Los últimos inquilinos a los que alquilé el piso eran una pareja de personas mayores que no tenían coche. Ese fue el motivo por el cual empecé a buscar alguien que alquilase el garaje para sacarle alguna rentabilidad, aunque después de varios episodios decidí buscar una solución alternativa. ¿Quieres saber cual?
Una plaza de garaje vacía.
Tener una plaza de parking desocupada, como cualquier inmueble, es una perdida de rentabilidad de tus activos sino que además Hacienda se encargará de cobrarte impuestos por ser un inmueble a disposición de sus propietarios (2% del valor catastral, 1,1% para aquellos con valor catastral revisado). Además no podrás desgravarte ninguno de los gastos asociados a la plaza de garaje, en mi caso, intereses de la hipoteca y recibo de la comunidad de propietarios, que no es mucho, pero todo suma.
El primer inquilino que tuve para la plaza de garaje fue estupendo. Era un chico joven que vivía en el mismo bloque y tenía un coche nuevo que quería cuidar. Por desgracia, antes de cumplir el año, el chico se mudó de piso y dejó el garaje.
Estuve unos meses buscando inquilino para la plaza de parking, y después de algunos meses encontré a otra persona que vivía en el mismo bloque de la plaza de parking. ¡Por fin tenía el garaje ocupado de nuevo! Sin embargo, este inquilino resulto ser un pagador poco puntual y tenía que llamarlo cada mes varias veces para que procediera al pago de la mensualidad. Recordemos que el objetivo es tener activos que pongan dinero en tu bolsillo sin que necesiten un aporte de horas continuo, y hacer de “cobrador del frac” no encaja con este concepto.
Finalmente, después de varios meses jugando al ratón y al gato, le propuse que canceláramos el contrato y dejara la plaza de garaje libre.
Los problemas de alquilar una plaza de garaje.
A continuación volví a anunciar el garaje pero sin mucho éxito. Estábamos en lo peor de la crisis. La gente prefería intentar aparcar donde fuera y ahorrarse el gasto de una plaza de garaje. Si alguien se interesaba, el mero hecho de solicitarle la fianza lo echaba para atrás. Hay que recordar que la fianza para todo aquello que no sea una vivienda es de dos meses. ¡Imaginaos pidiéndole a alguien la renta de 3 meses de golpe para comenzar con el alquiler de una plaza de garaje!
Con este panorama me parecía imposible poder alquilar la plaza de parking. Incluso llegué a llamar a la agencia de la Junta de Andalucía que se encarga de gestionar las fianzas para preguntar, casi para protestar. ¡La respuesta me dejo perplejo! Básicamente venía a decir que a la agencia lo que le interesaba era que se ingresara la cantidad de fianza, sin importar quien fuera el que aportara el dinero.
No se vosotros, pero para mí, eso es mero interés recaudatorio y contradice la función de custodia de la fianza para proteger al inquilino que se argumenta para justificar este requisito de depositar la fianza en la agencia autonómica.
Una solución alternativa.
Llegados a este punto, casi de desesperación, y teniendo en cuenta que ya tenía cierta confianza con los inquilinos del piso, se me ocurrió una gran idea. Les propuse incluir el garaje en el contrato de alquiler del piso sin incrementar la mensualidad y que así lo pudieran usar cuando viniera algún familiar a visitarlos o dejárselo a algún familiar que viviera cerca.
Para hacerlo todo de forma correcta, firmamos un documento de cancelación del contrato y un nuevo contrato donde se incluía la plaza de garaje. Además solicité la devolución de la fianza por la cancelación del contrato antiguo e ingrese la nueva fianza asociada al nuevo contrato. Como ya sabéis es conveniente que evitéis problemas con las Administraciones para no salir perdiendo.
Con este nuevo contrato, la plaza de garaje pasaba a ser inmueble auxiliar asociado al piso y yo obtenía las siguientes ventajas:
- No tener que pagar la renta imputada por tener un inmueble a disposición de los propietarios (entre el 1,1% y el 2% del valor catastral).
- Poder desgravar los gastos asociados a la plaza de garaje en la declaración de la renta, en mi caso:
- Intereses de la hipoteca.
- Cuota de la comunidad de propietarios.
¡Algo había mejorado la situación!
Concluyendo, a veces hay que buscar otras opciones para resolver circunstancias desfavorables y proteger nuestras finanzas personales.