerzan por personalizar el trabajo al 100%, para adaptarlo a cada quien más allá de las modas.

También cuidan mucho ofrecer una buena relación de calidad – precio, “porque hay otros lugares que trabajan muy bien, pero los precios son desorbitados desde el momento en el que ponen la etiqueta eco y nosotras no permitimos que eso suceda en Alone”.

Peluquería ecológica donde los detalles importan

La peluquería Alone de Gràcia está en un local pequeñito y delicioso, que casi recuerda a un bosque. Solo con llegar, salta a la vista que cada detalle está cuidadosamente medido. Muebles y materiales de segunda mano colocados en el lugar perfecto le dan un carácter rústico y único.

El título de peluquería ecológica no se lo han puesto de forma gratuita. Además de los materiales reciclados, para ahorrar energía, usan iluminación es LED. Los secadores de pelo son bajos en ruido, lo que le aporta un ambiente más confortable y agradable, al tiempo que reduce la contaminación sonora. Además, hace poco han instalado un grifo de agua con filtros de turmalina con aireadores, que permite ahorrar hasta un 60% de agua (y hace más delicioso aun el lavado).

Pero sobre todo, en Alone se esfuerzan por ofrecer productos respetuosos con el medio ambiente.

Cosmética a granel

Una de las grandes apuestas de Alone Peluquerías es ofrecernos productos específicos para distintas necesidades del cabello, a granel. Y es algo fantástico para quienes necesitamos, al menos en un momento de nuestras vidas, de productos más profesionales (mi pelo, por ejemplo, está ahora mismo extremadamente seco). No es fácil comprar cosmética de alta gama en tus propios envases, y en Alone hacen lo mejor que pueden en este sentido.

Aclaro que es un granel entre comillas, porque los productos vienen en formatos de un litro como máximo. Sin embargo, el hecho de comprarlos en nuestras propias botellas en la cantidad que necesitamos, se traduce en un ahorro importante de residuos.

Ahora trabajan con una marca Italiana llamada Insight, que apuesta por productos sostenibles y éticos. Me ha encantado saber más sobre ellos. Por ejemplo, usan agua ozonizada para ayudar a conservar sus productos de forma natural, y más respetuosa con nuestro cuerpo y con el medio ambiente.

Cuentan con certificado Vegan OK, un sello que garantiza que el producto no contiene ningún componente de origen animal, ni está relacionado directamente con ningún tipo de explotación de animales. Lo lucen para “fomentar la difusión de una cultura de respeto por la vida y el medio ambiente, también a favor de quienes no son veganos o vegetarianos, de modo que dichos valores puedan ser un patrimonio común para todos”, según explican en su web.

Los ingredientes principales proceden de la agricultura ecológica certificada y, de media, el 96% de los ingredientes son de origen natural. En sus productos no encontrarás SLS, SLES, aceites minerales, parabenos, siliconas, fragancias sintética, aérgenos y, en la medida de lo posible, tampoco tintes sintéticos.

Finalmente, además de los productos de Insight, en Alone encontrarás algunos aceites vegetales seleccionados, también disponibles a granel.

En cuanto al teñido, que es otro de los fuertes de Alone, trabajan con otra marca italiana, Lisap, que produce tintes libres de amoniaco, así como PPD o Resorcinol, alérgenos frecuentes en los tintes capilares (¡no tienen olores desagradables!). Tintes son tintes, y totalmente inocuo para el medio ambiente no es ninguno, pero se trata de las opciones menos agresivas, para conseguir hasta los tonos más arriesgados.

Yo, personalmente, no buscaba colores estridentes, pero sí tenía claro que quería la decoloración más saludable posible para la transición, y eso lo encontré en esta encantadora peluquería ecológica, además de muchas otras cosas.

Mi transición a las canas

Tal como contaba en el post anterior sobre “mi cambio de look”, el problema de las raíces es peor aún con la henna que con tintes más permanentes. La henna se ve más cargada en las puntas, donde hay varias capas, y menos cerca de las raíces, donde tiende a hacerse más rojiza. Cuando sumas los grises de los mechones de las insolentes canas, la cosa empeora.

Al llegar a mi primera visita, mi pelo estaba multicolor y notablemente maltratado en la parte delantera, que es la que me teñía con más frecuencia. Así que en un primer momento, Amelia me hizo unos reflejos de color castaño oscuro, lo más parecidos a mi color natural. La idea era suavizar los decoloramientos de la henna y dar más unidad al cabello. Salí estupenda y feliz. La mano de Amelia para el corte fue mano de santo, como se dice por aquí.

Alone. Mi transición al pelo gris. peluqueria ecologica

Semanas después, sin embargo, aparecían las nuevas raíces con más fuerza. Y como me resistía a “la raya blanca”, volví decidida a “pintarme canas nuevas” . Quería hacerme mechas plateadas, para tener una sensación de continuidad en el cabello, pero al mismo tiempo avanzar hacia mi realidad canosa. Amelia me advirtió que no tenía claro cómo se comportaría el decolorante sobre la henna, pues a veces no acaba de cuajar, pero yo quise probarlo de todas formas.

No imaginas los nervios que tuve mientras esperábamos que actuara la decoloración. Pasado el tiempo lavamos y, ¡tarán! el pelo que estaba más cargado de henna casi no se había decolorado… (gran decepción).

Bueno, quedaron unos reflejos hacían el efecto de disimulo que yo buscaba, pero muy sutiles. Lo peor es que las mechas sí cogieron en las raíces (donde ya no había henna) como puedes ver en la última foto de la serie que sigue. Por eso después pusimos baño de color azulado, que es lo que se suele hacer para evitar que las canas o el pelo decolorado tomen un color amarillo envejecido. Aunque el resultado no fue el esperado, el corte quedó fantástico y, sí, ya falta menos para salir del pelo teñido (así que a sonreír, que la vida sigue).

Alone. Mi transición al pelo gris. peluqueria ecologica
Alone. Mi transición al pelo gris

Sirva esta experiencia de advertencia: sobre el cabello con henna es posible oscurecer con tintes, pero no aclarar. 😉 Al menos con la henna ecológica que yo venía usando.

Como seguramente ya habrás intuido, este post es una colaboración con Alone Peluquería. Desde luego, la historia es totalmente cierta, como todo lo que comparto en La Ecocosmopolita.

Estoy muy agradecida de que Alone haya aceptado mi propuesta de intercambio y me haya ayudado a dar el paso. Si bien no conseguí las mechas grises que quería, no podía estar más contenta con el trato, la calidad del trabajo y en general, la experiencia de pasar por las manos de Amelia. Y está claro que repetiremos y pronto, porque la clave para sentirme cómoda con esa transición hacia las canas ha sido mantener el corte de pelo lo mejor posible (¡y mira que llevaba años sin poner pie en una peluquería!).

Una última cosa. Aunque todo lo que cuento sucedió en la peluquería de Gràcia, Alone cuenta con dos peluquerías más en Barcelona. Aquí te dejo sus coordenadas, ¡y que aproveche!

Peluquerías Alone:

· Calle Ribes, 30/32
· Carrer de l’Encarnació 42
· Calle Nou de la Rambla 138

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