Por si hay algún despistado, utilizaré la sagrada ley del compañerismo para informarles de que amazon, la tienda estadounidense líder en el comercio electrónico, tiene su portal disponible en España desde el mes de septiembre.
Es verdad que, en el mundo virtual de internet, el apelativo .es o .com suele tener simplemente un matiz de banderín simbólico, algo que valoran más los intangibles patriotas que los internautas globalizados. Porque lo cierto es que ya se podía comprar en amazon.com -desde 1995-, incluso si usted residía en Bollullos del Condado, provincia de Huelva.
Pero es que, en el caso de la multinacional amazon, su oferta localizada directamente desde España trae consigo importantes consecuencias; la principal, la mejora de la competencia, porque el resto de empresas deberán rivalizar ofreciendo el mismo producto a un precio menor; de lo contrario, serán excluidas.
La cara de la moneda se refleja directamente en el bolsillo de los consumidores, que podremos adquirir lo mismo gastando menos. Porque con amazon.es se acabaron los costes de envío, si es que podemos esperar un plazo de dos a tres días para recibir una de las famosas cajas amarillas de amazon. Sólo los más ansiosos deberán pagar 2,99 euros por recibir su mercancía al día siguiente de efectuar el pedido.
Pero hay otro importante aspecto positivo en la entrada de amazon en España. Porque la compañía americana no se limita solo a vender sus propios productos, sino que cualquier pyme española podrá contratar sus servicios de logística (almacenamiento de mercancía, gestión de pedidos, ancho de banda….), y así comenzar a comercializar sus productos en la red, aprovechando la experiencia y la fiabilidad del gigante del comercio electrónico.
Las empresas que más sufrirán con la entrada de amazon en España serán las más grandes, fnac, casa del libro o el corte inglés, a las que les llega la hora de sopesar su posicionamiento en la red; en definitiva, deberán acostumbrarse a una situación nueva, que no es otra que la de medir sus fuerzas frente a un rival que, con la bizarría de un cosaco, les mira desafiante desde arriba.
Y también deberán redoblar sus esfuerzos las pequeñas empresas especializadas en el comercio online. En este caso, además de soñar diariamente con proezas, deberán volcarse en la atención personalizada al cliente, aspirando a competir en aquellos nichos del mercado a los que, por cuestiones de tamaño, a amazon le sea difícil llegar.
Seguramente las fuerzas sindicales de ocupación nacional acentuarán las cifras de desempleados que provocará la llegada de amazon, olvidando los puestos de trabajo que se generarán a la vez. Pero ya sabemos que determinados agentes sociales contemplan el mundo sin más esfuerzo que el de hurgarse la nariz.