Revista Cultura y Ocio
Y así, un día te despiertas con una canción de Korsakov entre los labios y miras hacia el este de tu cama y ya no ves una sombra larga...y cierras los ojos y el sol ya no te ciega y aunque ni llegue un Olvido, ya no te buscas en el espejo, pensando en otras lunas. Y el rubor de una serpiente te acaricia la piel y sonríes again, and again and again...como en la última película de Raúl Ruiz...con tanto fado atrapado entre los labios...